REPERTORIO AMERICANO 83 Toda clase de estampas y dibujos correspondientes a los asuntos y los años de los Episodios Nacionales nos podrían servir como base de una selección. Retratos de reyes, de ministros, de literatos, de generales, de bailarinas, de cortesanas, de duquesas.
Dibujos de países, tipos populares y escenas de género. Reproducciones de cuadros. Fotografías de edificios y aun de objetos. Ca. ricaturas, facsímiles, cabezas de periódicos y portadas de libelos.
Planos de batallas. Para ilustrar al inagotable Galdós nos encontrariamos con un arsenal inagotable de cosas que vienen a su texto como anillo al dedo. estas ilustraciones no serían puramente capricho lujoso y erudito. Vendrían a satisfacer una de las direcciones más actuales y vivas del gusto y la curiosidad: el siglo xix.
Una vez frente a este material copioso, convendría hacer dos selecciones que no serían sino aplicaciones económicas de una sola selección: una, para la gran edición de lujo; otra, para la edición corriente popular.
lugar que le corresponde. Todavia no se ha hecho de Galdós una crítica alta y universal. Se ha hecho demasiada critica casera. Da la casualidad de que este don Benito Pérez Galdós era republicano.
De manera que siendo él la mayor gloria literaria republicana en toda la historia de las letras españolas, al Estado republicano le corresponde ahora con mayor obligación honrarle, elevarle un monumento vivo y permanente, coïocarle como le pertenece en los comercios de la cultura nacional. tanto inás, al Estado republicano toca esta obligación, en cuanto es un Estado que afecta tener como capital preocupación la trascendencia de la cultura. La novela, como el teatro, tiene en este orden de la trascendencia de la cultura una determinada finalidad: ser un campo de atracción y de introducción para que las clases menos cultas se interesen por estados superiores del conocimiento. Galdós tiene un arraigo vivo, hondo, entrañable, en los lectores de buena fe de toda España, en las clases sociales de todas las regiones y provincias de España. Es un arnés magnífico para lograr aquellos fines de cultura que son propios de la novela.
Hacen falta selectas ediciones populares y selectas ediciones de lujo de Galdós; ediciones que le difundan y le ennoblezcan, ediciones que le ilustren. Tienen que ser ediciones ilustradas, porque, sea como explicación al pueblo, sea como lujo y decoración para los amantes de los bellos libros, la ilustración es lo más atractivo, lo que más entra pos los ojos. Galdós además es el autor ilustrable por excelencia, el autor que ha creado un mundo plástico y visivo inagotable. Hay que ilustrar a Galdós como a Cervantes. El texto lo pido de manera imperiosa. Existen dos series ilustradas (primera y segunda) de los Episodios Nacionales. Es un esfuerzo loable realizado en tiempo de Galdós y cuidado por Galdós. Los dibujantes eran sus contemporáneos, sus admiradores, y se identificaban con él. Bueno o malo, el esfuerzo er el mejor que entonces, con los medios de entonces, podía realizarse, y esta edición será siempre un documento del mayor interés, porque nos da a Galdós ilustrado en su época y por su época.
Pero ese criterio no nos sirve ahora por dos razones: Primera.
Porque los mejores dibujantes de ahora no son aptos para formar con el texto de Galdós un conjunto arniónico. segunda. Porque el fin que ahora nos proponemos deberá ser harto diverso al de aquellas primeras ilustraciones de los Episodios.
El fin entonces era meramente decorativo y recreativo. El fin aliora debe ser ilustrativo (en un sentido crítico histórico) y por ende educativo.
Al hacer una nueva edición de Galdós debiera tenderse a satisfacer dos intereses bien determinados: Primero. El interés nacional por la obra de Galdós. Segundo. El interés nacional cre ciente del público español por el siglo xix, revelado bien claramente en la publicación de biografías, memorias, nonografias de todas clases, rebusca de ediciones y estampas de la época, creación de un Museo Romántico, gusto, aun en la decoración de las casas, por los muebles y objetos artísticos del siglo pasado. Galdós, con su fábula novelesca, la ilustrado la historia. Es con la historia misma con lo que podríamos ilustrar magníficamente la fábula novelesca de Galdós.
