EDITOR: García Monge Correos: Letra Suscricion manual: 00 REPERTORIO AMERICANO 10. 52 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Desde que Garrison fundó su Liberator no hubo paz en la Unión: cómo crecen las ideas en la tierral. José Marn.
Ropresentanta en Hispanoamérica: Alfredo Pinoyro Tellor Pelano, 10. 000.
Giro bancario sobre Nueva York EXTERIOR: Se sentre, 1350 LETRAS Bolívar y Marti. por Emeterio Santovenia De Denuncia, La Habana, Cuba. Enivo del autor En lo hondo de los destinos de América, los esfuerzos liberadores de Bolivar y Martí se complementan en maravilloso concierto. Al uno le tocó el empeño de cambiar su condición propugnando zu derecho de ser libre, y conquistándole con la espada esa libertad.
Martí llegó cuando aun parte de esa América no había logrado su liberación y cra preciso completar la obra de Bolívar. Por eso dijo: Bolívar aun tiene que hacer en América. Aunque Bolivar se entregó con primordial empeño a la obra primera que habría de darle el título de Libertador, no olvidó la necesidad imperiosa de llevar a los pue. blos a la plena posesión de su ciudadanía, para lograr verdaderas repúblicas.
Martí, al propugnar la libertad de Cuba, proclamando que América no era libre mientras parte de ella no lo fuera, seguía las huellas del Libertador.
Bolívar y Martí pusieron el hombro al empeño de hacer surgir en América un mundo nuevo, libre y pujante. Sus carreras de hombre les llevaron, por contrarios inicios y bajo signos diversos, a idéntica sublimación del dolor, hasta convertirlo en fuente de entereza y designios. Si en uno había cierta propensión al gesto grandilocuente propio El propósito de acercar los mensajes de estos dos hombres, que en la obra americana son dos impulsos complementarios, se cumple esencialmente en este libro útil y justo. La luz de Marti iluminando la obra de Bolívar, y la claridad martiana alumbrando el camino de América, son designios que se realizan en un aliento unico. Con maestría y amor, las dos vidas van desenvolviendo paralelamente sus carreras hacia tér.
minos idénticos. Fundadores de pue blos fueron y sus palabras nos llegan, limpias y aun vigentes.
Santovenia nos ha dado su más acendrada contribución al conocimiento de lo fundamental americano en la vida y obras de Bolívar y Martí, con este libro que ahora comprendemos cuán necesario era, y que de hoy más resultará imprescindible. No podíamos suponer tal cúmulo de acercamientos entre las figuras máximas de la americanidad; sobre todo, un camino tan parelelo en las esencias, entre aquellas vidas.
Marti recogió en su obra el eco disperso de Bolívar, y lo instrumento con valores nuevos y humanos. Se conoce mejor sus mensajes acercándolos, como en este libro se hace.
Félix Lizano Emeterio Santovenia del hombre de espada, y en el otro el tono humilde del redentor de hombres, en lo hondo sintieron de modo muy parecido el destino de América.
La balada de León y Granada en Nicaragua Colaboración Yo no soy do ninguna parte. Buscan las manos.
Algo de Comayagua, algo de Cartagena, los pies y los ojos y nada, nada, nada!
luz gótica de Brujas, burn olor de Toledo: Iba con dos amigos, más que amigos hermanos, y alterna con el llanto de las almas en pena, deshojando las rosas de brujas en Granada.
la risa maliciosa de Fernández Oviedo.
Conio León, Granada, tienes un no se que Yo no soy de ninguna parte. Mis experiencias de cuentos, d: leyendas, de nostalgias, olvido humanas son atroces, quién fuera jaball! árboles silenciosos, empapados de te, En puntos suspensiyns, bajo las reticencias, para versos que suenan por detrás del oido.
en Brujas, con mis versos de Flandes, para mí.
Jalteva, San Francisco, Le. Merced. Nunca pasa, En Granada, en León se puede vivir, pero, mi Brujas que por muerta, permanece más viva, en una casa aislada, que nadie se dé cuenta, y mi alma en el seguro remanso de su casa como Hamlet, los dedos en los labios, señero, es un cierro nervioso de gracia fugitiva.
ciervo, que al ver su sonira tembladora, se ahuyente.
Auténticas cludades y clásicas son éstas, Alientras viene a tocarme, con su Mano que toca, con penumbrs humanas y luz de monumentos: el Divino Señor de la paz verdadera, de Don Juan, de Don Pedro, de minúsculas gestas, y florezcan mis ojos, mis manos y mi boca donde juega la historia desmenuzada en cuentos.
y mis pies, bajo el a de claridad primera. Pallais, Pbro.
en Bruias de Plandes, los siete dias del mes de Enero de 1984.
Imprenta LA TRIBUNA.