BourgeoisieImperialismImperialist WarSocialism

REPERTÓRIO AMERICANO dad.
antoja el que VaroSufrió Varona, en sus últimos años, gía juvenil. La policía, entonces, enfu, una gran crisis en su pensamiento. No recida por la estratagema, se replegó sabía él si imputársela a su edad, o acha sobre la casa del viejo maestro y enar cársela a los acontecimientos. Pero es bolando los clubs y ensuciando el am lo cierto afirmaba que este súbito de biente con expresiones soeces y amenarrumbe de cuanto considerábamos altos zas cobardes, sin respetar su ancianivalores humanos, la integridad nacional. lo atropelló brutalmente el derecho de gentes, la libertad civil, la persecución de los estudiantes por el humanidad, se me presenta como con interior de su casa hizo destrozos en el firmación en lo real de la más espanta. mobiliario. Varona no presenció impable pesadilla.
sible aquel suceso selvatico. Su palaLa guerra imperialista asolaba enton bra fue como un látigo encendido sobre ces a Europa, degollando, en implacable rostro de los asaltantes. Cuando más y bestial carnicería, lo mejor de la escrítica era la situación y el tumulto. tirpe humana. Varona se le amenazaba degenerar en tragedia afirmundo un pandemonium terrible. No mó su repulsa vibrante contra los preacierta a discernir meridianamente lo cedimientos de la tiranía, exhortando a que saldrá de este formidable desqui los jóvenes que junto a él sufrían los ciamiento. Pero tiene la vaga intuición embates de los esbirros, que era preci que de su seno nacerá una nueva reali so mantener, ahora más que nunca, la dad. En ocasiones escribe me figuro rebeldía organizada contra el gobierno asistir a la apocalíptica destrucción de de Machado. Esa misma tarde, Varona. un mundo la cual predice el alun. bra redactó una máscula página de adhesión miento de otro orden social muy divera su actitud.
so. Los poderes públicos elevados sobre El 30 de setiembre y el asesinato de las miamas ideas en que se había nu Rafael Trejo lo encontró serenamente trido ni espíritu, parecen tocados de en su puesto. Varona no era ajeno vértigo, y lanzados unos contra otros en tampoco a aquel hecho. La manifestauna colisión tremenda de que han de çión, sangrientamente reprimida por la salir destrozados. Sólo el socialismo co policía, iba precisamente a su casa. Días ino doctrina se mantiene, o pretende más tarde, el gobierno impidió un acto mantenerse, fuera del conflicto, cual si organizado por un grupo de mujeres hubiera de ser el llamado a edificar so la memoria de Trejo y en bre sus ruinas.
na iba leer unas palabras. Varona fué Esta crisis, empero, se resolvió en un. uno de los objetos preferidos de la ira de Machado. Pero ni las amenazas, ni sereno retorno a su postura ideológica de siempre, pero conservando la angusel atropello, ni la posibilidad carcelaria tiosa impresión de haberse asomado al entibiaron nunca su repulsa a la tiranía.
abismo. Sus últimos escritos están lleEra un hombre de una sola pieza.
Varona ha muerto en uno de los más nos de sombras y por su subsuelo fluye un hilo trémulo de escepticismo.
agitadas y sangrientos estadios de la Pero lo que Varona conservó inalte historia económica y política de Cuba, rable fué su gesto viril ante el despo tismo nativo. Nadie lo censuró y combatió con el fuego y entereza de él.
INDICE Era el mismo Varona que tronó valerosamente, entre las propias arras homicidas de los Capitanes Generales, contra la opresión colonial de España.
Recuérdese su conducta frente al maENTERESE ESCOJA: chadato. Fué él de los primeros en sa Mariano Latorre: Sus mejores cuentos. 00 lirle al paso al sombrío matarife villare Benjamin Jarnés: Rúbricas. Nuevos ejerciño. Cuando Machado y su cohorte de cios. asesinos y ladrones, atacaron la volun Benjamin Jarnés: Escenas junto a la muerte. Novela. 50 tad popular con la Reforma ConstituF. Menéndez y Arraux: Tobagole. Autobiografia de un salvaje africano. 00 voz de Varona de las primeras en er Vsevolod Ivanov: Campesinos y bandidos.
guirse para condenar el hecho mons truoso. Por los estudian Gerardo Hauptmann: La prodigiosa 50 de las damas. Historia de un archipiétes universitarios marcharon en mari lago imaginario. 00 festación nutridisima y resuelta a en Diego Hidalgo: Un notario español en tregarle, como legítimo depositario, su 00 César González Ruaño: El ferror en Ameprotesta contra la Prórroga de Poderes, rica. De Gómez Leguia pasando la memorable mañana del 30 de marzo por Machado. El caso Irigoyen. 50 de 1927. Ninguno de los que vivimos Jean Giraudoux: Siegfried. Pieza en actos 00 Federico García Lorca: Romancero gitano.
aquella jornada podremos recordarla sin 1924 27. 50 que el pulso se nos altere. Varona, pre Leonhard Frank: El burgués. Novela. 25 viamente avisado por teléfono, nos es Ralph Waldo Emerson: Obras completas.
peraba. Al desembocar manifestación La ley de la vida 25 8, Ralph Waldo Emerson: Obras completas.
la esquina de su casa, Diez ensayos. 25 fué violentamente agredida por la fuer Dr. Manuel Espejo: Lo que debe saber za pública. No obstante, un grupo de todo diabético. 00 German Arciniegas: Memorias de un conestudiantes pudo, esquivando el cerco gresista. Prólogo de Sanin Cano.
llegar hasta el jardín donde Varona in Rubén Dario: Cantos de vida y esperanza 00 dignado condenaba el hecho con encrSolicitelos al Admr, del Rep. Am.
en el que la isla vive toda convulsionada, entre asechanzas y peligros externos y la más crítica e inestable situación interior. muere sin haberse verificado el homenaje nacional a que era acreedor por sus relevantes mere cimientos políticos y su dilatada dedicación a la literatura y a la filosofía.
Pero si no tuvo, por la acumulación de circunstancias adversas, el acto público que subrayare objetivamente la honda estima que se le profesaba, no le faltó, en cambio, en ningún momento, el aliento vivo y constante de los que en él veían al hombre que, fiel a su ideario, levantaba su palabra viril, limpia de va cilaciones, incendiada de mocedad no obstante sus años, en la coyuntura precisa que otros, por temor o por imperativos puramente gástricos, silenciaban la suya, acechando una más productiva y nás cómoda.
Junto a Varona estuvo siempre, en apretado abrazo, la insignificante minoría que no había manchado en el Comité de Barrio el ideario demoliberal que nutrió y orientó su conducta política.
Los trepadores del presupuesto, los que ayer se vestían de popular o conserva dor y hoy de las combinaciones alfabéticas en boga, con el exclusivo propósito de adquirir una prebenda, tropezaron con su acerado repudio, vaciado, en cristalina forma. Los estudiantes fue ron constantemente su esperanza y su apoyo. Tenía por ellos la misma su persticiosa devoción que alentó José Ingenieros, otro hombre excelso de América. Las grandes masas oprimidas del país, los revolucionarios de izquierda, fundamentalmente distanciados de su ideología, contemplaron su obra y su ejemplo con marcada distinción. Todos, absolutamente todos, hubieran participado, sin que ello hubiera entrañado una fusión de opuestos criterios políticos, en cl homenaje que, organizado por el Comité Varona. se proyectaba celebrar en los primeros días del mes de octu bre de 1930 y que impidió el gobierno cavernario de Machado. Pero que no pudo ser cuando, aun funcionaba su poderoso cerebro, se está verificando esta tarde en que hemos venido a devolverlo a la tierra en nutridísima manifestación admirativa.
Sobre la tumba de los hombres como Enrique José Varona sobran, por inútiles, las lamentaciones huecas de los pésames de ritual. Hay toda una fraseología necrológica, que repetir aquí im profanación. Quede eso para los mercenarios de la oratoria, que ni ante la muerte misma sienten el rubor de descoco. Yo he traído a este acto, de peculiar relieve histórico, la palabra del estudiantado universitario. Una palabra genuinamente joven, viril, afirmativa, que despide al viejo y amado maestro con la convicción diamantina y resuelta de completar su obra superándola, ya que el magisterio es estéril si no existen discípulos dispuestos a la negación constructiva. 00 eso, fué que los plica en Linea 00