ImperialismViolence

REPERTORIO AMERICANO 373 y era tanto el regocijo Aletazos de huracán sostuvieran a gobierno provisional. Es que se enredaba en mis pasos.
casi me despedazaron.
nutrida su andanza por estos países, por.
El Sol ocultó su lámpara que después vuelve a suelo dominicana. Cómo adivinar que al sueño detrás de un cielo nublado y es consejero del presidente Vázquez sigue siempre el desengaño, y mediante su influencia el general Dasi no sabía del mundo Camo el colibrí en la sombra, wes le hace la merced a Santo Domingo no conocía el pecado?
perdí el tornasol de encanto.
de arreglarle sus finanzas. Este país lo Noche adentro, ciega y sola, atrae y escribe sobre él obra en dos voli Meciase el corazón fuí por el camino largo, menes y con título en inglés, Naboth en las ondas de mi canto: Vineyard la flor de la maravilla. terminó en la negrura en los jardines de Mayo.
el romance del pasado. Experto de los codiciados por el imComo ;Almibar de los recuerdos perialismo es el señor Welles.
Pero el amor y el dolor.
ya te vas volviendo amargo. experto lo sitúa su amigo personal el cobardemente acecharon, segundo Roosevelt en la isla cubana. El y fui herida en el camino Claudia Lars machadato se ha gastado. y es, preciso por una flecha y mil dardos. Tierra Blanca, Costa Rica, aparentar que el Departamento de Esta.
noviembre de 1933.
do de la Administración Roosevelt fuc el que acabó con esa iniquidad. El régi.
men está excesivamente podrido y. con Esta mpas poco esfuerzo cae. El señor Welles satisfecho ordena gobierno provisorio y Sin sentir sus luchas, sin oír la voz de sus hombres Santo Domingo, pide al Departamento militantes, no podemos gritar a la plutocracia de Estado que haga el servicio grande a Cuba de arreglarle sus finanzas. San yanqui. Con Cuba estamos!
designados dos expertos que con el carácter de empleados o funcionarios de Colaboración la Embajada norteamericana en Cuba Grande asunto para la meditación de que llaman en el lenguaje de la conquista harán el bien de ponerle orden a la fitodos estos pueblos de la América nues. imperialista experto. En la Argenti nanza que el machadato ha dejado ruitra es Cuba. Mírenla sin afectar celo pa. na aprendió nuestra lengua con perfec nosa y desgraciada.
ra que no hagan lo del diplomático pan ción que le permite prescindir del inter Pero el cubano chasquea terriblemenamericanizado. Siéntanla asediada por mediario, cuando maneja negocios lati te al experto señor Welles con la conlas fuerzas imperialistas que han hecho noamericanos. En Santo Domingo fué trarevolución que desaloja el poder del de ella factoría. comisionado del Departamento de Es Departamento de Estado de la política Vencido acaba de salir de la isla caóti tado para pactar la evacuación militar de Cuba Desde ese momento el señor ca el señor Sumner Welles, quien goza yanqui mediante tratados ventajosos pa Welles ha fracasado y no tiene prestigios de una buena experiencia en el trato de ra su gobierno. En Honduras hizo que ni autoridad para imponerse a un pueblo gobiernos y revueltas latinoamerica los caudillos de la revolución de 1924, que quiere libertarse de la opresión brunas. El segundo Roosevelt no impro que no encontraron un sitio de horor en tal de la plutocracia yanqui El señor viso en el señor Welles a agente diplo su propio suelo para entenderse honra. Welles mueve influencias para volver a mático que pudiera acabar con el gasta damente, se reunieran a bordo de aco recobrar aureola pero todo se ha perdido do machadato. Destacó precisamente lo razado yanqui y allí depusieran armas y para él, hasta el honor. El resultado de MATLA (Fantasía indigena)
por EUCLIDES CHACON MENDEZ Envio del autor. Alajuela, Costa Rica, 1933, Entre bailes y borracheras llegó el atardecer con un sol rojo que tiño de sangre personas y cosas. Se aproximaba el gran momento. El pueblo, ahito de chicha, comenzó a apiñarse alrededor del siniestro altar de la muerte. Los atabales callaron su monótono bum bum en espera de la cruel ceremonia. la pálida lumbre del ocaso la piedra de los sacrificios se recortaba con perfiles espectra.
les y sus toscos ornamentos destacaban con brillo. fúnebre. El astro agoni.
zaba por instantes.
De pronto en la multitud. se hizo absoluto silencio: por la empalizada marchaban las víctimas, las manos ata.
das a la espalda y los pies sometidos al tormento de las ligaduras; andar lerdo, dificultoso, vacilante como de un ebrio, perezoso como de un buey cansado. Más que caminar aquellos desgraciados, que pronto no serían sino piltrafas sangrientas, sombras del Gran Misterio, se arras.
traban sobre el polvo, en el cual iban dejando una huella rojiza. Les precedían seis sacerdotes, el principal de los cuales, o Gran Sacrificador, vestía túnica roja con flecos blancos; en la cabeza, corona de verdes y amarillas plumas y una blanca sobre la frente; en sus orejas, nendientes de hilos de oro, gordas esmeraldas; subre el pecho gran patena aurea, símbolo del sol; en los brazos anillos del mismo metal; y al cinto delgado cuchillo de jade, primorosamente labrado, en cuyas caras pulimentadas se quebraba la roja Jumbre del crepúsculo.
Sus compañeros usaban túnicas blancas, sin mangas, sujetas a la cintura con iajas de algodón; cabellos sueltos y lustrosos; sobre éstos, ciñendo la frente, ancho cintillo carmesí; no portaban jiyas ni plumas.
Siete los candidatos a morir. Tres víctimas voluntarias. Los restantes, con.
denados sin piedad. Entre éstos. ay. Matla, que a pesar de su ancianidad, erguía el rostro con forzada altivez, Iba en mcdio como si sus compañeros de martirio, quisieran hacerle guardia hasta última hora. Al pasar de la multitud recibía el insulto, la maldición; pero ella no miraba a nadie, no quería oír nada: indiferente, insensible, ciega la razón. su lado el llanto, la protesta desesperada e inútil de los que iban a morir a la fuerza. Matla no vertía una lágrima: en su faz habíase posado la iría impasibilidad de los ídolos.
Cuando entraron en el cuadrado del altar, los encargados del culto subieron a la plataforma al ritmo agónico de los timbales. Este ascenso marcó la primera faz del sangriento rito. En un instante seis de los prisioneros fueron derribados y maniatados más fuertemente, Matla fué respetada y permaneció de cuclillas sobre el polvo, aunque cualquier violencia que se le hubiese hecho sufrir, la habría recibido sin el menor gesto de protesta: parecía un cuerpo sin alma, Los sacerdotes cubrieron la mesa sagrada con un manto de púrpura y se colocaro de espaldas al pueblo en actitud Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica