John Dewey

alimentar un păjaro; con su faz inmóvi! Los hombres de Domingo Vázquez cielo, o cue Zapatillas, Carrieles, Etc. histode para sus parábolas.
pedagogica.
REPERTORIO AMERICANO 183 ahogan: con sus aguas casi sin ruido y Colaboración.
sin vida, que se alzan o bajan según las El viejo trapichero que sus ojos húmedos estaciones, el mar Muerto es realmente qua gesaba la yunta, viera el auditorio: el corazón de esa tierra de horror sade cara enfoscada la chiquillería cro. Como el betún y el azufre, la y andar de coyote, menor de diez años ria y la leyenda se juntan en sus orillas no era trapichero que ota las historias para sustentar el recuerdo de las ciuda sino ex compañero de las noches negras des de dos habla el Génesis, Estrabón de Domingo Vázquez.
y los machetazos, dice trece arrasadas por el fuego del De aquel caudillo entonces. del infierno quizá.
de lodo y de hambre, con toda su ira de cuevas, dejo que las mazas Esta es la tierra en que Juan, lama de aguag nacidas, en vez de la caña do el Bautista, hace oír su clamor; éste de frutas silvestres, molieran su brazo.
el río con que él lava los pecados de de carne de iguanas, la quo nunca se supo aullaba: gente. Hijo auténtico de semejante que sintiera el miedo.
comarca, trae en su cuerpo y en su pa ;Chingado!
labra su rudeza y su ardor. Anda ves¡Los hombres de Vázquez no lloran! ere manco tido de pelos de camello y cinto de el jaguar trapichero For eso era manco To alrededor de los lomos; come lanporque al ir de molienda el gran trapichero gostas como el chacal y miel silvestre la maza siguió con los dedos.
que no era trapichero como el oso. Su palabra es el viento Los ojos lloraron, sino compañero mismo de las arenas caldeadas. La se que nunca sintier de Domingo Vázquez.
gur está puesta a la raíz de los árboles. lo que fueron lágrimas.
Max Jiménez Haced, pues, frutos dignos de arrepentiY Jué su vergüenza New York, 26 febrero, 1934 miento. Generación de víboras ¿quién os ha enseñado huir de la ira que vendrá. Macerado por el ayuno, la pleTenimos en 28 colores. Además en Negro y Blanco.
garia y la soledad, surge del desierto como un león y su voz es de león. Penitencia, limosna y abandono de toda puede Ud. llevarlos en el color que armonice con su vereda torcida, son sus palabras de or vestido. Trabajamos a base del SISTEMA GADI den. El sacerdocio opulento, los orgude la casa norteamericana The Gadi Co.
llosos doctores de la ley, los fariseos, en fin, son el blanco favorito de su invecTELEFONO NO. 3736 VICTOR CORDERO Cia. SAN JOSE, tiva. El día de una grande cólera es tá próximo. La ufanía de ser hijos de Abraham. Yo os digo que puede Dios verdad. Eres tú aquel que había de tan ligeros que se posan sobre una hier despertar hijos de Abraham aun de es venir o esperaremos a otro.
ba sin doblegarla. una primavera que tas piedras. Duro consigo mismo, los he aquí que ellos llegan a la orilla enflora el suelo con los colores más vique quieran llamarse sus discípulos no de un lago de olas dulces y claras como vos de la tierra: montañas que trazan han de serlo menos, y ya les ha conta sonrisas, ese mar de Galilea que es co las más armoniosas líneas del cielo; un giado, en efecto, su salvaje tristeza mo el envés del mar Muerto; y a una cielo puro como mirada de niño; y el Acuden a él de todos lados las gentes, tierra que ante el recuerdo de aquellas claro asombro de sus noches, las estremenos atraídas que dominadas. El bau que ellos acaban de dejar es como el llas. esa profunda gracia del cielo y tismo del arrepentimiento para remisión cantar de los cantares después del Ecle la tierra parece estar también en las de pecados. La ablución? No, la insiastés. Tierra de viñas y pomares, de almas.
mersión total en el Jordán. Su fama tórtolas y mirlos, esos mirlos azules Porque sucede que los huraños men cunde por toda la Palestina. Los sacersajeros del solitario encuentran un homdotes de Jerusalén no se animan a atabre hermoso INDICE pulcro que lleva una sen carle ni siquiera de palabra. Muchos cilla túnica y no jerga de pelo de ca creen que es Elías reencarnado. Elias, mello; que no mora el desierto ni se el gigante de los profetas, el que enagosta en penitencias sino recorre las la tronizaba o destronaba reyes, y quien campiña, las riberas del Jehová mandó un carro de fuego! LIBROS QUE LE INTERESAN admirable; que se embarca con los pesSólo que allá, al otro lado del Jorcadores compartiendo con ellos su pesdán, on la Perea, un príncipe que ha Fernando González: Viaje a pie. 00 cado y su pan; que asiste a las bodas repudiado a su propia mujer para ca Fernando Gonzáler: Mi Simón Bolívar. de las buenas gentes y comparte con Volumen 00 sarse con la mujer de su hermano, tie. Fernando González: Don Mirócletes. com ellas su vino; que se sienta a la mesa. 00 ne que oír las más duras palabras que Miguel Angel Asturias: Leyendas de Gua con pecadores y publicanos; que come el temala.
día sábado; puedan llegar a un oído regio. el 50 que no pone gran violenLuis López de Mesa: La fragedia de Nilse cia en su palabra sino por excepción solitario, vestido de pieles de camello, Luis López de Mesa: lola. 00 rarísima, antes sólo una alada ironía, va a la cárcel.
Luis López de Mesa: Introducción a la his pero más frecuentemente le pone alas Mas encerrado en esa adusta fortaleza toria de la cultura en Colombia. 00 de Maguero, Juan el Bautista no pier Fedor Sologub: El Trasgo.
Pedro Emilio Coll: La escondida senda.
eso, que es de contacto con las gentes y su voz sue 00 duceos y fariseos, también lo es para na más recia y aun parece que su poder Enrique Sienkiewicz En vano. Novela.
aumentara.
Stenhal: Rojo y negro. tomos.
los venidos del desierto. Entonces los 00 John Dewey: Reconstrucción de la filode Juan vienen a él diciendo: Entre tanto, llega hasta el el eco del sofla. 00 nosotros y los fariseos ayurumor de maravilla que levanta en las Eikenberry Waldron: Biologia namos muchas veces y tus discípulos no regiones de Galilea el joven nazareno 50 Ved Augusto Messer: a quién el bautizara en el Jordán no y educación. 25 y Schmieder. Didáctica general. 50 En verdad os digo que no hubo en hace mucho tiempo. El Mesías. El que Richard Wickert: Historia de la pedago.
tonces ni habría después ojos para el bautizaría con espíritu y no con agua. gla. 00 que era toda la profundidad y la clariEnviados de sus discípulos a traer la Solicitese al Admor. del Rep. Am. dad, para el mismo Hijo de la luz, aldeas, lago 00 00 00 escándalo para sa1. 00 discipulueren ayunan.