aptivilizada.
do instintivamente desto esta al mica y en su exquipreguntas sobre el particuntó que esREPERTORIO AMERICANO 111 contemplación y su sensibilidad artísti estético o sentimiento poético Había acumulado en su alma y estaca y poética, que finalmente alcanzó ma tud artística, sin comprender que son ba en comunicación a través de sus sendurez en El Naturalista en el Plata así inferiores los salvajes. Ahora timientos con la inconmensurable fueny Días de ocio en la Patagonia. 1891 bien, como un cirujano que devuelve la te de vida espiritual que anima la na92, que fueron compuestos en gran vista, Hudson restaura con sus libros turaleza. El mismo fue una rara mezcla parte años atrás. En cuanto al som de la naturaleza, la visión espiritual a de la más elevada capacidad intelecbrío período de la vida de Hudson des las víctimas de la civilización. Como tual con un oscuro y vigoroso núcleo de 1876 a 1882, es decir, desde su pri poeta y naturalista presta un nuevo de naturaleza primitiva listo para lanmera vegada a Londres en que se vió lente a nuestros sentidos.
zar sus llamas a través de la costra ciobligado, como dice él mismo, a vivir En el capítulo titulado Las llanuSu genio, su superioridad apartado de la naturaleza durante lar tas de la Patagonia Hudson nos dio sobre sus contemporáneos, reside en SO SU gos períodos, enfermo, pobre y sin amiinconscientemente la clave de su supepos odiaba recordarlo. Comprendien rioridad: Somos los sepulcros vivienparentesco con el infinito mar de la esto nunca le hice tes de un pasado muerto. Aquello inagotable naturaleza, Pero reque verdaderamente ha penetrado en sita respuesta misterio y a la belleza cuerdo que una vez me nuestras almas y se ha vuelto parte de sus aspectos multidinarios. mientando muy necesitado, después de hade nuestra psiquis es nuestro ambien tras sus libros captan y fijan el carácber terminado un trabajo para un fa te, esa naturaleza salvaje en la que y ter de las partículas vivientes nos ilumoso genealogista, como le dijera que la para cual hemos nacido en una época minan espiritualmente con esa visión no podia continuar su trabajo si no le inconcebiblemente remota y que ha he total.
pagaba algo a cuenta, su protector sacho de nosotros lo que somos.
Edward Garnett có media corona de su bolsillo y se la ofreció con estas palabras: Esto es cuanto puedo darle. No tengo más dinero Hudson y la Naturaleza.
La publicación de Un Naturalista en el Plata (1892) por el que fue con(Viene de la página siguiente)
siderado en seguida un clásico y decla rente si el expulsado hubiese emitido un 80cisamente el encomio de Garnett se tarado por Alfred Russel Wallace como nido, dado que no hay nada que excite más sa en ello. tanto, que lo dice así. absolutamente único entre los libros de los pájaros padres, o a que más instantá No podemos comprender realmente la historia natural fijó definitivamente la neamente respondan que al grito de hambre vida de la naturaleza sin ser afectados fama de Hudson o angustia de la cria. Pero en esta tempray con esto comienza.
na edad el polluelo no tiene voz, otra ven emocionalmente por ella, es decir, nuespuede decirse, el período final y el más taja para el parásito.
tra comprensión es en gran parte la emofecundo de su vida (1892 1922. CoAhora, los hombres.
ción que excita en nosotros.
mo gran intérprete y poeta de la vida Estaban unas gentes jóvenes senside los pájaros su angustioso llamado a favor de las especies amenazadas en bles, considerando con él la primera Lost British Birds encontró lentamente. parte Filosóficamente estas ideas no son quisieron salvar al polluelo del petirrola ura novedad. Hoy ya no pueden ser ni eco en conciencia pública. En Nature en Donwland (1900) y, en Hamp salvarlo. El les aconsejó que no, que lo una moda. Pero para entender a Hudson nos resultan esenciales, porque en él son operantes. Podría decirse que vo tipo de libro de la naturaleza, tipo. rir: pues bien, que así fuese. Preser para Hudson no fueron una que logra trasmitir a la página impresa varlo de la miseria que le infligirían al la luz y la sombra de la misma natura pretender llenar el sitio de sus padres.
