152 El misticismo de Joaquín González tado luego por personalidad en quiú, por ejemplo, singularizan más aun politidiai REPERTORIO AMERICANO Por ARMANDO TAGLE De La Nación. Buenos Aires.
Si el misticismo de Joaquín González sorprende profundamente en la historia de nuestra cultura por la complejidad de las causas que lo han suscitado, sorprende aún mucho más el misterio de un alma nacida en un medio cristiano, educada desde one adoración de los símbolos Católicos, y muy temprano en la orientada luego hacia otra forma, la más extraña para nosotros, de religión.
Las personalidades místicas que lo habían precedido, un Mamerto Esla ya muy compleja originalidad de su espiritualismo contemplativo, Empecemos por recordar, para tomar luego esta misma imagen, que si Joaquín González debió a su me natural nas gran parte de la corriente religiosa inundó su alma, debió también a su primera educación doméstica y primaria el impulso de una conciencia espontá: neamente orientada hacia el misterio. En efecto, el autor de Fábulas Natitime this vas se educó bajo las disciplinas rígidas de un dogma que sus padres habían obedecido sin rebeliones y al cual debía Joaquin González plegarse su en su primera juventud. Sería interesante seguir ras go por rasgo los episodios de su biogra. sión directa de la realidad le han perfía moral que él no ha escrito, porque Joaquín González, no era un apasionamitido asimilar el dogma sin discutirlo.
do de la psicología. Esa biografía nos El respeto a la tradición en que vive habría suministrado un documento prey de la cual proviene, robustece el abso cioso acerca de la evolución insensible lutismo de sus sentimientos y hace más de su alma, pues en ella habríamos com ardiente la veneración que profęsa a su prendido por qué y cómo nació en el credo. Este tipo de hombre, encarnado en el patriarca conservador de las sola necesidad espiritual de vivir en un mundo místico que a nosotros, los hijos ciedades occidentales, es esencialmente de una civilización cristiana, nos es des moral, porque no mira tanto la conocido. Careciendo desgraciadamen religión, sino los principios éticos que de verdad metafísica que contiene su te de sus propias confidencias, no es rigen el fícil, sin embargo, reconstruir los térmimovimiento de la vida humana.
Para aceptar absolutamente una relinos de su evolución estudiando las co rrespondencias que existen entre las ne pureza de alma y una gran simplicidad gión es preciso, en primer término, una cesidades de su conciencia y las satis de inteligencia. Merced a esa pureza facciones que debió procurarle su úl hombre reduce el timp credo La religión que abrazael problema trascendente y último de la existencia aceptanmos es siempre una imagen de nuestra alma, porque esa religión contiene, refundidos en dogmas inteligibles, las esnión, de la intercesión, de la resurrecesa simplicidad peranzas de nuestra fe y y las aspiracio su espiritu no discute 10 más nuestra concien que su cora cia. Sin duda, el catolicismo conviene zón quiere que sea la verdad casi admirablemente a viene pable. Cuando una religión se difunde a un tipo mental y psivastamente en el corazón de la de hombre nada rebelde pero especie muy zustero, de quien se podría decir es porque satisface, ante todo, las exigencias de una naturaleza que busca en vique tiene la necesidad ella su vía de liberación. Así el cristiavir dentro del orden y regido nismo subsistirá siempre entre nosotros por el orden religioso. Este espécimen porque ninguna religión concilia más tan común en nuestras sociedades ha aceptado con el catolisismo la verdad dad de revivir en una vida eterna con mente en su credo esa ansieintacta y completa, cuyos fundamentos ese vago ideal de perfección que late en no discute porque profesa el culto de la conciencia de la humanidad.
la obediencia moral. Existe realmente sabio, comprensivo y benévolo. Contieun ser dogmático creado por el catoli ne, figurado en sus doginas, cada una cismo en quien podemos discernir ras de las aspiraciones del espíritu, porque gos que denuncian su absoluta identicomprende maravillosamente la psico dad con el contenido espiritual de su logía esencial del hombre moderno. Esreligión. Su inteligencia simple y su vi tá hecho para todas las almas Es por la redención que se hace irresistible a la adversidad infinita de las conciencias. través de estas premisas, deducidas de la experiencia comparativa de las religiones, se explican los progresos del cristianismo, nacido un día en el seno de una secta reducidísima y aceplos zados en la humanidad. En la historia pueblos más civili de la evolución cristiana se disciernen visiblemente dos rasgos que prueban superioridad filosófica y espiritual de su contenido. En primer término, el cristianismo se ha impuesto, por la profun didad de sus dogmas o por la realidad substancial de su metafísica, al espíritu racionalista del género humano, esto es, a la eligencia. Aunque un prurito de exotismo haya hecho de nosotros admiradores incondicionales de las civi lizaciones caducas, no es indiscutible, de ninguna manera, la superioridad de la inteligencia oriental. Es verdad que el espíritu legendario de las razas milenarias ha dado a la humanidad posterior la noción religiosa de una iniciación en el misterio, y es cierto también que él ha creado con el quietismo y su renunciamiento implícito, la más alta forma de vida espiritual. Aparentemente esas razas han producido en obras de arte y en manifestaciones filosóficas, modelos de civilización que la inteligencia no ha emulado después. primera vis ta se advierte en los frutos de los vastos ciclos que han cubierto las primiti vas naciones de oriente, una elevación en las ideas y una suntuosidad en las su arte, que Pero si bien se mira y aun que estas conclusiones lesionen la vene ración que esa obra nos inspira, jen que se reconoce la universalidad genio o el sentido crítico de su inteligencia? La inteligencia es ante todo una facultad crítica. Esta facultad crítica y creadora a la vez, ha sido llevada por los hombres de occidente a su mayor elevación. En la historia de las civilizaciones que se han sucedido sobre el mundo, el occidente representa la in teligencia, esto es, la facultad de pro nunciarse sobre el valor exacto cosas. Es verdad que el quietismo re presenta también, si bien en otro sen.
tido, la sabiduría espiritual del hom bre, que conociendo las filicadeligencia, comprende que el sig no se le siempre, irremisiblemente. Esta damento filosófico al estado virtual del quietismo, el cual se se resuelve en la inmovilidad del reunciamiento. Las visiones del quietismo han creado ese nirvana sobrenatural en cuyo seno sin vida el alma goza de la bienaventuranza del éxtasis. Por el contrario, las razas occiden tales han dado a su inteligencia el mo(Pese a la página 155)
expresiones de ciertan.
e nos desconnes las cológico de escapertidumbre confiere un funa