Valor pices Se enriquecía no un di Puderzumbido, luego la voz las horas lejos del vicio, Ocon Pleando obras de un tierra 92 REPERTORIO AMERICANO rando hacia un ángulo donde no había nadie. Al fin del segundo cigarrillo, lo libro muchas esperanzas de gloria. ahora el libro, y con él mi gloria, vaacometí de pronto: ROGELIO SOTELA cilaba, languidecía cada vez más misera En resumen. qué haces aquí. Nada, nada.
blemente en mis manos, página a págiABOGADO na, debido Era tan sumiso que me puse a reír y, funesto efecto de la fácil riqueza.
mis ocupaciones nocturnas, tras de la risa, no sé cómo, más bien diNOTARIO el Flamcho no o sé por qué, sin intención, como bloyant mi desesperación amorosa se ha un estornudo, algo me dijo. Diecisiete.
Oficina: Pasaje Dent bía aplacado, la figura de la traidora se habia desvanecido en mi memoria y ya Amilcar corrió en seguida. Sentí un TELEFONO No. 3090 remordimiento no había razón alguna para no regresar No dejar de aguzar la oreja. Of Casa de habitación, Teléfono No. 2208 Había una razón, sí: Amílcar. Podía abandonarlo de ese del anunciador: ese modo? Yo no tenía para hacerlo. La existencia de ta Diecisiete negro.
La tarde del día siguiente me puse yo Tú no juegas, tú me dices los números; había terminado. Amílcar vivía al salir partimos la ganancia. así lo y se también a jugar con él. Perdimos, Prola virtud de gracias a hicimos durante dos meses. Todas las bé jugar algunos golpes solo y perdí.
mi inspiración prodigiosa. él la riqueza noches no sé que demonio me sugería Volvió a jugar Amílcar, y yo le sugería le pesaba ni le producía fastidio. Era los números, y siempre los afortunados.
un alma simple, jamás se hubiera puesto los números ganaba siempre. Poco des Apretaba un instante los ojos, tendía, a escribir la vida de Ruggero Bonghi.
pués, se detuvo y le dijo: Vámonos. casi, Yo me decía: Cuando un día esta vena oreja, y una especie de voz intiY nos fuimos.
10 ma, un consejero inesperado, me decía se acabe, habrá de encontrar otro modo claramente número. Despi siete de seguir viviendo. los lectores les gustaría que yo con u ocho números, la voz no me decía na Pero ¿cómo persuadirlo? Confieso que tase con más detalles los episodios e in da más. Nos íbamos. Ganábamos cerca cidentes del juego, porque ya sé que se ahora ya lo quería bastante. Con este de quince mil liras por noche.
pensamiento días y semanas y creciendivierten con estas tonterías. Pero yo do en mí la impaciencia de irme, me no escribo para deleitar, escribo para Pero el dinero perturba la paz del nació Oscuramente (acaso también por instruir.
hombre. De mano en mano aquel oro obra del diablo. la idea de un ardid pa Al salir de allí la tercera noche, Amíl mágicamente ganado la noche anterior, ra volver suavemente a Amílcar a una car, que era un hombre honrado, me se acumulaba en mis cofres; mis jorna vida más digna sin que me guardara dijo: das se volvían pálidas e inquietas. La vi rencor, a mí, que sólo le deseaba el bien. Hagamos un pacto. Vendremos to da de Ruggero Bonghi empezaba a ex Maduré mi plan, gasté algún tiempo das las tardes. Yo juego con mi dinero. tinguirse, y yo había fundado en aquel en ponerlo en práctica. Un día, en que (DEL TESTIMONIO DE VALLE) FOLLETIN DEL Rep. Am. 6) Uno de los deseos del ciudadano Valle, amante siempre del bien univerles: los que han meditado de noche y combir. ada, o designar el bien que pue sal. trabajado de día para llenar el objeto den producir otras medidas Que se empeñen (las Diputaciones) en grande de su institución tienen sentidar a los pueblos el hábito más útil mientos más íntimos. Es alegría para Trabajemos con celo y constancia. No que puede imaginarse: el reunirlos los el alma de los agentes del poder eje recibiremos nosotros todos los frutos de días de fiesta a trabajar en alguna cutivo que han llenado el año trabajan nuestros trabajos. Pero los recibirán obra pública. Sería ocupación digna de do para bien general de los pueblos. Ni nuestros descendientes: los recibirá la la Iglesia del fin de la ley. Se lleel geómatra, ni el algebrista Patria donde hemos nacido: los recibi naría el de la primera ejerciendo un calcular la extensión y energía de su rá la América que amamos y debemos acto de caridad universal, siempre pregozo. Las almas sensibles: los homferible a los de caridad individual: se bres que se enternecen a vista de una Quemad todos los libros: destruid to llenaría el de la segunda infeliz: los que sufren cuando ven sufrir, das las imprentas: cerrad todos los insson los que deben hacer el cálculo de titutos y academias: formad planes pacosas útiles. Uniéndose los palos sentimientos de quien haya velado ra sofocar las ciencias; trabajad para lletrabajar en para hacer felices a provincias o nacio nar el vacío de ellas con lo que placiere munal, y preparándose después meriennes enteras.
a tus proyectos.
La mano más poderosa das sanas y gustosas, o almuerzos senLos pueblos tienen derecho para sa no tiene imperio sobre el pensamiento; ber lo que se ha trabajado en su bien.
y mientras haya en el Globo un solo brarían a la sociabilidad? esta sociaEllos son los que trabajando y sudanque piense, las ideas de este bilidad ¿no alentaría la civilización, y les do forman las rentas que mantienen a los funcionarios: ellos son los que unien Para que no existan las ciencias es es la que crea el espíritu público?
do fuerzas individuales forman la fuerza necesario que no haya hombres. Habiénpública que sostiene el el orden.
Cuando un gobierno presenta el cua tiendo algún pensador, sus pensamien Hay moralidad en los talleres: la hay dro de lo que ha trabajado y el plan de tos han de correr por la superficie de en las fraguas y telares. Cienfuegos enlo que piensa trabajar, los pueblos se la tierra como las aguas del Támesis o contraria artesanos dignos de sus canpenetran de gozo, estrechan los víncu del Sena, del Tajo o el Marañón. tos, y Séneca vería aquella virtud que los de unión con los que gobiernan, les No había libros en las primeras eda tiene las manos encalladas con el trabajo.
dan su confianza; y esta confianza es el des: no era descubierto el arte de la imelemento primero de un buen gobierno, prenta: no existía ciencia alguna. Salvajes bárbaros poblaban el área dilatada Dar honor al artesano es dar imQue los hombres dignos de escribir del Globo. Pero estos salvajes eran hom pulso feliz al arte, u oficio que ejerce.
hagan a la patria el servicio que debe bres: los hombres tienen necesidades: Envilccer al uno es deprimir y atrasar hacer un sabio: presentar sus pensalas necesidades hicieron pensar y el pen la marcha del otro. Honremos a los ar mientos y observaciones, indicar el mal samiento creó la ciencia.
tesanos: y las artes y oficios adelantaque puede hacer una providencia mal rán como exige el interés público.
y pueden amar.
COhombre se nse; y exis