10 REPERTORIO AMERICANO Vargas Vila. PROPOSITO DE tre las multitudes del conti grito más hondo y más since iré hacia ella; ella no vendrá VARGAS VILA nente; pero 110 sólo entre las ro que el de las palabras con nás a iní. junio 14 de 1933. muititudes, agrego, sino entre que se despidió de su patria: Las cenizas de Vargas Vila los letrados. Yo empecé a Yo no viviré ya en ella; deben reposar en su patria, y Querido Max Grillo: apreciar a Vargas Vila en Ca pero ella vivirá siempre en estoy seguro que no estareVuelve usted a la patrid racas, en mis primeras con iní.
inos solos, querido Max Gricon doce años más de vida, versaciones con Manuel Díaz Palabras de exquisita belle llo, el día que, como buenos pero con el mismo ático espí Rodriguez y Laureano Valle za que me recuerdan las que colombianos, cumplamos este ritu y el mismo corazón sen :illa Lanz.
Lord Byron hizo inscribir en sagrado deber. sible y juvenil que admiramos Por último, crco con usted, la tumba de su hijita Allegra, Lo quiere y lo admíra, sus amigos en otro tiempo.
que apenas puede concebirse muerta a los cinco años: Yo Hispano Una hermosa. prueba de ello es la carta en que usted hace ayer, en El Espectador. un escritores del continente durante corto, pero cálido y justiciero medio siglo.
eiogio de nuestro ilustre com(Viene de la página anterior)
En él había algo superior al espatriota José María Vargas cuajados todos de exageraciones se distinguían critor: el conversador. Es concepsus facciones de Vila, a quien no conocí persoto que le oímos a Antonio José y de pensamiento.
inspirado en medio de las cennalmente, pero a quien admiRestrepo. El hombre colérico de No hubo nadie en Colombia más tellas. Pero nos hicimos al espec Némesis ré siempre, no obstante que leal con su destino. No cambio de táculo. Todos los que fuimos sus desaparecía. Surgia otro cordial, alegre, retozón, que en Colombia, hasta estos tnis tono nunca. Nació para escribir adoradores de niños, llevados por reía espléndidamente. Era un namos días, en que llegó la no y no quiso ser sino escritor, pan la curiosidad nos acercamos al rrador incomparable y tenía saticia de su muerte, fué signo fletario, vengador de los esclavos, ídolo. si no llegamos a la conlidas que acreditaban el caudal de buen gusto hablar despec fustigador de los amos, lleno de clusión de que había en él un esde su vena y la prontitud de su tivamente de sus obras y ri majestad y de cólera en su au panto patentado, ni le descubri. ingenio. Damos una nuestra. En dicuiizar al autor, sin advertir. gusta soledad, que él siempre ima. mos el truco, si nos acostumbraalgún país un escritor dijo que coginó en la isla de Patmos, cru mos a la cólera. No nos volvió a que un hombre que vivió cxnocia de nombre a Vargas Vila zada de relámpagos. Se levantó en hacer efecto. Desmontado su esclusivamente, y casi durante porque había visto alguna de sus la pampa como el huracán, des tilo, ahalizadas sus frases, aplica obras en medio siglo, de su pluma, cu manos de la cocinera.
cuajó en su vertiginosa carrera da la crítica a lo que ha debido países extraños, conservando, árboles centenarios cuando llegó a ser así no más, como era, una Eso demuestra, contestó inmediatamente Vargas Vila, que en por encima de todas las conla selva, ganó las cumbres y sa. explosión, algo rápido, y contitingencias de su vida, el deco cudió en ellas. los nidos de los nuado el sistema a lo que ya no ese país tienen más talento las cocineras que los escritores. ro de su persona, sin pedir condores. Para sus prosas tomó lo admitia sino por costumbre de ganó la partida. De esas ganó nada a su patria, ni a sus con una pluma al ave caudal y la aplicarlo, Vargas Vila se fué po ciento.
terráneos, ni recibir nada de. mojó en sangre. Todo lo de el co a poco convirtiendo, en el con Se fué viendo morir con una ellos, merecía, a lo menos, resfué sangre, como en el hombre cepto de sus antiguos fieles, en un calma de estoico. Hay páginas del águila y de la serpiente, por buen señor bravo.
peto.
suyas de una melancolia que agaLe hace usted plena justi que todo en el fué espíritu.
cia al encomiar su potencia gia, la historia de la antigüedad: taba ampolla. Los mismos rugtSu prosa, la misma prosa de su rra, que penetra, que enferma, Nadie conocía mejor la mitolo.
amanecer literario, ya no levanpero no es lacrimosa. De tejas paverbal, los brotes magníficos la literatura clásica. Todo lo aprora arriba, como el otro, no creyó de su estilo de polemista irreque hubiera sino nubes y gatos.
dos de su iniciación se volvieron vechaba. Le quedo de nuestros es maullidos. en la constante preductible, y las páginas de oricritores del siglo pasado el gusto. sentación de él mismo como un El mundo despertó su curiosidad, pero no ganó su afecto. Se crellantez extraordinaria. y, con por las comparaciones con los per solitario, un abanderado de la liyo llamado a un gran destino, el frecuencia, deslumbrantes de sonajes históricos y las citas freque cumplió, de enfrentarse al sus obras.
Yo agrego, bertad, un incontaminado, que hacuentes de la leyenda y del mito.
cia estremecer de admiración y despotismo, aun en ejemplares que acuerdo perfecto con nuestro Sobre cualquier andrajo contemde entusiasmo a sus devotos, emno cabían en la clasificación, y amigo Sanín Cano, que hay paporáneo ponía la púrpura de un de adorar la libertad con la vesímil que honraba aún deshon pezó a provocar leves sonrisas.
sajes en algunas obras de Varhemencia sexual del hombre herando. La simple asociación de. Después hubo carcajadas. Pero el gas Vila que de mil amocho para andar solo, que únicalos nombres famosos con los de no cambió, no se dejó intimidar, mente en la abstracción, es decir, res habría prohijado Gabriel quienes aspiraban a tenerlos de la lanzó a sus émulos y a sus infieD Annunzio, como prohijó misma clase, ya era una caricia les seguidores salivazos de des en un ideal, puede hallar compañera.
otros de Flaubert.
para la vanidad, que más tarde dén. Estaba lleno por dentro de Vida triste, al fin y al cabo, Lo comprende usted a íon se encendia y se desataba en ala fuegos artificiales. Cualquier atado cuando observa que cra pero grande. pero bella, de infaridos, porque la comparación te que equivalla a acercarle una llamodesto y orgulloso a la vez, tigable luchador, la pluma en risnía las propiedades de la túnica ma a la mecha. Se prendia el tre, como una espada, como una castillo! Rodachinas, cohetes, truey que se complacía en agrade: de Neso.
lanza, como un florete, para huncer (a veces, hasta la exage Se hizo a un estilo, de frases nos, chispas, toda una maravillodirla hasta los gavilanes en la ción, me consta) las muestras cortas, cortantes, con mala pun sa víspera de fiesta religiosa! Pecarne pecadora del tirano o para de aprecio que le hacían sus, tuación, que daban la ilusión del ro los infieles aguardaban al final dibujarle en la piel su signo de látigo. Fácilmente podía imaginár y no querían ver el recuerdo de admiradores o sus imigos. En dominador al indigno de toda su sele como a un profeta, los ojos la luz y de las combinaciones de venganza. Desdeñoso con la tierayo del año pasado, presin; inyectados, vibrátiles las aletas de magnesio y de Bengála, sino el arrra de donde surgió a la vida y tiendo su próximo fin, dirigió la nariz, como las de los caba mazón de caña, ligeramente ahua la fama, en el atardecer sintió a un amigo de Bogotá una carllos, los labios temblorosos. mal mado, como resultado de la herel rebote de todos los zumos inta conmovedora, que me llegó dicientes, salpicados de espuma.
mosa iracundia.
timos, y en una pequeña página. al corazón, y, por primera y De amplia túnica, calzado con Llegó como una moda la actitud de una gran dulzura y de una única vez en mi vida, le cs sandalias, al viento la melena de diversión con Vargas Vila. Ya gran nobleza expresó su tristeza cribí. Su respuesta la conser alborotada, los siete ramalas en querían manosearlo currutacos y por no ser un combatiente, y vo junto con la carta que, la diestra! el acento salla co peleles. Le desconocian la erudiofreció a Colombia el acero de su mo de un órgano. en él iba ción y le desconocían la admirable pluma. Es lo último que conocetambién en vísperas de nu la tempestad, porque el espectácu riqueza de su léxico. él no le mos de él. Sobre esas frases de muerte, me escribió don Rulo de la comedia humana, y con importaba. Sabía lo que valia, filial emoción acaba de caer como fino José Cuervo al recibir mayor razón el de la tragedia, no aunque fuera exagerada la propia sobre su escudo. Colombia lo re El jardín de las Hespérides.
daba para la sonrisa. Vargas Vi estimación, el saldo le era favocoge para llevarlo al panteón de Vargas Vila, conto todos los la, el escritor, no sonreía. Era la rable, entre los grandes agitado sus hombres eximios: No lo llora, grandes espíritus, no conoció indignación hecha carne y hecha res de ideas y entre los más porque él no quiso ser llorado, la enviuia.
fuego y hecha apostrofes.
constantes creadores de belleza pero siente la tristeza que en toPor eso no se mantuvo a la alLo aprecia ustcà en de bida que haya visto nuestra América da nación debe seguir a la pérdiforma al constatar que quizá tura de su primera fama. En la Hispana. Es quizá el nombre da definitiva de sus valores proinfancia velamos en el algo como más conocido, sin que pretenda fundos.
ningún otro colombiano tuvo el renombre que él tenía en Molsés en el Sinal. Difícilmente mos decir que es el mejor, de los Nieto Caballero en Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica