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EDITOR: REPERTORIO AMERICANO usericida menva. 00 García Monge EXTERIOR: CEI semestre, 50 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Desde que Garrison fundó su Liberator no hubo paz en la Unión: cómo crecen las ideas en la tierra! José Marii.
Correos: Letra (El año, 6. 000. am.
Giro bancario sobre Nueva York.
Alrededor de la política del libro iniciada por la República De El Sol. Madrid, Conocí a Fernando de los Ríos, hoy ministro de Instrucción pública, hacia 1915 1916, en casa de Ramón Pérez de Ayala.
Habitaba él en Granada, en cuya Universidad ocupaba una cátedra; pero a veces, de paso en Madrid, se presentaba en la Redacción de El Sol, del cual era colaborador.
Después fué a Rusia, fué a Méjico; conspiró en España contra la Monarquía, estuvo en la cárcel procesado, y el día en que triunfó la revolución española apareció como uno de los ministros del partido socialista.
Honibre de ponderación, de talento, de vasta cultura intelectual y de gran rectitud de carácter, además de bondadoso y muy cortés, ha tenido la suerte de unir su nombre al prodigioso impulso que ha dado en España la República a la instrucción nacional. No creo haber exagerado cuando en estas mismas columnas de El Sol opiné que Fernando de los Ríos era uno de los mejores adornos de la República. Por todo ello, he agradecido al señor ministro de Instrucción pública el que haya recogido y glosado algunas palabras Fernando de los Rios slas. Las palabras pronunciadas en el Dibujo de Sancha banquete con que los editores madrileños concurrentes a la primera Feria libresca agasajaron a la Junta organizadora de la garle eso. En este sentido ha hecho más Feria y al presidente de la Cámara del durante dos años que la Monarquía en Libro.
varios siglos. no es de extrañarse. La monarquía y Piensa don Fernando de los Ríos que su aliada la Iglesia basan su dominio en se puede no leer, y sin embargo, no ser bárbaro. Para apoyar su aserto recordó un episodio que ya le hemos aplaudido en otras ocasiones. Un personaje extranINDICE Jero, en los campos de Oaxaca, en Méjico, viendo comer a unos campesinos, le dijo. Qué cultos son estos analfabetos, don Fernandolo y don Fernando concluye que la cultura no pertenece al intelecto, sino a la sensibilidad CATORCE LIBROS En cierto modo es exacto. Grandes QUE PUEDEN INTERESARLE: culturas históricas han desconocido la escritura; por tanto, el libro; y más civi Alberto Gerchunoff: La asamblea de la lizado puede ser un andaluz de Sevilla o Bohardilla.
de Granada, de Jerez o de Málaga, que Pedro Henriquez Ureña: Seis ensayos en no sepa leer ni escribir, que un yanqui busca de nuestra expresión. 00 Hermann Hesse: El lobo estepario 00 del Far West, aunque sume y reste mejor Hernández Catá, José Francés, etc. La que Euclides y ande con lapicero y estilo diosa No. Novela. 50 gráfica en el bolsillo.
José Hergesheimer: Tampico. Novela. 75 Pero dije, digo, repito y me parece in Mariano Iberico Rodriguez: El nuevo abcontrovertible que el desamor a la lectura soluto. 00 en nuestros días conduce a la barbarie, Luis Jiménez de Asúa: Al servicio de la No es de extrañar que esta verdad gusnueva generación. 50 tenios de remacharla en el ánimo de todos Luis Jiménez de Asia: La lucha contra el delito de contagio venéreo 00 y cada vez que podamos, autores y ediBen Lindsey Wainwright Evans: Matritores.
monio de compañía. 00 Leopoldo Lugones: Romancero 00 La República ha iniciado en España Jovellanos: Obras selectas. 00 una política que pudiéramos llamar del José Antuña: Petrarca, Laura y el libro.
Renacimiento. 00 Arthur Kuhnert: El frente de guerra El Estado no escatima hoy gastos ni femenino.
sacrificios de todo orden en la difusión 50 Luis Joubin: Metamorfosis de los animade la cultura y de su principal vehículo, les marinos 00 el libro. Aun los que quieran negarle todo al nuevo régimen, no podrán neSolicitelos al Admor. del Rep. Am.
la ignorancia popular, la República, por el contrario, cobra fuerzas con la elevación intelectual de las muchedumbres.
El pueblo, con su voto, ha traído la República, y la República le paga al pueblo tratando de elevar el «standard» de vida material y de vida intelectual de éste. Pero si la votación del pueblo hubiera sido adversa al nuevo régimen, los republicanos siempre hubieran propugnado por la elevación intelectual y material del país. Lo republicano y lo monárquico corresponden a diferentes maneras de pensar y de sentir, precisamente con respecto a la función de las mayorías populares.
Alrededor de un millón de pesetas consigna la República para la adquisición de libros en España. Se cumple con sólo entregar esas cantidades a los organismos adecuados para su distribución? El ministro cree que sí.
Yo creo que debe velarse exquisitamente a pesar de los organismos. legales a fin de que la inversión de las pesetas del Estado sea fructifera para la comunidad. Fructifera incluso para la industria editorial, sin exclusivismos y sin favoritismos.
Estas sumas deben favorecer en medida proporcional a todos los editores, aun a los más modestos, siempre que por el carácter de sus publicaciones pueda decirse que contribuyen a la cultura social.
Centralizar en las grandes Empresas o en las pequeñas estos beneficios, sobre injusto, sería peligroso.
Suponed que estas Empresas ricas y favorecidas se unifiquen en un atrust. Ya tenemos el monopolio, de la cultura, ya. tenemos la cultura en sentido único, sea político, sea religioso, sea social. Advertir el peligro? Tendríamos también la injusticia sobre muchos autores pospuestos tal vez los mejores. y sólo por pertenecer a una ideologia disidente, Existen, es verdad, organizaciones honorables que imptden el favoritismo. No pienso que hasta ahora se pueda lanzar, no digo una acusación, ni siquiera una sospecha. Pero hombres y pecadores somios. Más vale prever que lamentar.
El Estado entrega su dinero y se lava las manos. Para distribuirlo existen organismos adecuados. Todo eso está muy bien. La teoría es siempre bonita y clara.
La realidad en todo es menos bonita y más turbia.
Baste recordar el caso de tantas Repúblicas americanas. No hay países de instituciones más liberales y generosas.
Estas instituciones coinciden y conviven con las más negras y odiosas tiranías.
He empezado recordando cómo conocí a Fernando de los Ríos; he continuado luego contrastando nuestras ideas en algunos puntos concretos, y terminaré saludándolo, sombrero en mano, por los beneficios que desde su ministerio procura derramar sobre la República. Blanco Fombona 00 Imprenta LA TRIBUNA Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica