Imperialism

156 REPERTORIO AMERICANO nues estos Estampas Abramos los ojos; el mercader yanqui pretende Si estos pueblos querían seguir tenien repletos de men no es crisol del mérito, una corus años, en esa edad que llama el insigne jados por el producto yanqui. La mano cante hoja de estudios puede ser justifi doctor Marañón meseta de la cadora de aplicación; pero no es crisol vida. de obra, la materia prima, los impuestos de fuerte mentalidad. Entretanto Bargoza de envidiable prestigio en su país, son factores que hacen cara la merca cia hizo su labor universitaria, vivió err en Europa, en América. Otras lejanas dería yanqui. El Departamento de Estierras le reclaman. Están nécesitadas tado hace recuento de todo la penumbra del mediocre. Cuando la y promete de que las conforten paladines de la al manufacturero que el oro yanqui que coronó, empezó a echar los cimientos de la altísima reputación de que goza.
independencia de los pueblos. Pasaría estos pueblos reciben por sus producEs Barcia Trelles bajo arcos de triunfo. El tos volverá a las industrias yanquis.
y herencia: su padre capacidad asturiano como él (nació en Vegadeo, panegirista de Francisco de Vitoria; el Para que ese oro vuelva a Estados Oviedo. fué el reputado jurisconsulto ardoroso discípulo de Brown Scott, el Unidos el Departamento de Estado plandon Secundino Barcia Arango. El hijo severo fiscal del imperialismo, sabe bien tea a cada pueblo de la América cabe hacer honor a la memoria del paa cuántos lugares conduce ahora el mar tra en la conferencia numerada de Mon tevideo el asunto de los tratados comer dre, enalteciéndola y enalteciendo el Pacífico, el camino del Extremo Orien nombre de España, te, camino rayado por anchos surcos qué tevideo fué nada más que el pretexto ciales. Es decir, la conferencia de MonApenas entrado en los cuarenta y dos aguardan la siembra.
para decir de una manera oficial que el Departamento de Estado necesitaba tra tados comerciales que le garantizaran a sus industrias el consumo en pueblos de sus innumerables productos.
do mercados en los Estados Unidos pa.
imponernos tratados comerciales inicuos que ra el café, para el banano, para las pieles, para las nueces, debían hacer mer excluyan la competencia de otras naciones. cados para la producción yanqui. MerPor JUAN DEL CAMINO cados permanentes, cerrados para cuanta mercadería quisiera llegar ofrecida a Colaboración precios mucho más bajos. Los Estados El sopor mortífero en que el Departa ductos por el yanqui. La consecuencia Unidos cuentan con una producción in mento de Estado tiene sumidos a estos es terrible para el comercio yanqui y dustrial que ha crecido enormemente a pueblos, subía grados hace un año por entonces el Departamento de Estado in causa de esta América nuestra. Aquí ha podido vaciar sus barcos este tiempo cuando la Unión Panameri cluyó como norma de su política eficaz cana, su eficaz y funestísima agencia, la expulsión de todo ese comercio fogéneros. Aquí ha podido vaciar una organizaba la conferencia numerada de rastero.
ferretería que ha hecho millonarios a Montevideo. Habia necesidad de una Buscó estadísticas de importación de los industriales yanquis. aqui podrá gran ostentación de política panamerica los productos de estos pueblos a los Esvaciar los innumerables productos que nizance que hiciera ver color de rosa la tados Unidos y clasificó así por su im las invenciones científicas e industriales invención del buen vecino. Los ex portancia a cada uno de ellos. Estable irán sacando cada día de la materia pripertos en asuntos latinoamericanos ció la relación de lo importado con lo.
ma. Los mercados de esta América desavanzadas del imperialismo al servicio unida son prometedores, han sido el es exportado y dió al instante con la clave tímulo de las industrias yanquis. Ahora del Departamento de Estado trabajapara acabar con la competencia de las los encuentra el ciclo del segundo Rooron con tesonero empeño para ordenar industrias forasteras. Producen estos los ocho puntos de la conferencia nume pueblos café, bananc, nueces, maderas, sevelt quebrantados por una competenrada. El orden era primordial porque pieles, petróleo, etc. Los mercados yan cia dejada penetrar en momentos fatales.
siete eran el azúcar que confitaba la pilY contra esa competencia que ha pues quis acogen en porcentaje crecido lejos dora que en Montevideo debían tragarto la mercadería yanqui muy.
esa producción. De modo que es oro bolsillo del consumidor hispanoamerise nuestros pueblos por medio de sus yanqui el que recibimos como transfor delegados entontecidos. Acomodar mación de lo que producimos. Con oro cano, reacciona con sus métodos de ex clusión el Departamento de Estado.
punto esencial fué trabajoso para la yanqui estamos viviendo y haciendo los Coino reacción se llevó Montevideo Unión Panamericana y los expertos.
progresos de que nos ufanamos. No es a delegados de estos pueblos y se les Imaginaron cosas relativas a la paz, al natural que ese oro se disperse atraído presentó la necesidad de ligarse a los derecho internacional, a derechos polipor la mercadería japonesa o checoeslo Estados Unidos por medio de tratados ticos y civiles, para las mujeres, a pro vaca que llega ofrecida por agentes te comerciales. Ya habían sido convocablemas sociales, a transportes, a coope naces a precios imposibles de ser ba dos a Washington representantes de ración intelectual. en medio de tan ta prometedora sugestión pusieron la verdadera, la que constituyó toda la preocupación del Departamento de Estado: problemas económicos y financieIn angello cum libello. Kempis.
ros.
La era de gobierno del segundo Roo En un rinconcito, con un librito, sevelt hace hincapié en una política comercial trazada con miras continentaun buen cigarro y una copa de les. El comercio de los Estados Unidos ha sufrido espantoso decaimiento. Las industrias de otras naciones afanadas en abrir mercados a sus productos emprendieron lucha recia han podido la industria yanqui competen cia quebrantadora. Estos pueblos trasuave. delicioso. sin igual tan con industriales japoneses, alemaFABRICA NACIONAL DE LICORES. San José, Costa Rica nes, ingleses, checoslovacos, españoles y consum mercaderías a precios mu cho más bajos que los fijados a sus proAnis Imperial oponer