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REPERTORIO AMERICANO 205 cionariainente, para ahora y para después, la acciót: eficaz que traiga la libertad económica, la libertad verdadera.
Por gran suerte, la mejor juventud de Cuba empieza a comprender el problema en su real significación, a penctrar esta verdad última: que mientras el régimen económico del mundo sea el actual, Cuba será esclava y la permanencia de un Machado en su gobierno cosa más allá de la voluntad cubana, 940 mientras el dólar irresponsable y en manos extrañas ordene a distancia, la mejor rebeldía será grito perdido y lamento sin virtuc.
Mil gracias, compañero, por el servicio que hace usted a mi tierra haciendo saber en el centro de España lo que en Cu ba ocurre y ha de ocurrir. sepa que lo quiere y admira muy de veras, su amigo, Juan Marinello Entierro de Tobias. Viene de la página 200)
las elecciones son irracionales. Pues aqui Tobias casi no figura. Están Francisco Eladio Tobar y don Mirócletes. Los demás somos bienes comunales, elementos amorfoz de la creación. Pobre Tobias. Hasta el entierro se lo quitan a uno los hombres de personalidad!
Un amigo, nuevo rico, casado con rica, me llevó en su automóvil. Colocaron el ataúd cerca de una bóveda a ras del suelo, nueva. Pensé que me gustarian más las altas. Esto de no poder realizar, actualizar que el cadáver no siente! Destaparon. Todo Tobías estaba envuelto en una sábana que ya estaba mojada y manchada en la parte del vientre, por ahí en los hipocondrios. Le echaron cal.
Vi los pies muy apretados con la sábana. Taparon y empujaron. Sono el ataúd inuy fastidiosamente contra la arenilla del suelo, pues ahí habían preparado el cemento. Tuvieron que empujar dos, pues Tobias era gordo. Pusieron una media esfera de ladrillos, hecha ad hoc y que se adaptaba a boca de la bóveda, y la pegaron con cemento. Como quedaba chica, la acufiaron con tejos antes de en. badurnarla con el cemento.
Duró como cinco minutos la labor del artista del cemento, alisando, puliendo, para que no se saliera nada de Tobias.
Un su hermano se acercó y escribió, con un lápiz ordinario: Ramirez. El cemento, muy arenoso, se comió el lápiz y quedó muy ilegible. Así de ilegible quedó ei rastro, la firma que Tobías dejó en la vida. Al terminar, miró la punta del lápiz, temb16 un poco y volvió a acercarlo al pie de la para poner de nuevo el punto.
El enterrador era muy feo, un mulato horrible. No era el hijo de Urquijo, el gran artista que entierra en dos minutos y que se mueve tan elástica y noblemente, que consuela a los asistentes. Me pareció que se habia salido un enterrado enterrar a Tobias. Se me olvidaba que Rendón, el de la Agencia Mortuoria de moda, el que trajo un automóvil con rieles, muy confortable para los cadáveres. se dejó las barbas y tiene una figura funebro. Qué barbas tan feas, tan consonantes con la muerte!
Se acabó y me yoy a la casa de don Miróc! eles. Berenguela está furiosa porque no le cambio el papá a Manuel, como si ello estuviera en mi mano. Apenas soy un copista de lo que me dicta Dios, Escribí esto verso: Oiré la voz y. obe. deceré, Fernando González INDICE CORREO: CON EL ULTIMO CORRI Luis de Zulueta: La edad heroica. 2. 50 Fernando González: Don Mirocletes. El Perú es una mina trabajada por esclavos. Es lo único que se dice del Perú en este libro. CO Fernando González: Viaje a pie de dos filósofos aficionados. 00 Alfonso Maseras: En América Meridional. Brazil, Cruguay, Argentina. 50 Solicitelos al Adr. del Rep. Am.
festamos ei alma intima y por eso tememos caer fulminados como Tobías.
De pronto, en la iglesia, me pareció que todos éramos cadáveres, menos Tobar. Todoy éramos cadáveres barrigoncitos. Donde está la vida mental que pueda quedarnos después de caer fulminado. Nada! El único que hay aquí vivo, la única supervivencia que hay aqui os el maestro Tobar, porque representa un método, un modo propio de manifestarse. El no plagia, no va a caer como Tobías. El fué el inventor del método para aprender el Código de minas. Quién es el primer actor en este entierro. Cuán curioso! Es Tobar. Mi mente no agarra a Tobias, no puedo concentrarme en él sino en Francisco Eladio Tobar, que se corta el pelo como un cepillo de los dientes y que vive un método. Per eso he sostenido que cuando hay un gran hombre en un país no debe haber elecciones. Ya la Naturaleza eligió. si las hay y no eligen al gran hombre, siempre será él quien manda.
Uno, a quien no determiné, me dijo que acababa de morir Mirócletes.
Allá debe estar, con la cara aplastada por la ausencia de fluido nervioso, con los brazos separados por los gordos de los sobacos que impiden que se junten al busto. Debe estar boca arriba. Es como un ave que va a volar verticalmente. Para dónde volarás. Quién es el juez. Quién conoce sus méritos y sus culpas. Quién le oyó en la fiesta del santo de su mujer? Nadie sabe las cosas que le decia a Dios en sus momentos de intirsa convivencia con El en soledad. Aqui están todos estos calvos y barrigenes que ya huelen, juzgándolo; pero le cedian la acera, lo buscaban. Quién es malo. Si nadie oye lo que otro lice a Dios cuando entra a saludarlo! En todo caso, yo admiro desde mi niñez don Mirócletes y lo considero la persona más interesante, más llena, de Medellin. Era la idea de amor a los hijos y esposa. La idea de preguntar por los pleitos en las secretarias, con egoencia. La idea de caminar con autoridad. Fué un varonil y todo el fué don Mirócletes. Era un hombre deslindado.
No se parccia. en nada a nadie. Todos sus actos salian de su propiedad. Pienso que aqui en el entierro de Tobias no hay sino dos mentes: Francisco Eladio Tobar y don Mirócletes. No ven! Se trata del entierro de Tobías y, sin embargo, Tobias no ocupa el centro del cuadro. Carece de egoencia. Asimismo.
cuando hay un gran hombre en un país o ciudad y se casa alguien y va aquél a la fiesta, el papel principal es el suyo: parece que el fuera el novio. Nadie que no sea digno puede representar la figura principal en ninguna escena.
Por eso, Lector: Hágase de estas obras dc Fernando González.
Viaje a pie. 00 Mi Simón Bolivar 00 Don Mirócletes 00 Con el Adr, del Rep. Am JOHN KEITH Co. Inc.
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