315 REPËRTORIO AMERICANO La condesa de Noailles.
para el quizá supera en Ibarbourou tan prodigioso que cada una fué sólo una nota en la esca inspirado, estaba llena de caa lo más audaz de la Noailles, de sus frases producía un des la armoniosa de su vida, toda prichos y de contradicciones.
y esta virtud literaria, rara en lumbramiento.
ella poseída por la intensidad, Nadie supo hablar como ella hombres, rarísima en muje Hacía versos como el cielo por el ardor y luego por la lan del amor, con castidad, con res, unida en ellas a otras do hace relámpagos, dijo en un guidez del deseo. Su alma pa impudor, con fiebre de los tes espirituales, enriquece la volumen de ironías, que debió gana, alma de faunesa, bosque sentidos, en torbellino la papoesía de Juana, la hija de mortificarla y halagarla, el encantado en espera de los dio sión, con tempestades, o con América, y de Ana, la hija de inquieto René Benjamín, ami ses imperiosos, descubrió que la recóndita intención de enFrancia.
go infiel y devoto, que a la la invención del alma no tuvo roscarse para vivir, para inoLa Noailles cubre de cen sombra del ojo en flor de la otro propósito que deprimir al rir, en el espíritu. Nadie codales diáfanos su desnudez condesa, como juguetonamen cuerpo, al fin y al cabo lo úni mo ella supo, por cuanto así magnífica. La Ibarbourou no. te bautizó su libro, se deshizo co cierto, lo único sabio, lo lo dijo, que todo goce está Ni eso. Espera al amado coen cabriolas que cran homena único espiritual, de la vida. atado al gran dolor del mo Dios manda: jes. Pintó sonrientemente el De tanto mirar a la vida se mundo, pero nadie tampoco cuadro de la diosa menuda, re le agrandaron los ojos, pozos creyó tanto como ella en Desnuda, con el puro impudor cogida en su lecho, ovillada de elocuencia, pozos de silen la permanencia de la pasión de un fruto, de una estrella o de como una sierpe y fragante co cio, brujos que inspiraban al que a los ojos de los indifeuna flor.
mo una rosa, toda entregada contemplador el deseo de de rentes muere, eternizada en Desnuda y toda abierta de par al calambre de la inspiración y rretirse, cuando era solar el rael recuerdo y hecha fuego en en par al deseo de morir, con ansias yo que despedían para probar el cuerpo, al extremo de penpor el ansia de amar, de vivir en la memoria de las su hechizo, o que enfermaban sar que sus cenizas tendrían. generaciones.
de melancolía cuando era un más calor que muchas vidas.
Ana de Noailles fué un con rayo de luna y de tristeza el Plegaria su amor, rito su Mientras escribo, contemductor, que al recoger ondas que en ellos decía la vanidad ofrenda, la eternidad era su plo el retrato de ambas musas, que tan parecidas espiritual embellecidas con del más allá y al devolverlas de las cosas. El placer de la anhelo de las horas de mediy, sobre todo, temperamensu timbre, nada, única eternidad, lo in tación, para cambiarse pronse convirtió en una talmente fueron y cuyas vidas irresponsable de la naturaleza. sos cuando adentro, en el alfuerza vocaban sus labios tembloro to, en un fulgor, en el placer corrieron tan distanciadas y. En ella bailaban los deseos code lo efímero. Hailó también ma, donde nadie podía verlo, vacío el cielo el universo por cauces tan distintos.
mo los rayos de luz sobre las llovía lentamente ceniza. sin objeto. Hermoso y triste La figura de la Noai olas. Lo dijo en un poema que Reaccionaba. Como todo le pareció el sér huinano. La les irradia fuerza simpática.
tumba, inútil y con todo ineAtrae principalmente, como vitable, consoladora, como es las sirenas, por su canto. La consolador el cielo deshabitafigura de la Ibarbourou imando y como es consoladora la ta la admiración viril. Lo campana, que lo mismo llama poeta complementa en ella lo (Viene de la página anterior)
amor que para la mujer. Aunque no supiese muerte.
sión, fuego e instinto que trasciende en la mirada.
