REPERTORIO AMERICANO EI HUO del Hombre De un balance desastros Retablo de Navidad.
Acerca de La terra de las Nahuyaca.
El beso.
Pagina lirica.
El Hijo del Hombre rostro, esta el suyo, a tantos pesar silenciosa y emprendida; luego, al sonar SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXIX San José, Costa Rica 1934 Sábado 29 de Diciembre Núm. 24 Año XVI. No. 712 SUMARIO Kahlil Gibran Resurrección.
José Santos Chocano Juan del Camino Oro de Indias e. Rodriguez Mendoza Max Jiménez Chocane.
Alejandro Alvarado Quirds Romulo Tovar Salarrue Eleria bogeres. José Santos Chocano Gris José Santos Chocano.
Luis Flores Anoche ví de nuevo su Por KAHLIL GIBRAN es leyenda, mas en una modesta casa vez con tal claridad, como nunca le haPragmentos de una correspondencia mante de Nazareth, y Ana, la Abuela santa, bía visto antes. No me miraba de fren nida entre el autor y un su amigo entre 1924 y 1931. De Pictorial Revlew. New York, fué la primera en tomarle en sus brazos, te, miraba hacia afuera, hacia la inmen Traducción de Enrique Macaya Lahmann apretándole en contra de su robusto pesidad de la noche. Estaba de perfil. Era cho.
a la vez, un perfil sereno No la imagináis vosotros, condufuerte; creí, por un instante, que iba a ciéndole con amor y con alegría, al caer sonreír, pero no sonrió. Resplandecía de de la tarde, hacia la azotea de su casa Luventud, una juventud inmortal, que para mostrar a a las estrellas vespertinas, no sugería edad alguna; no era Dios, la radiante belleza del Dios infante? no; era el Hijo del Hombre, complacide mientras Jesús crecía. no la imagináis en afrontar todo lo que el hombre debe reprendiéndole dulcentente con afrontar y conociéndolo todo, tode: 10 una maternal sonrisa cuajada en sus laque el hombre sabe y lo que llegará a bios? Porque de ser Jesús un nisaber. Su rostro ostentaba una sercniño cuai dad invencible: la del Amante, la del npre el criterio tantas veces equiotros, no por eso obedeHermano, la del Amigo.
vocado de las mujeres.
Su cabellera caía hacia atrás, como Ya os he contado cómo, siendo aun dos alas luminosas replegadas sobre amun niño, solíainos ir a la iglesia, la Nobos lados de su cabeza. Su pecho era che de Navidad, todos los moradores de morenc y fuerte. Sus ojos simulaban la aldea, caminando a a través de la nieve dos chispas opacas No es sino hasta uno llevando ahora, mi querido amigo, que me siento una linterna poseído de la inspiración segura y ciermedia noche, viejos y niños cantaban ta que me permitirá dibujar su rostro un añcio canto de Galilea, mientras el tal cual le ví anoche. Se parecerá a uno techo de la pequeña iglesita, parecía de eso, bustos que orientan hacia el inabrirse ante la magnitud del cielo infifinito, la proa de las grandes naves annito. En esa misma iglesita existe hoy Retrato famoso del Cristo por el fi. tiguas.
día, un pupitre de oración, hecho de cenado Kahlil Gibran, sumo aator sirio Caminaba como un hombre que desa y artista. Dibujado en 1928, el autor dro y que fué labrado por mi primo fiara, sereno y confiado, el recio furor lo consideró su obra maestra. El gran oula, el mismo oula que vive ahora místico Gibrán dice: Este. es Su retradel viento, pero que a la vez, se sintiera to. Lo he visto tres veces. en Boston. padre del pequeño Kahlil.
más fuerte que el viento mismo. Vestia ¡Cuánto me gustaría volver a ver, una su acostumbrado vestir, su tosca y huvez más, ese pequeño pupitre, para esmilde saya de algodón y sus pies iban descalzos, cubiertos no obstante, gusto de invitar, a veces, cuchar cu antigua plegaria silenciosa!
a mis viejos amigos de la eternidad, paDurante mi infancia, mi madre me caminos. También observe hablaba de El y me decía: Fué el más ra que vengan a sentarse a mi lado, a sus robustas muñecas y sus manos e compartir mi soledad, y no en pocas ocagrande de todos los grandes poetas, v: nas, firmes y largas, cual pulidas ramas siones, he sido yo mismo, quien ha ido sin embargo, nunca escribió una sola de árbol. Su cabeza iba en alto y en su en busca de su compañía.
línea, salvo aquella que grabó un día, semblante llevaba impresas todas sus Cuando llueve, paréceme que lumiarena. yo, en mi perpleja infinitas inquietudes y su inspiración nosos espíritus invaden mi cuarto, en ignorancia, preguntéle: Pero madre, secreta. No podría trazar o escribir busca de abrigo. cómo pudo ser un gran poeta sin haber en este mismo instante, una solo línea Recuerdo o más bien creo recordar escrito nunca nada? Entonces ella, con visión divina. Pero mañana, después de que cuando Jesús estuvo aquí, nos mi una dulce sonrisa en los labios, me cona nosotros y también al inundo testó: Eso. quién lo sabe, hijo mío?
mi retorno, estoy seguro que podrá di que nos rodea, con una mirada serena, bujar su rostro.
Quizá la humanidad entera y hasta tal llena de amorosa inquietud, sin que lo vez nosotros mismos, todos seamos los Son las dos de la mañana y aun per grara enturbiar sus ojos, la rutinaria rea versos que él nunca llegó a escribir.
manezco en silencio, escuchando el ca lidad terrenal de los sentidos; y a pesar ¿Me preguntáis cuáles los siete dencioso ruido de la lluvia que golpea de conocer las profundidades más ínti trabajos que deseo realizar antes de rítmicamente sobre mi ventana. Una in mas de la belleza, su apacibilidad y su morir? He aquí uno de ellos: quisiera tima tristeza invade mi ser, pero es la dignidad. le causaban una eterna sor edificar una ciudad al borde de una bamia, una tristeza que embalsama el alma presa.
hía y en una isla erguida frente a ella, y que prefiero a la más estridente de las He estado pensando todo el día en la levantar una estatua; pero no será una alegrías. En la uietud de la noche, Abuela de Jesús y en lo orgullosa que estatua en honor de la Libertad, mas cuando los sueños andan en busca de se sentía de El. Nació Jesús y esto lo de la Belleza. Porque en nombre de la los soñadores, me complace la soledad; saben muchos no en un establo, como Libertad, la humanidad entera lucha, y cada uno desiertos sobre ia raba a son