REPERTORIO AMERICANO 363 gura ile Unamuno. Sin razonar el juicio, afirmandolo en seritencias.
Así podemos decir: Unamuno político es un gran ciudadana fuera de los partidos.
Literato, es un escritor paradójico, inarmónico, arrebatado, sincero, de mucha fuerza expresiva.
Pensador, un almı preocupada de eternidad: la vida como preparación para la muerte; la muerte como continuación de la vida. Todo sancionado por la propia conciencia, exigente, vigilante. en fin de fines, la conciencia máxima: Dios.
Maestro y no sólo de griegoMaestro, y no sólo profesor, ha enseñado siempre, aun sin proponérselo. Se saca las perlas del alma y no las extrae, paciente (como tantos otros) de libros extranjeros, limitándose a montarlas al aire ea filigrana retórica.
Hombre, perfecta persona de bien, ajeno toda envidia. Seguro de su fuerza, busca a sus pares y no el vano cortejo de intonsos discípulos disciplinados.
Varón apostólico de carácter diamantino, con la boca llena de verdades y con una vida clara, vivida en casa de cristal. Hasta en su figura física es grande.
Hasta su barba es blanca, pura. Hasta sus ojos fosforecen ya en los umbrales de su augusta ancianidad. Hombre oceánico! Por su hondura, por sus tempestades, por su belleza, por sus perlas, por el mar.
Las dos ciudades de Unamuno. Viene de la página 360 Patriarcalmente, nuestro Miguel las bate. Ni la República ni la Monarquía son llama por sus nombres: consustanciales con la patria; el Imperio acaso sí, en cuanto precede o sigue a la lenComo a los troncos vivos de los árboles, gua, que es sangre de la raza, y por tanto, de las aulas asi en los muertos troncos, vida. Imperar, en su acepción originaria grabó el amor por manos juveniles presupone proteger y quizá convertir, o sea su eterna empresa.
salvar matando a la muerte.
Cuando Miguel escribe que consolidar Sentencias no hallaréis del Triboniano; es consoldar, nos entrega una frase aprede Peripato no veréis doctrina, tada de sugestiones. Quien consolida conni aforismos de Hipócrates sutiles, suelda, es decir, refunde vínculos ardientes.
jugo de libros.
Federar es reunir lo que está separado, no separar lo que está reunido. Imperio, y seAll Teresa, Soledad, Mercedes, gún la aliteración del inglés arcaico, el Carmen, Olalla, Concha, Blanca. Pura: kenningan. grato a los primeros cronistas nombres que fueron miel en los labios, Werodes Weard. el guardián de la hueste.
brasa en el pecho.
Sí: el Imperio guarda la hueste esparcida, como la Iglesia, que es Imperio para San Alll en Salamanca, el rector abria el Agustin, la suya. Al Imperio sirvió asimisde octubre de 1931 el curso escolar ante mo la tierra vasca, de la que Miguel, coprofesores y estudiantes de las cuatro Fa mo antaño el canciller Loyola, Legazpi o cultades, que abarcan: salud, ciencias, hu Peñaflorida, es boy el primero de sus hijos.
manidad y justicia. Alli exhortó a los su Tan suya como Salamanca es Bilbao, para yog a continuar, ante todo y sobre todo, la la que ha encor:trado requiebros entrañables: historia de España. Recordad que aqui decia murió el des ¡Oh mi Bilbao! Tu vida tormentosa venturado principe Juan, único retoño de la he recogido yo; tus banderizos, Reyes Católicos, frustrando el que se junto a los mercaderes, en mi alma fraguara una dinastía genuinamente espaviven sus vértigos.
fola, y al morir vino de allá lejos Carlos de Alemania y de España, contra el que Dentro, en mi corazón, luchan tos bandos, se alzaron las Comunidades, y que aquí, en y dentro de él me roe la congoja Salamanca, luchó contra el Maldonado, cu de no saber dónde hallará mañana yo pendón rojo todavía puede verse en la casu pan mi espiritu.
pilla do Talavera de nuestra catedral. Pero aquellos Reyes Católicos formaron la uni Vives en ml, Bilbao de mis ensueños.
dad de España, fundaron la imperialidad Sufres en mi, ml villa tormentosa; española, y conviene hacer presente que les tú me hiciste en tu fragua de dolores empresas que acometieron y que ahora es y de ansias ávidas.
moda censurar fueron obra del imperialismo español, que fue siempre democrático. Fue Contra esto y aquello peleaba en Bilbao el pueblo espafiol, no sus Reyes, el que seny dondequiera, y su villa le arrugó alguna vez el cef. o. No, Miguel; eso, no. podía detia aquellas grandes obras. Imperio abarca a la República y a la Monarquía y es a la cirle a quien vivía en la calle de la Cruz, vez monárquico y republicano. Recordad que luego de nacer en la calle de la Ronda en Roma los emperadores se llamaban erFrecuentemente recuerda Unamuno aqueperadores de la República romana. Aqui lla carta de Loyola a los padres y hermanos ocurrió lo mismo, y se formó la unidad, la imperialidad, la universalidad de Espafia, en la cual colaboraron como pocos las Universidades espafiolas, y dentro do lag Universidades, como pocas, la Universidad salmantina Universidad es igual a unidad y a universalidad. Una y universal es la cultura; unidad es imperialidad, y universaliSASTRERIA DE dad equivale ctimológicamente a catolicidad.
Estas afirmaciones son hoy, como cuando fueron glosadas por la boca ecuménica de Unamuno, materia de dilucidación y de dede la Compañía de Jesús, de Portugal; aque.
lla on que establece los tres grados de obediencia, y en la cual se lee. Pero quien pretenda hacer certera y perfecta oblación de si mesmo ultra de la voluntad, es menester que ofrezca el entendimiento (que es otro grado, y supremo, de obediencia. no solamente teniendo un sentir mesmo con el superior y gubjetando el propio juicio al suyo, en cuanto la devota voluntad puede inclinar al entendimiento.
Bilbao le pedía la entrega del entendimiento, y no iba Miguel a dar tanto.
Comentando el bilbainismo del autor de Paz en la guerra. quien escribe esta nota ha dicho para caracterizar el impetu de su maestro: Corre como río en crecida, turbio de su propia vehendencia, el verbo de Miguel cuando en el poema del Cristo va cantando la frente, los ojos y la boca del Salvador. Quien canta así, con torrencial hermosura, ha de propender más a la pasión que al éxtasis, más al altercado que al ensueño. No siente, aunque si comprenda, las soledades del eremita o del cartujo.
Piensa que el ideal monástico es más estético que religioso; pero al ser estético es justificable. Conque el claustro, según Miguel, haya podido dar un Eckar, un Suso, un Taulero, un Ruisbroquio, un Juan de la Cruz, una Catalina de Siena, una Angela de Foligo, una Santa Teresa, está justificado el claustro. El rector prefiere, con todo, a las frases que van por el mundo. aunque se alcen con el poder o el mando. Que prediquen desea, o que ensefien, o que curen las llagas de los leprosos, que acampen en el mundo para lo que sea: rescatar cautivos o quemar corazones contaminados de albigenses. Si el hombre se cruza de brazos. ha escrito Unamuno con familiaridad menos conveniente que expresiva Dios se echa dormir.
Ni se ha cruzado ni se cruzará Miguel de brazos mientras viva. Con la pluma o con el crucifijo a cristazos. según su frase irreverente, moverá de sol a sol su pelea de cada día. Nog dejará al morir (lo que Dios dilate) obra que por discutida será imperecedera. No ha de salvarse, eso no, sin el que muy altanero exple su arro.
gancia. En tanto la expia, allí en su pueblo, en el Arenal, junto al tilo donde se enamoro de la que fué madre de sus diez hijos, habrá disputas juveniles sobre las ideas del maestro. es claro que bajo las naves de la basilica de Santiago habrá susurro entrañable de preces para sacar el alma del gran bilbaino del Purgatorio.
Primero Bilbao, luego Salamanca, han dictado sus númenes al autor del Sentimiento trágico de la vida. lag dog ciudades vuelve log ojos desde su destierro en Fuerteventura, o en París, o en Hendaya.
Conoció aquellos días el autor de La vida de Don Quijote y Sancho el odio de los mostureros. De ellos habla el venerable poema del Cid, y Unamuno lo recordo más allá del Pirineo. Los mestureros son los detractores que piden al Rey juicios para el mal vasallo. Han sido clasificadas las artes con que promueven la ira del Rey o la de los jueces papeleros. La denuncia es en LA COLOMBIANA Le ofrece Vestidos de Casimir de primera clase 1. 25 2. 50 10. 00 ABONOS SEMANALES MENSUALES y al contado. Precio y trabalo que no admiten competencia. Acabamos de recibir un surtido de propietario que es lo más competente en el ramo.
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