sino un medio de exploración. Nadie había descubierto en la naturaleza inleza, su su prodigalidad y sus mutaciones: Por último, la doctrina. Si aquella glesa los misterios bellezas que él reatrapa, por así decirlo, el hálito del actitud es la justa, se justifica como velo; y fué con esos recursos que lo hiviento y de la atmósfera, y entreteje una conformidad al modo de ser de la sus distintos cuadros con una trama de zo. la naturaleza argentina se acernaturaleza.
asociaciones humanas, Cientificistas de có y en ella vivió cuando muchacho.
mirada estrecha han lamentado que el Cuando retornase el verano, ellos (329 Algo ya su pintura de que fué decia) no encontrarían más pájaros que los en sus días de gloria literaria, pero aquí instino poético de Hudson y su sentide ahora así seria en todas partes; tomiento por la ilimitada y misteriosa bele valieron más sus dotes que sus médo ese incalculable aumento habría perecido.
todos.
lleza natural de la vida salvaje, haya Muchos millones serian devorados por aves contribuido cada vez más dar vida y y bestias rapaces; millones más moririan de transfigurar la torpe y pesada máshambre y frío; millones de migrantes caerian cara de mera curiosidad intelectual en el camino, algunos en el mar, algunos en Esta filosofía de la vida de la natu Mansiones la tierra; aquellos que retornasen de regioraleza responde a una actitud de conpero, como se ha subrayado más arrines distantes serían un resto. No solamenformidad, casi de impotencia. No puede te esta cantidad inconcebible de vidas de aves ba, el vigor de su sentimiento apasiotiene que ser destruída cada año, sino que no salvarse de chocar con las otras dos acnado. constituía la raíz de todas sus podemos suponer que la muerte sea un trantitudes, la que se mantiene respecto del virtudes y hacia a Hudson extraordi ce sin dolor.
acaso causal del mundo físico y la acnario.
Sus titud oyentes se convencen de que derespecto del mundo propio, el huLa belleza es un factor integrante de ben dejarlo al polluelo a su suerte en mano. La ley del mundo humano es la la formación de la naturaleza. Del mis ese misterioso mundo verde en que, de la intervención, la participación acmo modo que una catarata ocular sig también, nosotros vivimos y que no tiva para el bien. Si en vez de ese ponifica ceguera, insensibilidad para la entendemos, en el cual vida y muerte, lluelo, hubiese sido un niño abandona.
luz, la torpeza del espíritu y la insensidolor, son luz y sombra en do, ni Hudson le dejara morir. La ley bilidad del corazón suponen una falta humana el mundo físico también una deficiencia men Que no entendemos. No es ese to es de intervención, no por solidaridad do el pensamiento de Hudson. El cree sino por señorío. Al ver que un cuadro distinguir los ras entender la naturaleza, sintiéndola. Pre mal colgado gos de un semblante. Las mujeres no la caía sobre un jarrón de repisa, Hudson y Garnett. y cualesse jactan de no ver la belleza de los nisaltarían a evitarlo. Pero si proquiera.
ños o de las flores. Pero millones de clamamos que la Naturaleza viva es inhombres, civilizados se jactan hoy, com LA Agencia General de Publicidad de Eugenio Diaz Barneond, en San Salvador, puede darle tangible, guardamos para la natuplacidos, de carecer del menor sentido una suscrición al Repertorio.
raleza la única actitud no natural.
filosofía de que habla en verdes. y placer tretejidas.
para de percepción y pullece de la miopía tal. Nadie o la incapacidad de disting