162 REPERTORIO AMERICANO en la con limpias y y con que, a despecho de nuestra tcs, generalmente era negra tam Dientes limpios, aliento casi oloro blancura, español por la gallardía antigentiliza, no hemos sido tan bién: una sola vez me admiro pre sc, dedos en pulcritud incorrupta, de su persona física y moral. Mi cortos de ventura que no hayamos sentándose con un lazo correcto, eco descuento de muchas ventajas madre, de buena raza, señora de hecho verter lágrimas y perder jui aunque al desdén, de un tono viold y prendas personales que no pue altas prendas. ley de cios en este mundo loco, donde los do mate. Los guantes si solian ale den faltarles a los que huyen de cristianos prescindiriamos de habonitos se suelen quedar con un grarse con matices más vivos, sin e9a corrupción del cuerpo y de la biar de la nobleza criolla, no yenpalmo de narices, mientras los pf romper la armonia del tono obscu inteligencia. Esta censura, que. dc nos nada en traer a menos una caros feos no acaban de hartarse ro: nada del chillón amarillo cana de conocerla, hubiese premiado con buena parte de esta noble asociade felicidad. Es indudable que no lo, ni del rabioso rojo sangre de to medalla de oro la Sociedad contra ciun mestiza a la cual pertenece era la cabeza de un Adonis la de. 0, ni del gris perla que profana el abuso del tabaco, se manifesta mos. Dónde estudio. No lo sé. Lo Montalvo, sino la de un pensador: tcdo hortera lechuguino; si el color ba también en palabras; y como único que colegirse puede es que melancólica, grave, casi ascélica, plomo, el café, el ocre, cuando más yo, comprendiendo la importancia desde muy joven, soñó con la li mponla atención y respeto. Cómo e naranja. Ni español ni america de las pequeñeces, respeto siempre bertad de su tierra y tomó cartas mitar el don a quien lo llevaba en no en lo de colgarse llamativas jo las del prójimo, nunca he fumado la politica militantes: fué perel rostro?
yes; creo que ni gastaba cadena de presencia de Juan, para evi seguido, acosado, desterrado. Si Lo que desde luego se notaba lloj, y digo creo porque nunca le ria por obra de su cabal educación. pcrque Dios me dotó con una sola le tarle un disgusto, que él disimula ni alma no ha caído en tiras, es en Montalvo, a primera vista, era la meticulosa pulcritud de toda su Tal vez este detalle cause ex La tenia y de las más perfectas. virtud, pero grande: digo la fortapersona, el visible acatamiento de trañeza a los que ignoran el modo Cortés en ademanes y palabras, leza, que hace veinte afios me está Jee leyes del buen parecer, no por de vivir de un trabajador en PaEstrechaba la mano que le ofrecían salvando la vida. Pero ocudetentación, sino por miramiento ris. La primer carta que me escricon efusión si era querida, con narría entonces que yo estuviera hacia el prójimo y carifio a la dig. bio Montalvo está fechada en 27 tural deferencia si era indiferente: perseguido de muerte por uno de nidad propia, por el invencible de de enero del 84; desde entonces en su aspecto exterior habia la se Esos malhechores armados que en ses humano de agradar. Comen. datelé conocerle, y sólo se me cum veridad y grandeza del hombre de ciertas repúblicas de América se tando la belleza de la mujer a los plió el deseo en junio del 84, das iepresentación, del que al tomar denominan jefes supremos o precuarenta, Montalvo habló de una años y medio después de empezar asiento en la silla de los legislado sidentes. El caso fué que un como ciencia filosófica para el aci a cartearnos. Viviamos lejos el uno res impone respeto, y al ocupar un tiranuelo de esos que no pueden vi; calamiento del rostro y del atavío del otro; nos veíamos acaso una sillon presidencial puede ostentar vit en donde hay un hombre y llageneral. que él también conocia a vez al mes excepto cuando enfer la majestad teatral y hermosa que ruan enemigos del orden a los camlondo. Llevaba el pelo siempre bien mó, que le visité semanalmente, os pueblos de raza latina exigirán peones de la libertad, nos tomo un dispuesto y aseado, el bigotillo en y no halle medio de verle la cade siempre el jefe del Estado. Lo dije dia y nos echó a un desierto. En ccrado oloroso cosmético, na. Por fortuna vi algo más imy lo repetiré cien veces. cómo re fin, para abreviar: Más puesto blancos y lustrosos los dientes, ra: portante.
gatearle el don?
que ellos no tienen advertencia ni suradas las mejillas (bastantes po Para acabar con la indumenta Con los hombres, afable; con las a mis antecedentes ni mis pade. bres de barba. las manos, largas ris, cumple describir el sombre Camas, galante a la usanza de los cimientos no interrumpidos por la y nudosas, como acabadas de lavar, To, que era de copa alta, flaman héroes alarconianos. Qué dulzura libertad y la civilización de un puecon uñas y lucientes recorte, de bordes un es no es abar en el trato, qué miramiento en la blo desgraciado. etc.
