Más sobre Cajal ni aun cualques un detalles más pequefios, analiza.
REPERTORIO AMERICANO 361 Cajal exalta en estas páginas la trascendencia de su persona y de Ningún epafiol, y menos, si es su ubra, con tan pura objetividad, profesional o aficionado de la Ciencia, a quien so pida que honPor el Dr. GREGORIO MARANON que nos parece que es otro peDe Estampa. Madrid ro otro que las conociese tan bien re en público al maestro, puede como él mismo el que las esesquivar la respuesta, cribe.
siendo, como yo, de los que por esto se debe la inmensa efirazones de disciplina científica no cacia, tónica de la voluntad, de estuvieron en la intimidad cons.
tante del gran español que acaba la autobiografia del maestro. La vida ejemplar, genial y tozuda, de de morir. Pero si siempre dentro de la órbita de su luz genial que aragonés universal, aparece alli viva y directa, ni aumentada ni a todos nos guiaba.
disminuida por su propia pupila de observador; con la misma naCuando, de muchachos, entráturalidad en su grandeza que el bamos en la Facultad de Mediciperft! de una montaña.
na, el conocer, el estar cerca de Cajal era la mayor emoción de la novatada y, en efecto, el pri.
La obra de maestro de Cajal. mer dia de la clase de Histologia, adquiría su intensidad y su granen in aula abarrotada y deza más netas en el atento afan obscura, apenas iluminada por la luz de con que seguía, y si era preciso criticaba, patio a través de cristales que producción de los nadie lavo nunca, aparecia el demas hombres de ciencia españoles, sobre todo de los jóvenes.
maestro con su aire distraído, y Ninguna vez le hemos enviado apenas empezaba el frío, con su un libro o un opúsculo modesto capa. Satisfecha la emoción, la 125 sin haber recibido, grey estudiantil se dispersaba, ebido poco, una carta suya llena de afectuosos esaquella clase era una más. Y, Dixench tímulos para seguir trabajando y sin embargo, al cabo de los años.
de atinadag indicaciones para recnos enteramos de quo Cajal era tificar el error y la inexperiencia.
un frodigioso maestro.
Recitaba Cajal, en su gabinete de estudio Estas cartas suyas, de los que con voz un tanto obscura su leccuantos trabajamos por la Ciención, con claridad y exactitud de verbo insuperable, y, sobre tod, que fué característica del espíri cia tenemos una serie, están lle.
nag de juicios penetrantes sobre con una arquitectura pedagógica tu de su autor en todas las maUno de los libros que han in.
los temas que en cada momerto en la que nada faltaba ni sobravida. Acaso preocupaban su atención. La intiba. Y, además aquellos esquemas fluido más en el espíritu actual nifestaciones de su midad daba, a veces, vehemencia en el encerado, con lag tizas de de Espafia es el titulado Reglas y culmina, como en ninguna otra extromista colores, que nadie podria superac. Consejos sobre la investigación parte, en este libro inmortal.
sus juicios. Por Hoy pensamos si tal vez no fub Científica, que Cajal leyó como ejemplo, en varios de sus libros absurdo que Cajal en persona discurso do entrada en la Acade Los Recuerdos de la vida de alude Freud sin entusiasmos, diese una claso elemental diaria mia de Ciencias, y que pronto, Cajal son, claro es, otro documen pero con cauto respeto. Mas su de Histologia, durante treinta En libre de los protocolos académicos, to básico para conocer su perso comentario sincero era otro.
circulo afios, a los alumnos de primer como volumen gra nalidad. Achúcarro, el malo una carta. contestación a otre curso de Medicina. La clase la cias a la solicitud de un grupo grado biólogo español, le of una mia en la que le exponía yo mis debieron dar, sobre su libro magde sus admiradores y ansigos. vez comentar estas memorias addudas y objeciones sobre alguros nífico, sus colaboradores; mieilTodo lo que fué fué Cajal, como ejen. mirables, parangonándolas con las temas freudianos, escribió esto: tras, el seguiría produciondo en plo quedaria ahora reduci del gran naturalista Tengo que ampliar ese trabajo el laboratorio. Pero acaso, pendo casi a nada gin su libros de Darwin de la vida que se on él me ocuparé de Freud paru come también, no nos damos samos Pedagogia científica, y lo fuerci, desarrolló en torno suyo como si criticar alguna de sus exageracuenta de que los estudiantes in. en realidad todos, pero éste de un él mismo no hubiera existido. Su ciones más audaces.
conscientes del primer aflorecimodo fundamental. En España personalidad aparece dibujada en más de quinientos sueños que de Cajal la gracia de su se han perdido muchos grandes el bueco del ambiente como un tengo autoanalizados (sin contar presencia.
manantiales de cultura por la pe negativo de este Cajal, en camcon los de personas que conozco. No cotiza de los grandes reza de escribir; pereza y, a ve. bio, esculpe con su prosa de es resulta imposible comprobar, salhonbres el hecho de que vivan ces, reacción elegante frente a la cultor su propia personalidad, y Vo rarisimos casos, las doctrinas a nuestro lado, aunque no nos graforrea de espíritus la vida vida española de su época surdel arriscado y un poco ególátriens:Sien nada directamente. Cuan mediocres o vanos. Por todo ello. ge como el negativo de aquella.
co autor vienés, que me ha paredo un pensador o un investigador varios de nuestros grandes maes. No podía ser otra cosa. Porque cido siempre más preocupado con insigne de una conferencia o una tros han terminado si eficacia al Darwin fué el producto de la idea de fundar una teoria senlección es frecuente oir a los ras morir, como los teaores.
ambiente y Cajal el creador de sacional que con el deseo de sertacueros del público que no ha El libro de los Consejºs se ha su ambiente.
vir austeramente la causa de la dicho nada nuevo, ylle leído mucho. Hay varias edicio El encanto insuperable do 139 verdad cientifica.
elocuencia o cualquier otra lige nes, copiosas, agotadas. Poro Recuerdos del histólogo español reza por el estilo. Pero lo esen¿lo leen todos los estudiantes de depende de que las largas pági En estas cartas se pueden comcial no suele ser lo que se dice Medicina, todos los nas dedicadas al relato de su vi pletar las ideas de Cajal sobre el o se deja de decir, sino que ser vestigadores en orden da y de su propia persona, en sus amor. De un modo fragmentario el hombre do excepción el que cientifico? Tal vez no.
aparece su doctrina amatoria a lo diga.
verdadero Evangelis de la busca dos y encomiados con una na lo largo de sus libros. El esque.
Si ahora rebuscamos las raíces santa de la verdad, comparabe turalidad infantil, no producen ni, ma es éste. De un lado, au apode ruestra formación intelectual, en muchos de sus aspectos a la un solo instante la sensación de logía entusiasta del amor conyu.
encontramos el tesoro de todos lo Introducción a la Medicina Expe egotismo y pedantería. No es po gal, basado en el compafierismo que nos dio Cajal, vivo, hablando rimental, de Claude Bernard. Hay siblo enfocar con mayor modes amistoso de los cónyuges, y, co.
entre nosotros, aun cuanto mu en el, además, una deliciosa mez tia la conciencia de su propio y mp bien supremo, en su colabochos días no le oyésemos apenas. cla de lo grave con lo infantil, excelso valor humano y social. ración para la obra común. Pero a suelto, era Vivo, Darwin.
Porque ca bimos algunos מחט habla sin presuntos in.