Imperialism

70 REPERTORIO AMERICANO OCTAVIO JIMENEZ hasta problemas hondos y se imael escenario. De allí los está ginan caberlos resuelto caminanechando la España nueva. Son los do sobre la superficie. No tienen amotinados que han sentido que estatura para penetrar. Allí se se les pospone indefinidamente, quedan en el circulo del salón Dentro de pocos días el motin haen el circulo de las esquinas piABOGADO NOTARIO brá sido aplastado. Qué dirati diendo el triunfo del motín. MienOFICINA: los carvenícolas de por aca?
tras tanto España avanza. No reEspaña nace y ojalá podamos trocede. No puede retroceder Es 50 varas al Oeste de la Tesorería también nosotros, que asistimos paña. La conciencia popular la de la Junta de Caridad.
despertado ante el peligro. El a ese nacimiento, recibir la inpeligro de España es el motin. Lo TELEFONO 4184 APARTADO 358 fluencia transformadora. Necesiforman los cavernícolas. Ya los tamos luz y es de luz la aurora está venciendo España. Pronto no de España. Nos descubrió una vez quedarán. Pero como soni costra ña redimirse para siempre de ción, pero que los mismos actores, y nos hizo sensibles a su influjo.
fuerte la tarea grande después de ellos. También dijo Eremburg que sin el sfuerzo de tener que apren Ojalá noe venga con impetus que haberlos vencido será para Espa España habia mudado la decora derse nuevos papeles, seguian en nos vuelvan fuertes y vigilantes.
13 bandas 48 estrellas a Libertad, tu Libertad. a oscuras su lumbre antigua, su primer prestigio, prostituida, mercenaria, inútil, baja a vender su sombra por los puertos.
Tu diplomacia del horror quisiera la intervención armada hasta en los astros; zonas de sangre, donde sólo ahora ruedan minas celestes, lluvias virgenes, Mas aun por América arde el pulso de agónicas nacions que me gritan con mi mismo lenguaje entre la niebla, tramando tu mortal sacudimiento.
Asi un dia tus 13 horizontales y tus 46 estrellas blancas Verán desvanecerse en una justa, Jibertadora llama de petróleo.
cia las islas, Guajiras burlescas de los banqueros alegres y desesperados de Wall Street Poema del Mar Caribe Por RAFAEL ALBERTI Cortesía del autor. En un cuaderno de 44 págs. Madrid, 1936. Precio del ejemplar: peseles Juan Marinello y a todos los escritores anti imperialistas de América. Tantos millones de hombres hablaremos inglés?
RuotN DARIO New York Wall Street en la niebla.
De allí, Desde el Bremen De allí salía mojada de aire sucio y brumas Alguien se despertaba pensando que la niebla carboneras: ponía un especial cuidado en ocultar el la voz de la propuesta de robos calculados, crimen.
velada por ruidos de motores zarpando haDe alli, levantándose armados hacia el cielo de otros.
de alli salía: Salía esta voz fruncida los insultos de homun enloquecedor vaho de petróleo, bres mercenarios con fusiles, de alejados y vastcr yacimientos convertidos impidiendo lo largo de los muelles, en cifras, las planicies minades de palmeras, hacinados por ordera en los cofres secretos, los bosques de brazos y cabellos cortados a en las lentas, profundas, inconmovibles cajas, machetr.
más profundas que pozos aún inexplorados, Lastimándome, oyéndose, puestos allí estos cofres, cayendo a mares desde los rascacielos diluidos, puestas allí estas cajas por anónimos, invisibles, oscuros, explotados, salían Nicaragua, desamparados hombres macilentos.
Santo Domingo, Haití, revueltos en la sangre intervenida de sus Yo era el que despertaba comprendiendo, costas, sabiendo lo que era aquel amanecer de rassecundando el clamor de las islas Vírgenes cacielos compradas, iguales que verticales expresos de la niebla, e estertor de Cuba, era yo quien oía, quien veía, despertándose.
la cólera de México, Panamá, De allí, Costa Rica, de allí salian: Colombia, un crujido de huesos sin reposo, húmedos.
Puerto Rico, calcinados, Bolivia, entre la extracción triste de metales, Venezuela.
una seca protesta de cañas dulces derrumbánY todo envuelto siempre en un tremendo vadose, ho de petróleo, de café y de tabaco deshaciéndose, en un abrasador contagio de petróleo, y todo envuelto siempre en un tremendo vaen una inabarcable marea de petróleo.
ho de petróleo, en un abrasador contagio de petróleo, era yo entre la niebla quien oia, quien en una inabarcable marea de petróleo.
veía mucho más y todo esto.
Era yo quien entraba, ya despierto, asomado Nueva York, Wall Street, banca de sangre, a la niebla, áureo pulmón conido de gangrena, araña de tentáculos que hilan viendo como aquel crimen disfrazado de friamente la muerte de otros pueblos.
piedras con ventanas se agrandaba, ensanchándose De tus cajas, remontan disfrazados perdiéndose la idea de su altura, embajadores de la paz y el robo: viéndole intervenir hasta en las nubes. Daniels, Caffery, etc. revólveres Era yo quien veía, quien oia, ya despierto. confidentes y a sueldo de tus gansters.
Mi sangre es un yacimiento de emisiones petroleras, que por mis manos ligeras circulan sin miramiento.
Yo soy el tanto por ciento de un crédito hipotecario, la lumbre del sol bancario resumido en mi corbata, que es una mina de plata al cuello de un millonario.
Por rayos de mi cabeza yo muevo un cañaveral, un loro verde, un turpial, dulceros de mi tristeza.
Como signo de grandeza sin sombra de sacarina, mi real escudo ilumina, bajo lombrices y flores, la herencia de mis mayores. Tengo azúcar en la orina.
Guerra en el Extremo Oriente, de los ferrocarriles, miles y miles y miles de millones de excedente, Perdido en tierra caliente, pienso, pues, que estallará la estrella que anunciará