184 REPERTORIO AMERICANO una Al rozar el monte, los hombres tumbaLas moscas. des olfatean la descomposición de la carne ron, el año anterior, este árbol, cuyo mucho antes de producirse la deſunción.
tronco yace en toda su extensión aplastaVivo aún el paciente, ellas acuden, seguras do contra el suelo. Mientras sus compa De El Hogar, Buenos Aires ñeros han perdido gran parte de la corteza de su presa. Vuelan sobre ella sin prisa, mas sin perderla de vista, pues ya han en el incendio del rozado, aquél conserva olido su muerte. Es él el medio más efila suya casi intacta. Apenas si a todo lo caz de pronóstico que se conozca. Por eso largo uoa franja carbonizada habla muy claro de la acción del fuego.
yo tengo algunas de olfato afinadisimo por la selección, que alquilo a precio módico.
Esto era el invierno pasado. Han transDonde ellas entran, presa segura. Puedo currido cuatro meses. En medio del rozado colocarlas en el corredor cuando usted perdido por la sequía, el árbol tronchado quede solo, y abrir la puerta de la jaulita que, yace siempre en un páramo de cenizas.
dicho sea de paso, es un pequeño ataúd.
Sentado contra él, el dorso apoyado en el usted no le queda más tarea que atisbar tronco, me hallo también inmóvil. En algún el ojo de la cerradara. Si una mosca entra punto de la espalda tengo la columna very la oye usted zumbar, esté seguro de tebral rota. He caído allí mismo, después que las oiras hallarán también el camino de tropezar sin suerte contra un raigón.
hasta usted. Las alquilo a precio módico.
Tal como he caído, permanezco sentado ¿Hospital? Súbitamente el cuartito quebrado, mejor dicho contra el árbol.
blanqueado, el botiquín, los médicos y su Desde hace un instante siento un zumrisa e desvanecen en un zumbido. bido fijo el zumbido de la lesión medularY bruscamente, también, se hace en mi que lo inunda todo, y en el que mi alienla revelación. las moscas!
to parece defluirse. No puedo ya mover Son ellas las que zumban. Desde que las manos, y apenas si uno que otro dedo he caido han acudido sin demora. Anoalcanza a remover la ceniza.
dorradas en el monte por el ámbito de Clarísima y capital, adquiero desde este fuego, las moscas han tenido, no sé cómo, instante mismo la certidumbre de que, conocimiento de una presa segura en la a ras del suelo, mi vida está aguardando vecindad. Han olido ya la próxima desla instantaneidad de unos segundos para Quiroga disecando un halcón composición del hombre sentado, por ca.
extinguirse de una vez.
racteres inapreciables para nosotros tal Esta es la verdad. Como ella, jamás se vez en la exhalación a través de la carne ha presentado a mi mente una más rotunda.
de la médula espinal cortada. Han acuTodas las otras flotan, danzan en Esta es la verdad. Mas para la obscura dido sin demora y revolotean sin prisa, como reverberación lejanísima de otro yo, animalidad resistente, para el latir y alentar midiendo con los ojos las proporciones en un pasado que tampoco me pertenece. amenazados de muerte. qué vale ella ante del nido que la suerte acaba de deparar La única percepción de mi existir, pero la bárbara inquietud del instante preciso en para sus huevos.
Aagrante coino un gran golpe asestado en que este resistir de la vida y esta tremenda El médico tenía razón. No puede su ofisilencio, es que de aquí a un instante tortura psicológica estallarán como un cohete, cio ser más lucrativo.
dejando por todo residuo un ex hombre Mas he aquí que esta ansia desesperada ¿Pero cuándo. Qué segundo y qué ins con el rostro fijo para siempre adelante? de resistir se aplaca y cede el paso a una tantes son estos en que esta exasperada El zumbido aumenta cada vez :nás. Ciér beata imponderabilidad. No me siento ya conciencia de vivir todavía dejará paso a nese ahora sobre mis ojos un velo de densa un punto fijo en la tierra, arraigado a ella un sosegado cadáver?
tiniebla en que se destacan rombos verdes. por gravísima tortura. Siento que fuye de Nadie se acerca a este rozado; ningún. en seguida veo la puerta amurallada de mí, como la vida misma, la ligere za del pique de monte lleva hasta el desde pro un zoco marroquí, per una de cuyas ho vaho ambiente, la luz del sol, la fecundipiedad alguna. Para el hombre allí sentado, jas, sale a escape una tropilla de potros dad de la hora. Libre del espacio y el como para el tronco que lo sostiene, las blancos, mientras por la otra entra corrien tiempo, puedo ir aqui, alla, a este árbol, lluvias se sucederán. mojando corteza y do una teoría de hombres degollados. a aquella liana. Puedo ver, lejanísimo ya, ropa, y los soles secarán líquenes y cabellos, Quiero cerrar los ojos, y no lo consigo como un recuerdo de remoto existir, puehasta que el monte rebrote y unifique ár ya. Veo ahora un cuartito de hospital, do todavía ver, al pie de un tronco, un boles y potasa, huesos y cuero de calzado. donde cuatro médicos amigos se empeñan muñeco de ojos sin parpadeo, un espanta¡Y nada, nada en la sereni:ad del am en convencerme de que no voy a morir. pájaros de mirar vidrioso y piernas rígidas.
biente que denuncie y grite tal aconteci Yo los observo en silencio, y ellos se Del seno de esta expansión, que el sol miento! Antes bien, a través de los troncos echan a reír, pues siguen mi pesamiento. dilata desmenuzando mi conciencia en un y negros gajos de rozado, desde aquí o allá. Entonces dice uno de aquellos no billón de partículas, puedo alzarme y vo.
sea cual fuere el punto de observación, le queda más prueba de convicción que la lar, volar.
cualquiera puede contemplar con perfecta jaulita de moscas. Yo tengo una, vuelo, y me poso con mis compañenitidez al hombre cuya vida está a punto. Moscas. ras sobre el tronco caído, a los rayos del de detenerse sobre la ceniza, atraida como Si responde; moscas verdes de ras sol, que prestan su fuego a nuestra obra un péndulo por ingente gravedad: tan pe treo. Usted no ignora que las moscas verde renovación vital.
queño es el lugar que ocupa en el rozado y tan clara su situación: se muere.
Horacio Quiroga OCTAVIO JIMENEZ INDICE INDICE Abogado y Notario OTROS LIBROS: ENTERESE ESCOJA: OFICINA: Juan Salazar: La Escuela activa; Su Antonio Cabral: Eça de Queiros. Biograimplantación en México.
Co. so fix, critica y cartas inéditas. 5. 00 Rubén Darío: Cantos de vida y esperanza 00 50 varas Oeste de la Tesorería Alberto Cavanna: Gula para el estudio de Chesterton: Cuatro granujas sin la Economía Política. Metodologia.
tacha de la Junta de Caridad.
Programática. Bibliografia. Ivan Chmelov: Cáliz inagotable. Novela 75 Robert Dottrens: La educación nueva en Teorias sobre la educación. 00 Austria. Del Imperio a la República.
Tel. 4184 Apdo. 338 Ensayos de educación. 00 Gotteland: Hacia la educación integra Reconstrucción de la filosofia. 00 física, intelectual y moral. 50 Solicitelos al Adr, del Rep. Am.
Solicitelos al Adna del Rep. Am.
voy a morir. 1. 25 10. 00 50 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica