Anarchism

84 REPER1ORIO AMERICANO André Gide o el demonio de la inquietud Jobce Colaboración (y Véase la entrega pasada)
Para descubrir los secretos de este se figura ser simplemente el satanismo.
espíritu es preciso, pues, seguir la ruta Ha querido reducir tal sistema, con persde los paisajes desolados en que predopectivas hacia una negación de lo que minan la libertad sentimental y el libre constituye el orden impuesto por las examen de la conciencia y de la razón.
emociones apasibles de la vida, a todo.
Todo método lógico y todo sistema psicuanto en él hay de eficazmente lírico, cológico escapan del análisis de su obra: de esencialmente sensible e intelectivo.
es más bien la liberación desordenada No tratéis de penetrar en las consedel alına en cuyos ambientes calcinacuencias personales de esta filosofía que dos por una alta temperatura, reposan no afirma nada, pero que tampoco nielas fuerzas de un escepticismo contradictorio, lo que persigue su método de ga nada, porque saldréis convencidos, fácilmente, de que el caos es la única inquieta dor. Para André Gide no existe razón de ser en este mundo de las pro.
ninguna obra terminada, ninguna intelibabilidades psicológicas, donde las legencia que justifique sus aspiraciones, yes no concuerdan con las realidades ninguna experiencia humana que practique definitivamente el bien o el mal.
que enumeran. sin embargo, sin embargo, cuánto orden, cuánta continuidad De esta incertidumbre irradian los pelia través de la vida intelectual de André gros de sus consideraciones de valores Gide! Nadie mejor que él ha sabido compsicológicos, que la inquietud de su esprender y gobernar sus inquietudes, pepíritu exagera en el ansia de llegar a lo más profundo del conocimiento; pero netrar sus problemas, desenvolver sus André Gide consecuencias, intuir los motivos éticos notemos que rehuye sus realidades íntique un día serán definitivos para su vimas ando buscan estratificarse en eDibujo de Jean Oberlé da. Pero cuando peca, cuando su inte yes definitivas. En los umbrales de su ligencia se equivoca, es cuando quierc apego por la libertad tiende el alma hacia sus propios mecanismos y lo que explicárselo todo, llegar a las últimas quiere que así sea. Frialdad? Gide llaconsecuencias de sus análisis. No nos le ha negado el mundo, lo que le ha ma a su inquietud pasión. en su caso negado el comercio con los hombres, lo convence entonces: sus inquietudes, sus descubrimos, en los mismos planos pasioque le ha fallado en su sistema de ejerverdades íntimas, sus angustias sensinales, lo que para nosotros constituye la cicios racionales, lo encuentra en las vías tragedia de Nietzsche: las almas esenbles, sus placeres y sus fruiciones artísde la sinceridad. mediante confesiones ticas 110s dejan fríos, y de su engaño. ciales móviles y líricas, al querer condolorosas; por este rumbo llega siempre que es posiblemente lo que desconciervencernos de que la voluntad es la únia la paradoja, cuando no a la contradicte a sus críticos, no sacamos en limpio ca pasión digna del respeto humano, ción más inhumana. Si la libertad es sino que la reducción del elemento proterminan en el más desolador racionauna fuerza que todo lo permite. de dónfundo que posee a los impulsos vitales, lismo.
de le viene este afán de la contradica las fórmulas explicativas, es la negaTal tendencia inesperada es siempre ción? Es muy simple el secreto de este ción más cruel del espíritu, pues termialgo desconcertante, pues codea las problema del conocimiento: André Gide na siempre con la vida y con sus innufuentes de la psicología y los umbrales tiene un alma esencialmente protestanmerables manifestaciones.
te. Es en las fuentes del protestantismo de la responsabilidad en que las necesiVedlo, nor el contrario, encenderse con dades de la moral han estratificado, con donde hallamos las raíces de su inquie lentitud, las reglas de la libertad. Así lo las filosofías sensibles, estudiar atentatud y los elementos de su formación mente los detalles emotivos de algunos mental. Lo veréis siempre seguir a los comprende André Gide y así lo preconiza a través de todas sus prédicas y de de sus maestros de energía, consultar espíritus atormentados por las reformas, todas sus obras. Cuando nos habla de su propia alma para ennoblecer alguna a los espríritus que quieren descifrar totristeza ideológica que se ha quedado das las verdades, a los espíritus cuyos La Rochefoucauld, por ejemplo, nos direzagada en la subconciencia, y comsentimientos más secretos ensayan oculce que el amargo moralista redujo el prenderéis que André Gide es un poeta tar los resortes de sus crisis, sin que mundo del siglo xvii a una fórmula muy que se asesina. En alguna parte nos dinunca lo logren.
simple, sobre la cual se ha basado toda la moral de Occidente: el amor propio. Ahate Prevost, que la tiene un poco de re. a propósito de la obra famosa del André Gide, sin embargo, no se detiene en estos ambientes dolorosos: emY nos ha manifestado que Nietzsche el recelo noraue durante su primera lectuprende otros rumbos, con sequedad samejor discípulo de los moralistas franra se descubrió sentimental. Es decir.
tánica, convencido de que nunca alcanceses. busca las fuentes de su filosofía para André Gide, la única manifesta.
zará lo que busca y de que toda actitud en los Evangelios y que, sin embargo, ción posible del sentimiento es la emoespiritual vale siempre su contraria. Estodos sus encantos enfermizos no consción espiritual, aquella emoción del espítad seguros, por lo tanto, que convertituyen sino una apoteosis de la liberaritu que hacía exclamar a Pascal, al sión no será el final de esta vida ción del alma. Ya lo véis, fluctúa entre horde del abismo: Joie, joie, joie, pleurs atormentada por las ideas y por sus exestos dos mundos (la estratificación de de joie.
presiores más claras. Cuando ya no lo las morales religiosas y la liberación de De tal emoción oue es siempre resatisfagan más los principios de ideolo las almas tocadas por el demonio de lo cóndita y aparece a flor de alma muy ile gías que representan la fuerza de todo contradictorio. cuvas influencias han espíritu, es muy posible que vuelva sus creado el conflicto de dos civilizaciones tarde en tarde. salta su espíritu sentimiento clásico de la obra de arte.
ojos hacia otras expresiones cuya auda occidentales, construídas, mediante las considerada en su valor de reducción de cia desconcertará, una vez más, a sus leves de la historia, para la prepondevalores morales, pues André Gide, ante contemporáneos. No olvidemos que su rancia de la una en menoscabo de la todo, es un escritor francés y está soobra es una obra en perpetua contra otra. En sus Juchas, en sus crisis, en sus metido. por ello mismo, a lo que él dicción, no porque sustente, una tentativas estéticas, en sus arideces étinos dice ser la esencia de la expreconstancia casi natural, el germen de cas, ha descubierto una línea de consión del genio de su raza: Francia es una vitalidad constructiva aunque An ducta, de participación de la gracia, que un país de moralistas, de incomparables dré Gide sea el escritor que ha señala inspira toda obra del espíritu de disodo más rutas a la inteligencia actual, lución que los más tímidos moralistas artistas, de compositores, de arquitectos, de oradores. Sobre todo de moralistas; sino por una fatalidad psicológica que han llamado anarquía y que André Gide un con Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica