José Carlos MariáteguiMarxism

382 REPERTORIO AMERICANO terror Hemos conocido así en los tres últi doctrinarismo revolucionario nuestra gemos lustros un revolucionarismo teórico neración no saldrá del terreno de las que de lo político y lo social se comuni grandes abstracciones, Mariátegui el ca a todas las zonas de la existencia coescritor del Perú, una de las figuras más lectiva. En la América de estos años reveladoras de la creación polémica amerecientes quienes no podían revolucio ricana entre 1920 y 1930 sentía verpar otra cosa revolucionaban la Ortogra dadero ante la palabra Reformisfía; escribían como los ultraístas y los mo. Desde su silla de ruedas en que autores de manifiestos y poemas estu lo postró una prematura enfermedad, diantiles rebelándose contra la oligarquía Mariátegui atacó a hacha y mandoble el de las letras mayúsculas o prescindien edificio social del Perú; señaló verdades do de la puntuación, hechos nimios que y métodos utilizables para una nueva para el historiador revelan el espíritu actitud realista, pero Mariátegui, que no anti tradicional, el pequeño síntoma de un nuevo estado de conciencia.
Concedo y comprendo que este reINDICE volucionarismo parecía la obligada antitesis del optimismo ciego en que otras generaciones vegetaron y aceptaron todo. Sólo de una vasta disección crítica ULTIMA REMESA como la que desde la post guerra se ha Edwin Seligman: Cinco confereniniciado en la América Latina, puede cias. Problemas basico latino amellegarse a la pura anatomía, al hueso ricanos mondo de nuestra realidad. Pero tam Alfonso Reyes: Romances del Rio de bién hay una moda revolucionaria, una Enero. 00 demagogia de estilo moderno que a la Antonio Médiz Bolio: El libro de Chilam postre reviene tan estéril y vacía como Balam de Chumayel.
todos los charlatanismos pretéritos. Por Emilia Pardo Bazin: Sud Exprés. Cuenlo mismo que el choque de doctrinas y corrientes políticas ha sido tan desorbiJ. Miquelarena: Veintitres 50. tado en los últimos años, el hombre se Rodolfo Rocker: Artistas y rebeldes. Escritos literarios y sociales)
mueve en un remolino ideológico, arras Teodoro Dreiser. El financiero 25 trado la última abstracción, por la Victor Guevara: Filosofia del suprenamás reciente consigna. En vez de diricionalismo. 50 gir las cosas, se deja aventar por ellas. Wundt: La evolución de las filosoInquirimos ya si en esta acusación fias 25 y alegato a que hemos sometido el paFrank Wedekind: Despertar de primavesado y el presente de América, no se ra. Traducción de Manuel Pedroso. 00 distingue lo utópico de lo realizable; si José Vasconcelos: Tratado de Metafisica. 00 por conservar una etiqueta de riguroso Solicitelos al Admr. del Rep. Am.
podía ser hombre de acción, asoció todo cambio al ejemplo ruso. Quiso aclimatar bajo el aire incaico la dialéctica marxista. en el Perú interrogan hoy como se interrogarán mañana cuál es el tiempo fijado para esa revolución que vaticino Mariátegui. En la esperanza, en la servidumbre de la doctrina imposible, una generación pasa y otra la sustituye y olvida.
En medio de las ruinas que hemos acumulado en la demolición de los últimos años, es hora ya de conocer y pesar las bases de la construcción futura; no de la construcción utópica escrita en las bellas líneas del papel, sino de la. construcción posible, la que armoniza doctrina y realidades.
Queremos después de la negación y la crítica, la hora afirmativa. Es preciso aun a a trueque de perder popularidad el balance honrado. Porque lo más trágico que puede acontecerle a una generación es vivir en culto va.
poroso de los fantasmas: confundir sus sueños con la realidad de los otros, co. trer desalada como detrás de fåtuo, inaprensible, fugitivo. Esta concepción de lo realizable es lo que ahora reclama en la América, el turbulento instinto social. él y a la necesidad.
de cumplir nuestro destino histórico, debemos sacrificarle algunos granos de apretada doctrina. Siempre fué superior la acción a la inercia, la vida a la esterilidad. acaso muchas de esas cosas que desde su sillón de paralítico llamaba Mariátegui Reformismo. sean para algunos pueblos nuestros la única solución revolucionaria. 00 10. 00 fuego tos. 00 00 porte Finigénito De Corazon Aventurero. Envío del autor ¿Sientes tú que te atrae desde el fondo de mi alma o siento yo en tus ojos su atracción. Tras de pasar el dia, de retozo, en la playa, luciendo tus siete años ante el mar, la agonia del Sol te envuelve en una suave melancolia.
Te quedas en suspenso, contemplando la raya del horizonte; y pienso que amas la lejanía. Amas la lejanía y el viaje y la aventura. No en vano la mirada se te va por la anchura.
También buscas el humo del buque, en cuya estela urde el mar la aventura. También buscas la vela, en cuya palpitante concavidad el viento pone un soplo de vida. La vida es movimiento.
Hay que vivir, moverse, viajar. Gloria a las naves!
El Destino confia sus misteriosas claves al curso de los astros y al vuelo de las aves.
Hijo n:io: si quieres vivir, viaja. Así sea.
Lucha como una quilla contra viento y marea.
Hijo mio: en tus ojos se refleja mi vida. No seras tú la parte de mi alma que se siente, después de medio siglo, del cuerpo desprendida y lucha hasta que logra reencarnar nuevamente. No iri en tu carne pura mi alma entrando a medi: que se va desprendiendo de mi carne doliente. Tal me complace verte dibujar naves y olas, con lápiz espontáneo lleno de maestria.
Largas horas con ello te distraes a solas. Quién te mueve la mano, si no es el alma mla?
Hijo de la que tengo por mi última demencia, ya que en ella he agotado fantasia y pasión, puesto que mi pecado dió vida a tu inocencia, tú eres para mí el Angel de 1: Resurrección.
Si mi vida refléjase en tus ojos profundos, tus sonrisas son como promesas de otros mundos. Entro yo en ti o tú llegas a mi desde muy lejos. No sé: a la vez me ofreces promesas y reflejos.
Resucito en ti. Solo se explica asi el cariño de que por ti estoy lleno más que por mi. Daria mi dolor de hombre en pago de tu placer de niño.
Es que en tu alma me siento tal vez más que era la mia.
Sin dejar de ser ángel, comienzas ya a ser hombre. No te quiebra las alas el peso de mi nombre. Como purificado quedo con tu pureza, la vida en mi concluye por ser la que en ti empicza.
Por eso, al sorprer. derte viendo, ante el mar en calma, el horizonte, pienso que amas la lejanía.
José Santos Chocano Valparaíso. 1931