95 REPERTORIO AMERICANO Sonetos de Antonio Llanos Colaboración SEMBLANZA INTERIOR LA CIUDAD DE DIOS Bajo el asedio mistico de la noche rebosa En el paisaje oscuro de mis ojos anida el fuego que alimenta el hondo azul arcano; el vaso de mi angustia. La biblica saeta mig blenes son el mar, el cielo, el monte, el llano me traspasa los huesos y enciende la secreta y al infinito alcanza la sombra de mi egida.
antorcha que vigila mi torre silenciosa.
Mi lámpara circunda la lumbre misteriosa En mi interior, la suma de la muerte y la vida; la dulzura materna trasplantada a mi mano; que ciega las pupilas en la profunda meta; en Patmos medi el ritmo callado del Poeta mi sien llega el vasto gemir del oceano y en el monte serafico dialogue con la rosa.
y mi canción al vuelo del abismo convida.
En el columpio arcano mi corazón se mece Me nutre el horizonte como a la grácil caña sobre la urdidumbre cósmica de las constelaciones.
que al recoger el cósmico rumor del universo Al vuelo de mis manos la claridad fallece.
siente llena de fuerzas musicales su entraña.
Seguidas por la escoita suplicante del viento La noche entenebrida me cubre con su manto pasan ante mis ojos las celestes visiones.
y su lágrima turbia desciende hasta mi verso ¡Y en el alba desciende fundido mi lamento!
para cifrar en claves de humanidad mi canto.
ANTE EL MARMOL DE BEETHOVEN SHAKESPEARE Antonio María Valencia. Tu lengua canta aún en el fatal mutismo!
El diamante del canto se enciende en la pupila El fuego de tu antorcha deslumbra al universo del mármol con fulgores de ignota pesadumbre; y al pie del alto plinto donde enciendes tu verso la frente, como el duro perfil de la alta cumbre, David redime su arpa del fúnebre ostracismo.
en la acordada noche la eternidad vigila.
Apolo unglo tus sienes con musical bautismo, La Pléyade errabunda sobre su sien destila tu canto, urna del sueño, en vivo azul fue inmerso; en aceito de ónix la sideral herrumbre: Tú viste sobre el mundo tu propio ser disperso la piedra tiene el mistico resplandor de la lumbre cuando tu voz mecia la cuna del abismo.
que en el monte de Patmos, inefable, cintila.
Mas, sin embargo, Amor detuvo alli su velo.
El escoplo del tiempo pule su mano tersa En el nocturno coire tu corazón se vierte y en la isla sin noches del ojo ardiente y mudo y el soplo de Dios guia de tu gemido el vuelo.
hunden los nueve ritmos su música dispersa: Nutrido de arnionias tu espiritu profundo, Se oye, rota en los siglos, una flauta lejana que asistirá al naufragio del Tiempo y de la Muerte, y unos dedos transforman bajo el zafir desnudo cautivo ve a tu huesa la vasta luz del mundo.
la tempestad de Dios en armonia humana.
EXTASIS ES ESTE UN VIEJO BIBLICO (Walt Whitman)
Ciego de lumbre y ritmo mi corazón arcano abre las alas misticas al inasible plinto Un ciclope comenta tu alarido sonoro y al paso de la móvil llanura de jacinto y la ciudad de hierro le brinda su armadura: deponen mis sandalias el trajinar humano.
cuando hiende tu váculo la plomiza llanura se encienden los crepúsculos en las astas del toro.
La melodia advierto del éxtasis. Cercano el céfiro de Dios colma el azul recinto Agit tu planta corre dejando atrás un coro y el seno de la estrella reparte el don suscinto de búfalos salvajes. Mas, si en la tierra dura de su luz sobre el monte y el pesebre cristiano.
los niños con la luinbra de su mirada pura visten tu barba trémula nos das un canto de oro.
Un fulgor invisibile dora mi pensamiento.
La atmósfera candente se resiste a la honda David me da sus citaras y mis canciones mudo llamada del lucero. Hunde su varillaje en la saeta ustoria del biblico lamento.
en un pozo de fuego la palma leve y blonda.
En torno cierra, unánime la soledad su nudo En la pampa de sepia silba un viento salobre y al arrojar mis redes de angustia al firmamento y un oso baja al valle seguido del celaje.
la eternidad me entrega su corazón desnudo.
Las agullas custodian la montaña de cobre.
Antonio Llanos Antonio Llanos. Viene de la página 88)
pudieran recogerse en el fondo de una to a las prescripciones métricas ordinataza de porcelana, el poeta se desnuda rias. Con todo, no es un retórico ni un de toda humana ambición y entra en la seudo clásico, cosas que se identifican naturaleza como en un baño sagrado fácilmente con la sumisión irresponsable Sumergido en esa fuente de salud eter. a las normas tradicionales. La poesía de na, establece relaciones con todos los Llanos recorre la órbita eterna de alseres vivos y aun con aquellos que tras gunos temas universalmente reiterados, pasaron el el límite conocido de la existen y sus cantos son el constante avatar cia, pero cuyo influjo perdura en cier espíritu humano, que vuelve siem tos signos extraños, como el rumor de Pea las habitaciones oscuras, el súbito par sentimiento para renovar las fuerzas del padeo de algunas cosas perdidas o las corazón y de la inteligencia. Pero hay anunciaciones del ángel que atrae la algo que impide a Llanos caer en la repetición de formas abolidas en la ex Antonio Llanos no es un poeta de plotación de lugar común poético, y es vanguardia. y lo decimos sin ánimo de ia diáiana sensibilidad que opone al esalabanza o vituperio. Su ortodoxia men pectáculo de las cosas, verificando en los tal abarca, desde la aceptación absoluta senos de su visión interior un fenómeno del dogma religioso, hasta el acatamien de maternidad espiritual, pues contem plar el mundo con ojos nuevos es crearlo otra vez y darle forma inédita en la tibia arcilla de una emoción elemental.
En cada hora del pensamiento humano se cun:ple la palabra del ecuménico Leonardo: El hombre, modelo del universo.
No es posible, ni en esta hora férrea del positivismo trascendental, dejar pasar inadvertida la obra de Antonio Llanos, agente obstinado de la cultura patria, y apóstol de un evangelio de belleza que, tras de grabar los signos redentores en la cripta de piedra en donde se resguarda de la persecución tumultuaria, acabará plantando el ara de la paz en el centro mismo de la con tienda humana.
del Rafael Maya Bogold, Colombia.