Sus palabras apretaSin su atavio cantar, la admiraríamos. Es literario, desnuda como en sus mejores versos, la Nouilles podia hadas, decía, estrechaban como tan bella! n óvalo perfecto, ber sido realmente nuestra contemporánea. Pero hacia ya unos brazos, parpadeaban como miun pelo oscuro, abundante, años que su voz nos llegaba menos directa, esfumada en un velo radas, se clavaban como fleuna frente armoniosa, unos de angustia que, aun arrancándole acentos patéticos, la desper chas, explicaban que el único divinos ojos grandes, inteli sonalizaba a nuestros ojos. Ausente, por la fuerza del tiempo, de problema del amor es autorigentes, almendrados, un poco su verdad más viva, amor y entuslasmo, y volviendo a su verdad zar el deseo, despertarlo, avilánguidos; la nariz recta, lar más próxima, la muerte, había sustituido a su anterior paisaje 11 varlo, prolongarlo, hacerlo nachica y gorderico, trémulo y embriagado, la fria estrechez que cifie los sepul.
cer y vivir en los desconocros.
zuela.
En honneur de soufrir. publicado en 1927, un ritmo jadeante y entrecortado reemplaza el ancho sopiu que alienta en cidos, más allá de la vida, en También poseía la Noailles Les ébiouissements y ombre des jours. Todo lo que fué su la tumba, donde se cumple unos oscuros ojos magníficos; vida había muerte, y entre los muertos se buscaba ávidamente.
el milagro de las cenizas arera lo mejor de su rostro. La dientes.
boca gruesa de los sensuales. étais une vivante unique, Sensación, divina sensación por sobre todo, el atractivo je suis a présent tant de morts!
de desesperación amorosa, de de la gracia, realzado por la retorcimiento, no sería una eiegancia.
Yo prefiero recordarla tal como se me apareció en sus libros simple divagación literaria?
Poetas de veras. Poetas por juveniles, audaz y encendida, deshojando en el viento su corazón Se necesita primero tener innuinerable.
la gracia de Dios. Cuintos dice Maurice Martin du Gard la hablan sed. fué el epígrafe que puso acogido en su corazón por el don milagroso que hacia de sí misma, a su libro Poema del Amor. Blanco Fombona por el contagio de su fiebre, por la luz y los perfumes que se digna.
ba seinbrar en la ruta que, de pronto, emprendíamos.
Lo tomó de Santa Catalina. De El Sol. Madrid. Si intentó dejarnos la imagen de una silueta enlutada sobre Lo que en la gran mística fué una tumba abierta, no lo ha conseguido. La condesa de Noailles místico, en la pagana era senserá sienipre para los que ainamos sus poemas una visión de luz y sual. Pero. para qué, si lueDesaparecida de la tierra de amor, unos labios tendidos a la caricia de la vida. Lo infinito go habría de decir que el amor la condesa de Noailles, la tenle llegaba sólo a través de lo humano.
es una pasión cruel y vana?
tadora que suyos Despreciable y divino milagro en el embrujamiento de sus Que importe a présent le suave chemin del beso. exclamó frente ou odorant figuier au feuillage écarté versos voluptuosos, se diría una de sus más exquisitas masemblait porter vers nioi le ciel des nuits été, nifestaciones. luego la que asistimos al entierro del ce est pius qu a travers la bonté de tes mains amor, si no fuera que el amor que mon coeur frémissant rejoint étérnité.
que nunca durmió sola, como lo contó cn un poema mararetoña y que florecerá sobre Por eso su poesia, al querer deshumanizarse, perdió el impulso villoso, encontró que todo essu tumba, tal como ella lo quique antes le prestaba su maxima belleza. Anna de Brancovan es Nadie en nuestra edad taba en ella. Agua, tierra y So.
única cuando es ella misma: una mujer transida y torturada por había hecho recordar tan pollama, en ninguna parte las la pasión, le seul ecte contre la mort. como dijo en un verso inol sentía tan bellas como en su derosamente a Safo. Criatura vidable.
propia alma, esa alma errante de embriaguez y de inisterio, Si al despedirla hoy en su viaje eterno lo hago un poco emoen todo, menos en la certiposeía el acento que envolvía cionada, es su propia emoción, la de sus libros, que yo quisiera podumbre dichosa del amor y acariciaba como el tercioderle devolver.
confesión de ella, contradicha pelo, con un don de expresión Ernestina de Champourein por ella para concluir en un ga; la boca nos hizo a Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica