136 REPERTORIO AMERICANO El espíritu europeo de Alfonso Reyes Envio del autor, San José, El ambiente. El ambiente está caldeasentimos los modernos. Alemania y Frando de múltiples teorías estéticas y vitales cia, en sus innumerables luchas, han deque se entrecruzan en un panorar. a de finido, en una sensación de sangre, la desorganización sociológica. El espíritu verdadera civilización europea, creando europeo busca cristalizar sus alcances en ese principio vago en el cual caben tanto algunas inteligencias que han hecho el el japonés como el argentino, tanto el viaje a través de todas las inquietudes.
chino como el ruso. Latitud espiritual París es el centro hacia el cual converque no reconoce fronteras y, sin embargen las miradas. Mientras los políticos go, establece la guerra para el triunfo de juegan ajedrez sobre el mapa movible de la única dignidad humana que cada quien Europa, los viajeros sentimentales. sesiente y vive a su manera.
gún una vieja fórmula de Maurice Barrés, forjan una unidad paradójica, de alDesde Madrid Los trenes de España to valor moral.
llegan a París por la Gare Orsay. Es Un escepticismo ciudadanomen conéste un dato de geografía emotiva que no traposición al mundanismo escéptico del extrañará en nuestra América. nosimperio napoleónico. escuda a los que otros tampoco nos extraña tal cosa, pero trabajan en las cosas del espíritu. El sí nos preocupa: sabemos que las ideas mundo se ha convertido para ellos en un de España no llegan a París ni por esa vasto salón donde las sonrisas desdeñoestación ni por ninguna otra. Llegan de cas marcan la más inteligente de las comella hombres, ecos lejanos de conmocioprensiones. En la internacional de la nenes sociales, chismes, políticos que instagación nadie encuentra donde reposar lan sus ambiciones en los hoteles en que sus congojas; entonces siente vergüense ha remendado el reciente mapa de Euza de mostrarlas, como esas llagas endéropa.
micas del amor que el egoísmo nos hace Alfonso Reyes Sin embargo, un día llegó a París AlPor Mirabelli creer únicas y que son tan anónimas co(Critica. Buenos Aires, 25. III. 930. fonso Reyes, y en París el escritor mexi. mo la multitud. Es esta una conquista cano se sintió como en su casa madrileincalculable de la voluntad.
ña de la calle del General Pardiñas. SeEn las estaciones de París se presenNotas rá que para los hispanoamericanos París tan todas las razas del espíritu. Vienen a es otra cosa? No en el caso de Alfonso esta ciudad con un calor sensual que sobre Alfonso Reyes Reyes, porque el autor de los Cartones aquel escepticismo ciudadano pronto con De El Libro y El Pueblo. México, de Madrid parece un personaje de algún vierte en timidez o en descaro. Los punAlfonso Reyes, según Antonio Castro Leal, Gracián que, en vez de moralista, hubietos estratégicos para ambas actitudes los es el representante genuino, en América, del ra sido novelista de costumbres psicolódan las estéticas extravagantes o la fa «espíritu del hombre de letras moderno. apto gicas. El secreto está en que Alfonso cilidad con que la vida se entrega a los para escribir ensayos, critica, poesías, novelas, Reyes es uno de los espíritus más euroque quieran llenar los vacíos que la ca etc. el nuevo liombre de letras que, por su peos de nuestra América. Es uno de esos tástrofe de las trincheras ha dejado en noble curiosidad. es un humanista, con la di espíritus como de seguro los amó Monlas filas humanas. Todo, pues, está por ferencia que va de lo heroico a lo discreto, del taigne: van de flor en flor cosechando reconstruir, desde el hombre hasta sus tratado al artículo. la miel con que después han de regalar sueños: las facultades creadoras resbaEl estudio, perfecto en su concisión, en que las manías del gourmet de emociones y lan sobre planos inclinados sin encontrar aquél analizabit el temperamento, la intelide ideas. Lo veis, el espíritu europeo obstáculos a su paso.
De este deporte gencia, el estilo, la cultura y, en general, la obra de Alfonso Reyes, no ha envejecido; pero viene creándose desde el Renacimiento y constructivo salen los Mussolini o los cabe añadir anotaciones sugeridas por algo sus provechosos trastornos anímicos naHaldous Huxley, críticos pragmáticos de de lo publicado con posterioridad a ese es vegan en las páginas de los escépticos.
civilizaciones que a ambos les chocan y. tudio.
Lo fueron en el siglo xviii Voltaire y Caque, a un mismo tiempo, les atraen.
Su procedimiento. Rara vez Alfonso Reyes sanova. Lo fueron pocos en el siglo xix Lo europeo. Aún no se ha definido afirma en forma contundente. Su procediporque el espinazo rígido del imperativo está noción. Quizás esto suceda porque miento, para evitar el peligro de decir cosas kantiano no lo permitió.
que resultan desagradables cuando se dogmaes noción de sensibilidad y no de conociDesde Madrid vino, pues, Alfonso Retiza en actitud de catedrático, es un resulmiento. Paul Valéry habló de lo euroyes a engrosar la familia europea de Patado de su cortesia individual: la gentileza En sus valijas traía La Visión de peo como de un concepto de occidenta que, según refiere en un artículo anecdótico, Anahuac que el gentil García Monge edilismo; pero si perspectiva era más bien a veces le estorba.
una línea trazada en las inquietudes polí lo soez de un golpe directo de boxeador, tara en su magnífica colección de El ticas.
prefiere la curva elegante; escoge, para llegar Convivio. Traía también sus series de Lo europeo es una noción tan enreve con fortuna, el camino fácil que sortea los deSimpatías y Diferencias y los grotescos clives bruscos. Para no herir, sin menguar su Cartones de Madrid, grabados a la sada como el sovietismo. Es una de esas franqueza, escribe. Oigo decir. Me pare pointe séche en los talleres del Goya de nociones madres, de que habla Goethe.
ce. Nos atreveríamos a. o bien, prelos Caprichos. Traía también aquella sonLo que sí sabemos es que bajo su tiragunta, cortés. Tengo que añadir. nía viven muchos espíritus que no están risa gongorina nacida por generación esde acuerdo con su civilización: lo que suEl tacto. Sabemos cuál fué la obra reali pontánea en sus labios de reinomontano.
zada por Alfonso Reyes, en Madrid; labor de cedió a Stendhal en la época romántiacercamiento efectivo, no retórico y superfica; lo que sucede a André Gide en nuesWeimar, Paul Claudel y Alfonso Recial como en las Fiestas de la Raza léase tros tiempos.
yes. También traía una virgen clásica «Sobre una epidemia retórica. en «Los dos ca El mejor concepto que se ha dado sopescada en el mar de todas las civilizaminoss. pero se ha olvidado la caracterísbre lo europeo es el libro que Emilio Lud tica de esa labor: el tacto.
ciones: Ifigenia. Quien dice Ifigenia rewig dedicó a Napoleón. Se relata en Con cautela enguantada, con ademán de suelve el problema de la memoria, que no él el encuentro de Goethe y el Empera diplomático, en el corazón de España más otro es el sentido de la fábula en cuantos dor: de aquella conversación nació el bien. hablándole al oído, ha deslizado suave han sido inquietados por la virgen helesentimiento de lo europeo, tal como lo (Pasa a la página 13. Pasa a la página 138)
ris. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica