Marx

REPERTORIO AMERICANO 303. Palabras en el Trópico Del Diario de la Marina, Número centenario. La Habana, 1933 Trópico, con tu luz viva tuestas las nubes altas y el cielo profundo, ceñido por el arco del Mediodia.
Tú secas en la piel de los árboles la angustia del lagarto.
Ah, qué ansia la de aspirar el humo de tu incendio, y sentir en dos pozos amargos las axilas!
Las axilas, oh Trópico, con sus vellos torcidos y retorcidos en tus llamas!
Tú engrasas las ruedas de los vientos para asustar a las palmeras.
Tú atraviesas con una gran flecha roja el corazón de las selvas y la carne de los rlos!
Puños los que me das para rajar los cocos, tal un pequeño dios colérico; ojos los que me das para alumbrar la sombra de mis tigres; oido el que me das para escuchar sobre la tierra las pezuñas lejanas!
Te veo venir por los caminos ardorosos, Trópico, con tu cesta de mangos, tus cañas limosneras, y tus caimitos, morados como la boca de las negras.
Te veo las manos rudas partir bárbaramente las semillas y halar de ellas el árbol opulento, árbol recién nacido, pero apto, como un atleta joven, para echar a correr por entre los bosques clamorosos!
Aqui, en medio del mar, retozando en las aguas con mis Antillas desnudas, yo te saludo, Trópico!
Saludo deportivo, primaveral, que se me escapa del pulmón salado a través de estas islas escandalosas que son también hijas tuyas. Dice Jamaica que ella está contenta de ser negra; y Cuba, ya sabe que es mulata. Te debo el cuerpo oscuro, las piernas ágiles y la cabeza crespa; mi amor hacia las hembras elementales y esta sangre imborrable!
Te debo los dias altos en cuya tela azul están pegadus soles redondos y risueños; te debo los labios húmedos, la cola del jaguar y la saliva de las culebras; te debo el charco donde beben las fieras sedientas; te debo, oh Trópico, este alborozo niño de correr en la pista de tu delgado teñidor lleno de rosas anarillas, riendo sobre las montañas y las nubes, mientras un cielo maritimo se destroza en interminables olas de estrellas a mis pies!
Nicolás Guillén Te abraza con la simpatía de siempre, José Fabio Garnier San José de 19 de Abril de 1933.
que leo 50 de sus más hondas aspiraciones: cor maritana desaparecida, con el agua de tar flores y no verlas morir; echarlas. su cántaro que será maravillosa para recién separadas de sus tallos oscilan los corazones que tanto la amaron y que tes, a los vientos y a las fuentes, cantar tanto la aman.
la canción que termina en luz y no en ¿No lo crees así, compañero?
gemido; amar mucho en una sola noche, la corta noche de su luminosa vida, para que al amanecer, de todos los INDICE días, esté fresca la rosa aprisionada en los labios. de ese, libro armonioso siempre con devoción fraterna, vengo ENTERESE ESCOJA: hoy a hablarte querido Joaquín. Está huérfano el pobre, está solo. Por qué, Germán Arciniegas: Memorias de un conen tus heroicos esfuerzos de editor comgresista. Prólogo de Sanin Cano. 4. 50 Ladislao Reymont: El Vampiro.
prensivo, no publicas el volumen herJosé Ortega y Gasset: Rectificación de la mano: el de los versos emocionados y República. Articulos y discursos. 50 el de las prosas narrativas que Ella, Eugenio Ors: Oceanografia del tedio. 50 Salvador de Madariaga: España. Ensayo de Clara Diana, dejó en desamparo conmohistoria contemporánea. 25 vedor?
Ben Lindsey y Wainwright Evans: MaAl cumplirse el quinto año de su astrimonio de compañía. 00 Manuel Lezaeta Acharán: Sifilis y gonocenso, nos harías soñar de nuevo arru1. 50 llando nuestro ensueño la voz deliciosaJuan José Morato: Pablo Iglesias, educamente melodiosa de aquella alma de dor de muchedumbres 50 flor de estrella, de aroma y de armoSalvador de Madariaga: La jirafa sagrada 00 y nía.
Salvador de Madariaga: Semblanzas literarias contemporáneas 00 Al sentir que sus palabras y sus ora Aloys Müller: Introducción a la Filosociones van muriendo en nuestros labios 00 Mehring: Carlos Marx. Historia de su que les dan nueva vida, nos parecerá vida. Pasta.
15. 00 que Ella, a nuestro lado, nos habla doJuan Tamayo y Rubio: Teoría y técnica lorida de la flor que nos obsequió y que de la literatura. Preceptiva literaria. 00 nosotros, ingratos, olvidamos en el caStefan Zweig: La curación por el espiritu. Pasta.
mino.
Ramón del Valle Inclán: Claves Liricas. 50 la música de sus escritos ha de ha Albert Thomas: Lecturas históricas. Historia anecdótica del trabajo. Pasta.
cer que nuestra alma se deshaga en do3. 00 lor, angustia que calmará la gentil SaSolicitelos al Admor, del Rep. Am.
Señor don José Fabio Garnier.
Pte.
Mi querido José Fabio: Leí con sumo gusto la carta en que me hablas de una posible edición de algunos versos y narraciones que dejó escritos Maria Ester Amador, o como se la llama en las letras costrricenses: Clara Diana. Me parece muy bien lo que propones. Mas personas interesadas en que la edición se haga, es lo que falta. De Atardeceres quedaron sin venderse ciento y pico de ejemplares, esto es, en colones, el déficit de la edición. Conoces muchas maestras a quienes podría pedirseles la cooperación, y como tú, hay unos cinco o seis amigos constantes de Clara Dina que por caminos diversos podrjan hacer lo mismo; hasta juntar unas 200 suscripciones al libro en proyecto.
De otro modo no me atrevería a editarlo en estos momentos, no obstante que recuerdo a nuestra finada amiga con cariño y aprecio. El mismo con que guardo los papeles inéditos que tú quieres ver en el segundo y último tomo de sus obras, digamos. Estoy listo a servir a la me.
moria de Clara Diana.
Vengan otros y ayúdennos. Los aguardo.
Entre tanto, como siempre, considérame tu amigo y servidor affmo. García Monge rrea fia.
12. 00 Suscrición al tomo: 00. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica