perdera pesar de su anprimera gran secaban el pozo mingo aislado, pueblos: así gia. Porque la vida dar fundadespués, el primer cin nógra. cafo.
de los beneficios de la cosa pública Paba su agricult Palmente REPERTORIO AMERICANO 391 obra de ferrocarril, que con el auxilio invariablemente cuadros sombríos o camanual. Además, nuestra ignorancia en de los lagos y del Río San Juan enla ricaturas grotescas e insultantes. técnicas del trabajo era, según el viejo za, por cierto, el Atlántico coa e! Pacichiste, enciclopédica; España, pueblo rifico. Pero basta lo expuesto en este Zambrana co en artes mayores y menores, dejó croquis rápido para responder a los ob New York, Julio 15 de 1884.
entre nosotros pocos de sus oficios, o servadores superficiales, que como rePublicado en La América. revista que di el letargo de tres siglos los hizo tratos de la América española nos dan rigio Marti en New York y en 1883 1884. se y olvidarse; del indígena, que no tuvo las habilidades maravillosas del mejicano y del andino (a En mi tierra (1)
tiguo arte rupestre) tal vez no hemos heredado más que el conuco y el cazabe.
Por PEDRO HENRIQUEZ UREÑA Nuestra vida era improductiva y ociosa; para quien no tuviera aspiracio Colaboración. Buenos Aires, Rep. Argentina. Octubre del 84 nes de cambio, era feliz. Aquel poeta de Puerto Plata lo decía ingenuamente, Al regresar a la patria, después de de petróleo, el pararrayos; aun el vaen versos que sólo valen como síntoma: larga ausencia, cada minuto ha sido pa por y el telégrafo proceden de princira mí de pensamiento y de emoción. Yo descubiertos en el siglo xvii, si Yo soy feliz, porque moro sólo se de amores que hacen sufrir, y bien desarrollados en sus aplicaciones aquí, donde fue mi cuna.
digo como el patriota: mi tierra no es durante xix. Es en 1896 cuando llega para mí triunfo sino agonía deber. la Desde mi llegada no he hecho otra coinvención típica y exLa pobreza preocupaba a muy pocos: clusivamente siglo xix. la luz eléctriseñal de vida arcaica. El suelo daba el sa que mirar, observar, estudiar con ca. menos que recordáramos la introamor y con inquietud los signos que me ducción, poco anterior (1891. de los sustento para todos, sin esfuerzo aperevelen qué camino ha de seguir mi país principios de Pasteur y sus derivacionas, y, aunque en las ciudades no fuera en este momento crítico, uno de los de todo fácil, los más se conformaban con nes en la terapéutica la higiene, pero la estrechez cisivos de su historia, que desde la ineso llegó sin hacer ruido y su propagay hasta con la la miseria. May dependencia apenas es otra cosa sino ción fue fue gradual. Hacia el momento en pocos se daban cuenta de que tales mouna sucesión de momentos críticos. Afordos estrechos e inactivos de vivir herían que se inaugura la luz eléctrica, llega la salud, tunadamente, ahora no está Santo Do también, como cosa de exhibición exde toda ener: si va unida como antes; ahora es es cepcional, el primer Poco stva labón de la cadena del mundo, y su a sanas actividades, porvenir se decidirá junto con la suerte Sali del país en los primeros días mento a la grandeza de lo fué de la civilización moderna.
del siglo nuevo, en enero de 1901. Caanlos griegos, que miraban la de Yo he alcanzado, en mi infancia, el había opulencia asiática de los Midas do regresé, a los diez años, llegaperíodo final de nuestro largo aislaу Cresos los do el autontóvil, reorganizador de la vie medio bárbaras. Pero entre nosotros se como signo curioso de culturas miento de más de tres da contemporánea tres siglos. Después hasta el aeropla iba más allá de los límites de la frugadel esplendor fugaz que siguió la con no. El siglo xx llegó tan a prisa como lidad: se desnutría la raza.
quista, el país entró en letargo y tod todo el había llegado despacio el xix.
siglo xix se consumió en esfuerzos Como en todo régimen económico rura despertar. El Santo Domingo de hace Hoy, en 1932, el país es una extradimentario, de poca actividad, en nuesfia combinación de forma modernas y tro cuarenta años no parecía un pueblo del antiguo sistema se siglo xix: era, en muchas cosas, un pue con frecuencia trabajar más al que mede formas arcaicas. Santo Domingo ofreblo del siglo xvii, cía hasta ayer el arquetipo de una vida nos podía producir. Así, a veces, cuannacido, los hombres do el jefe de la familia no patriarcal que organizó en las Antide mi generación, en una ciudad todalas llas en el siglo xvi y que hace tiempo vía amurallada: rasgo que es lástima desapareció en Cuba y en Puerto Rico: únicas que trabajaban eran las mujeres: haya perdido, porque habría podido ser en Cuba, sobre todo, que fué el primer sostenían ellas la casa con sus labores vir de testimonio vivo del pasado en país de la América española donde exisescasamente retribuídas la trinidad de medio de todas las novedades de hoy, tió la gran organización industrial, con la costura, la y la escuela inlos caracteres peculiares que junto con las sorprendentes naves oji le fantil, conservaban el hogar, mientras vales, únicas en su estilo en el hombre proyectaba revoluciones, protodo el desarrollarse en el campo y apoyada en la esclavitud. Nuestra vida patriarcal Nuevo Mundo, de nuestros templos del yectaba destrucción. No es extraño que siglo xvi. Destruímos nuestras mura tenía su origen en la tradición espaen versos de mujer se haya condensallas en una época en que la ciudad consñola: aun más, en la tradición del Me do, por primera vez, el anhelo de civilitruía sus casas nuevas exactamente 30zación de los me diterráneo, con el patriarca de familia Sanín Cano, el bre el patrón de las casas antiguas: las numerosa, a cual se sumaba muchas fuerte y libre escritor de Colombia, dice de 1890 repetían sin variaciones el moveces una masa indefinida de agregaque es la mujer quien da sus rasgos dos, de arrimados, como dice nuestro caracteristicos superiores los pueblos aquella vida arcaica, la única manera pueblo, de clientes, como decían los rode América. La mujer dominicana se que se nos ocurría de ser modernos esmanos y todavía después la turbamul mostró digna heredera de la mujer fuertribaba en destruir cosas viejas olvidán ta de los sirvientes. El hombre impor te de Castilla: sobria, constante, abnedonos de construir nuevas. El sentido tante debía ser entre nosotros fuente real de la vida moderna, que va aliado que manase para muchos: de su suer cortesano no admitió lo severo de su facon el sentido de la historia, nos falta te en la política en los negocios de ma. Recuerdo que, en mi adolescencia, ba: consecuencia del aislamiento. pendía la suerte de gentes que se hacuando hice el descu descubrimiento deslum Se vivía en Santo Domingo, a fines bían acostumbrado a seguirio, a vivir branta que hacía entonces todo muchadel siglo pasado, como en Europa al coen su casa o a rondarla, sin pres clio lector, el descubrimiento de Ibsen, menzar la era industrial. Ciudades pe en realidad servicios bien definidos. no me sorprendieron sus mujeres valequeñas; la población, La existencia se asentaba sobre es rosas, como Elena de Alving. Toda mi rural, viviendo de su casa labor. Dos causas conspiraban coninfancia había oído hablar de mujeres mentaria; poquísimas industrias: co tra la actividad productora, que habría semejantes. No voy a recordar los nomnato único de industria grande, la del dado independencia al individuo: el clibres que recoge nuestra historia. quiero azúcar. Los signos de vida moderna ma, que en las horas medias del día es recordar sólo dos que oí siempre en mi eran, en su mayor parte, progresos que enemigo del esfuerzo grande, y la tra casa como ejemplares: Mercedes Deidataban del siglo xviu o que en el se dición hidalga, que desdeña el trabajo gado de Aybar y Manuela Peynado de habían incubado: el tranvía de rieles, Peynado.
pero de tracción animal, el alumbrado (1) Escrito en Santo Domingo en 1982.
Para los más, el único trastorno ve dos papatriarcal veía siglo xvi. Hemos naci unas pocas, del repostería daba el