tadas por minuciosa tijera. quillados, y puesto como si fuera e ección de vocablos para halagar Nada más conocemos de su inSu vestir, sencillo y elegante, aquel el chambergo que requería su ofdo, qué finura tan continua y lancia ni de su juventud y vida puPra costoso por la riqueza de las la cabeza, calado hasta una ceja, rrfinada! era general, porque buca, y es forzoso aventurarse en telas de su ropa y del patio de sus torcido sobre la sien derecha, con caballeros bien mirados y corteses busca de las causas basándose en 107 efectos tentas trajes. Como el viejo Montaigne ürecillo gallardo y conquistador, tieas palmas para todas las her (uno de sus autores favoritos. no el mismo que respiran ciertas fra mosas. porque el hom Nace seguramente Montalvo de usaba colores, y negros eran sus scs dedicadas a la mujer en el tra sabe hacer su guisa ante las damas un matrimonio amante y virt virtuoso, pantalones, chalecos, americanas tado De la la belleza, y que nos reve. de hermosura, como era costum en desahogada posición de fortuna, o levitas, todo cosido por hábil lan un enamorado constante, más bre en los tiempos caballerescos. y mama con la leche materna senaguja, cuidado, acepillado, conser tcorico que práctico; no por culpa porque no se postraba ante ésta sibilidad exquisita, pero sana, sin vado cual si acabase de entregar de los años ni de la complexión en aquella mujer, sino ante la Mujer. 118 neurosis de la generación franlo el sastre. No transigia su atil meble, sino porque el culto de la fi exclamando: Audacia, valor, im crea actual; con esa sensibilidad damiento con esas horribles bolsas osofia y de las letras prepondera petu, no hay afecto grande que no femenina le transmite también llamadas rodilleras; ni, por mucho, ha sobre el amor profano.
infunda en nosotros la mujer. Dios su madre la religiosidad, arraigánque odiase los botones, consentirla ¿Nacería de tan simpática mode no la ha criarlo solamente para Bola de tal modo en los senos del halir con uno faltoso; y era capaz ración su horror al tabaco. esta bie Diestra felicidad: es nuestro esti alma, que nada la arrancará de de morirse de un sofocón si la le hierba le llama envenenador uni mulo; estimulo irresistible que a allí en lo sucesivo; le comunica la vita. En cierta ocasión le llevó y no desperdicia oportuni. os sujetos de corazón les impele dulzura, la piedad por los humildes, un chapucero una levita con dat de satirizaria y de maltratar y grandezas. la bondad inefable, sus más tierpieza en la solapa, y si Juan a cuantos nos entregamos al inono le mató fue por ser de condinas cualidades morales. Durante La limpieza corporal de Montalsu enfermedad de la viruela cuidavo no desdecía de la limpieza de su ción sufrida; pero no dejó de que for los labios. El tabaco. sopo aima, que este solo apotegma bast lo su madre con incansable conscente pasatiempo de echar humo jarse, exclamando: Remendar rifero inrame que entorpece el ce para descubrir: El que no s:tancia y mimo, depositando en su ie a uno la solapa, esa ala de bui tebro, ensucia boca y manos y gue la hombrla de bien no hace infantil cerebro los gérmenes de tre que,. doblada hacia afuera, aplebeya el espiritu, no halla caoi buena jornada. Fue hombre de gratitud que florecerán convirtiéncompone el altar donde nos adora Ja entre las buenas costumbres de bien, generoso, culto, fino; pero dose en amor y respeto a la mumos a nosotros mismos! La solapa los hombres limpios. Asi como sue cnérgico y aun implacable cuando Jer. De su padre toma el niño la que es lo primero que hiere la vis na. El tabaco, matador de la be io exige la honra. Para entrar rectitud de carácter, la razonada ta de los que vienen frente con leza, no habla sido descubierto hasta los íntimos repliegues de su liberalidad, el vivo sentimiento de ente de nosotros; la solapa, donja honra de su casa, la templanaon: los dientes no temían verse cerebro y explicarnos su mecanisde nos prenden las insignias de la enterrados vivos debajo de la asmo, no estarían de más ciertos de za de costumbres, la voluntad firlegión de amor unas blancas, ado querosa pasta de humo y bilis que tulles biográficos que me faltan.
mc. Pero existen en su cabeza reradas manecitas; la solapa, que los vuelve difuntos horribles, clava. Yo soy de los que nunca pregunconditas semillas de altivez, de sirve de medida del pecho varonil: dos alt en sepultura abierta. tan, era 61 de los que hablan po predominio, deseos de empresas la solapa, este Dominus vobiscum Gracias otra vez, negando la ob co, más reconcentrado que expan grandes y atrevidas, impetus avende la moda y la elegancia! Si en servación visual de Don Juan, pues sivo; y sólo sé que nació en Amba turcros que no son de los días en la solapa le ocasionaba tal indig. po dudo que habrá visto en fuma to (Ecuador) allá por el año de que vivió su padre, sino de origen Jación, en los faldones de ninguna dores acérrimos, pero aseados, 38. En sus obras, por más que necestral, comunicados desde el manera aguantaria Juan un dientes blancos y dedos indemnes fuese partidario del egotismo, no fondo de la tumba por algún abueunrcido.
He nicotina. Si para librarme de encontramos nada satisfactorio ni le conquistador, soldadn dc fortuCalzaba siempre zapato de cha elias las penas eternas. ha que arroja mucha luz: sólo geneva o capitán hazafioso.
Conviene recordar que se de Monrol y media obscura. La corbata, bla yo de fumar, optara por el in ralidades.
de ancha lazada y puntas colgan fierno; tabaco, DO por mis labios. Fué mi padre inglés por la tolvo en pleno romanticismo, y que cortés rersal. una heroicidades