Esta varia, vasta y rica documentación ilustrativa, no convendría que fuese expuesta a los ojos del público. No podria ser objeto de una gran Exposición nacional, ia Exposición del siglo xix, la Exposición Galdós. Ya para instalarla convendría elegir un palacio propio del objeto. los documentos como cuadros, estampas, impresos, muebles, convendría añadir escenas de maniquíes con la indumentaria de las diversas épocas, panoramas, maquetas, de edificios, reproducciones de interiores (la casa aristocrática, la casa burguesa, el café, etc. y cuanto es costumbre en las Exposiciones modernas dedicadas a revivir una época. Esta Exposición sería objeto de una propaganda turística; sobre todo de un turismo interior (nacional, accesible a las clases modestas, con reducciones ferroviarias) y de una propaganda editorial. La Exposición debe realizarse con la edición ya iniciada a ser posible, con algún volumen publicado que permita hacer propaganda y crear suscriptores la edición de lujo y a la edición popular.
Desde luego, todo esto tendría que ser un proyecto de Estado. Para vencer los obstáculos editoriales que hubiese. Para movilizar los distintos elementos (bibliotecas, museos, archivos) necesarios para nutrir el proyecto y colaborar en la Junta Ejecutiva. Para realizar la Exposición. Las numerosas publicaciones editoriales que en los últimos años han acrecido el interés por el siglo xix encontrarían una ocasión de propaganda. Aneja a la Exposición, iría una feria del libro del siglo xix, o referente al siglo xix. Al mismo tiempo, en los teatros. Semanas Teatrales del siglo xix; en los Ateneos y salas de conciertos, conferencias y música del siglo xix: Cada año el Estado debiera elegir un tema para unas grandes fiestas de cultura: un tema cuyo desarrollo sea posible en todos los grados, desde la Academia hasta la plaza pública. de cada una de estas fiestas anuales (que puede ser Galdós para 1933 o Cervantes para 1934) debe quedar un libro, una edición tradicional y el alto sentido moderno se junten y donde se ofrezcan dos series de volúmenes: una, para los más altos gustadores, y otra, para los más humildes.
Javier de Izaro de ser Apuntes para un estudio sobre la evolución de las costumbres públicas y privadas cubanas De ahí que la sociedad cubana ha en todo momento el resultado del cruzamiento de españoles, negros y chinos.
Aventureros de todas clases los primeros, en los días del descubrimiento y. Envío del autor. La Habana la conquista soldados de fortuna ansio(Véase la entrega anterior) sos de hazañas y de oro, exgaleotes y II tibles, aceptados los cambios que en lo penados, frailes no menos fanáticos que El estudio desapasionado de todas externo, por los usos, modas, inventos y ignorantes son sustituidos paulatinaesas tan variadas como indispensables descubrimientos, necesariamente sufre mente al correr de los años por otros fuentes de información, en lo que a nuescualquier sociedad del mundo occidental compatriotas, labriegos en su mayor partras costumbres públicas y privadas se civilizado.
te, de determinadas provincias de la perefiere, descubre al investigador un feDesaparecidos los tainos y. siboneyes nínsula ibérica, buenos, laboriosos, pero nómeno que observa y confirma siglo aborígenes apenas iniciada la conquista rudos, de escasa cultura y muy limitadas tras siglo durante la época colonial y y colonización, y sustituídos como traactividades.
encuentra ratificado después, en la era bajadores por los esclavos africanos y Negros africanos, considerados como republicana: que una vez constituída, por los chinos, esclavos también en rea cosas y peores que animales, que el proaún en su forma más rudimentaria, la lidad, la composición étnica de Cuba, inductivo comercio de la trata arroja en sociedad cubana, esas sus costumbres alterablemente mantenida durante toda manadas a nuestras playas para servir públicas y privadas, no presentan desde la colonia y en la República, produce fa. en los campos y las poblaciones a la cntonces hasta nuestros días y observán talmente en una y en otra época esa codicia insatisfecha siempre del peninsudolas desde luego panorámicamente, identidad de costumbres en lo público y lar y del criollo blanco; sometidos a transformaciones fundamentales percep lo privado que cabamos de señalar. ambos como siervos sumisos por obra Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica