132 REPERTORIO AMERICANO.
en que tú llegarás silenciosa y soleinne y desnuda y casta.
ODA MINIMA OCTAVIO JIMENEZ Abogado y Notario OFICINA: la rosa ofrece su rudo tallo; tú la has cortado y el breve uso de los destinos.
con pocos hilos, es tan ligero que tú sonries. Es que sonries de hallarte sola, sola en mi amor, y de llevarlo ¡ay! de la mano?
Lo que yo quiero no es esta hora, ni esa tampoco, ni la de allá, ni aquella otra, ni las demás; lo que yo quiero es algo más, es algo más que todo eso. Ya tú verás!
50 varas Oeste de la Tesorería de la Junta de Caridad.
TRES SONETOS EN LOOR DE BILITIS Tel. 4184 Apdo. 338 y yo que estoy en la orilla de acá, cerca del agua.
Eres hermosa y yo te amo, te amo en verdad, por ser quien eres en tu beldad, por ser quien eres en tu pensar, por sec quien eres en lo futuro y en lo que nunca retornará.
Por ser quien eres en tu beldad, por ser quien eres, te amo en verdad.
Para que abra la puerta y te reciba, Amor, no vengas asumiendo el rostro y la figura de un gallardo guerrero que viste da armadura y llama con imperio para infundir temor.
Si transponer deseas el umbral, es mejor que al espiar por el ojo que hay en la cerradura mire en ti, fatigada, vagando a la ventura, a una mujer de aldea, de ciudad de alcor.
ODA MINIMA Para guiarte en la senda, no lleves ana tea, sino que una linterna en la mano te vea.
Entra. Su risa es dulce si nada la provoca.
Si conociera mejor mi amor; si conociera mejor mi vida; si conociera también mejor mis pensamientos, no hubiera nunca puesto en mi vida tus pensamientos y tu existencia; no hubiera nunca puesto tu vida ¡ay! en mi amor.
Te quiero en todo momento tuyo porque es la dulce fragilidad que late al ritmo con que se mueve tu corazón al palpitar, rápido o lento, según lo agitan las emociones. Te amo en verdad en tu completa totalidad. verás transformarse en la alcoba cerrada, por morentos ardiente o sumisa a tu boca a Bilitis amante y a Bilitis amada. ahora dime, queriendo tanto como yo quiero. puede bastar con una hora, con otra más? ahora dime. con sólo eso puede bastar?
Bilitis, por granjearte al Amor, nas cortado en el rosal florido doblemente, y que porta ambas dos de un purpúreo que se antoja de aorta, dos rosas que han su sangre en pétalos cuajado. Se va a ofrecer a quien se ama flor espinosa que hiere y daña. Se da beber en la fontana cuando es amarga. Se dan a hilar a bellas manos que sólo bordan finog brocados el cañamazo, la gruesa lana, que es lo que tejen las aldeanas. ODA MINIMA De la copa de Onix que tu gasto ha llenado con dos ánforas de oro que un esclav) te porta, viertes, para el dios niflo que tu plegaria exhorta, vino por una misma cepa proporcionado.
Estás de pie frente a mi vida, en el crucero de mis caminos, junto a la fuente donde te miras; Pues el Eros que adores en 14 Isla inmortal no es el que sanciona la cópula brutal de la núbil que inmola el amante fornido.
Yo no diré de ti ni la canción grave de amor o sorda por el odio, ni hablaré de tu bock.
tan propicia al amor y dulce al odio, ni de tus pechos, ni de la suave ondulación de tus cabellos, ni de la fuente donde, boca a boca, ries con la dulzura que te es propia, ni de tu nombre al mismo eco.
Bilitis se consagra al amor, mas a aquél que, como ella, en el juego sutilmente atrevido, parece ser en otra consigo misma ficl.
уз Cansancio mental Neurastenia Surmenage Fatiga general Hermanas mias, nuestra juventud lentaiacnte madura sus racimos en viñedos rivales y los días que el Tiempo exprimiera a raudales fluyeron como un vino cuya embriaguez nos miente.
Las espinas rasgan el seto; tras de la flor sigue la fruta; la tierra se deslava por los declives de la ruta; llovió por el estanque y por la rosaleda.
el camino atraviesa entre dos setos, balbuca el eco, un corderillo trisca, alguien canta trenzando mimbres en la salceda.
son las dolencias que se curan rápidamente con La edad llegó furtiva, golosa e insolente para marchitar muestras gargantas desiguales; la vendimia está hecha y oigo los funerales pasos del viñadero en la cueva silente.
KINO. COLA vosotras, hermanas, os veo en el olvido envejecer polvosas como el odre bebido; y yo a quien visitara la Musa de alas de oro, el medicamento del cual dice el distinguido Doctor Peña Murrieta, que perduraré lo mismo que el ánfora aromada que en su interior conserva, perfumado y sonoro, el vibrante revuelo de una abeja encerrada Sí, el Otoño comienza ya, y nada más; la tierra pesada se desmorona por los declives; alguno canturrea trenzando mimbres en la salceda; el camino se alarga entre dos setos. no hay más, no hay nada más; un dia que pasa, y tú, el cielo, la tierra, el agua, la ruta que se extiende y que se va, LAS MEDALLAS DE ARCILLA presta grandes servicios a tratamientos dirigidos severa y científicamente Hago creer y digo que los dioses hablan conmigo: aquel, escurriendo agua y adornado