220 REPERTORIO AMERICANO y gritos. Se aprecia un libro por razonoviembre de. 1547. Brasseur nos dice que nes que no tienen ningún peso, ninguse dudj de la existencia del Capitán por na influencia para otra persona aparte 1851. Carta a Carlos V, relatando los abusos del de nosotros.
Gobierno del Nuevo Mundo. Fechada en El cielo del libro es su humanidad.
Santiago de Guatemala, 22 de febrero de 1562.
Nubes. Los hechos se animan dentro Figura en Cartas de Indias, publicada por de su propia atmósfera. Páginas aden primera vez por el Ministerio de Fomento, tro se está realmente en la Conquista.
Madrid, 1877. Imprenta de Miguel HerEl recuerdo se mantiene en ese punto nández. Carta a Felipe II, sobre abusos del Goen que ya no se sabe si es recuerdo o bierno, también, Propone que se le nombre sueño, realidad exacta. Hi toria, leyentiel ejecutor. Fechada el 20 de febrero de da: lo verdadero que preserva el tiempo 1558. Citada en la obra del Congreso Interpo. Todo lo puro. va hacia la fábula, nacional de Americanistas, Madrid. 1891. hacia el cielo de las nubes. Hay que leerlo con la mente fresca que goza con Algunas ediciones de su obra principal: las musas populares. En las ramas del Capitán Bernal Díaz del Castillo, en una En cspañol: Editada por primera vez por el Alonso Remon (254 folios. Imprimavera mental, esos frutos deliciosos prenta del Reyno, Madrid, 1632. Hay dos no se pasan.
ediciones muy seguidas. Luis Cardoza y Aragón Imprenta de don Benito Cano, 1795, Madrid, cuatro tomogen 82 (Los tres últimos México, 1932.
aparecieron en 1796. Nueva edición corregida, París, Libreria de Rosa. 1837, cuatro tomos impresos por BIBLIOGRAFIA Everart y Cía. en 120.
Historiadores Primitivos de Indias. BiDE BERNAL DIAZ DEL CASTILLO blioteca de Autores Españoles. Rivadeneira, Madrid, 1852 53. Enrique de Vedia inforObras: ma que la edición primera del Padre Remón sé hizo sobre el manuscrito de Lorenzo Ramí.
Verdadera historia de los sucesos de la Conrez de Prado, copia alterada del original.
quista de la Nueva España, por el Capitán. Volúmenes en mayor, a dos columnas. La Bernal Díaz del Castillo, uno de sus conquis obra de Díaz del Castillo está incluída al tadores.
principio del segundo tomo, páginas a Brasseur de Bourbourg cita en Bibliothe 317. que Mexico Guatemalienne (Maissonneuve, Tipografía de Rafael. Calle de Cadena 1871. que el Padre Francisco Ximénez copió 13 1854, México. Cuatro volúmenes en 49 coun manuscrito de 22 folios, de Bernal Díaz mún.
del Castillo, quejas y ataques contra los re Imprenta de Escalante y Cía. Bajos de ligiosos de Santo Domingo, fechado el 22 de San Agustín, 1891 92. Tres volúmenes en 49 mayor. Noticias sobre el autor por don Joaquín García Icazbalceta.
Edición según el codice autógrafo, por Genaro García, México, 1904.
Edición de Louis Michaud, 168 Boulevard Saint Germain. París, cuatro tomos.
Edición de Espasa y Calpe. El inanuscrito original se encuentra en el Archivo del Ayuntamiento de Guatemala.
Se compone de 297 hojas de cerca de 60 cms.
de alto por 38 cms. de ancho y cms. de espesor, pasta de piel. La firma deteriorada con la punta de una aguja que algún bárbaro uso para copiarla. Don Francisco. de Aycinena cuenta en carta dirigida a don José Maria de Agreda y Sánchez, de enero de 1891: que el Gobierno encargó copia a un buen pendolista, don Domingo Castillo, y éste la sacó después de mucho tiempo de trabajo. No sé el motivo por qué ya no se envió eso a México. después enviado a la Biblioteca Nacional de esta ciudad, donde existe Recuerdo lo que dice el señor Aycinena a su corresponsal mexicano porque hace poco leí que el Licenciado José Antonio Villacorta preparaba una edición. Seria de mucha utilidad la copia a que se refiere el señor Aycinena. está perdida? Sólo habría que confrontarla minuciosamente con el original. Estoy casi seguro de que todas las ediciones que existen son falseadas. La mayor parte de ellas han seguido a la edición del Padre Remón. También ésta ha servido para muchas traducciones y para muchos de los estudios más serios. la edi ción de Remón es inexacta y posiblemente incompleta. Acaso muchos pasajes no convenia inprimirlos; párrafos cambiados, vocablos, capítulos demasiado libres acerca de costumbres, críticas a religiosos, a conquistadores. Lo cierto es que la edición principe que ha servido para ias posteriores, es defectuosa y que hasta la fecha tal vez no existe una sola verdadera. MATLA (2. Fantasía indígena)
por EUCLIDES CHACON MENDEZ Envío del autor. Alajuela, Costa Rica, 1933.
MATLA como En la época en que situamos este re déspota indígena; dueño y señor de vilato Cararé era el más poderoso cacique das haciendas de sus súbditos, en sus. de las tribus güetares, cuyo asiento prin dominios imperaba su voluntad cipal estaba en el valle de Ujarrás. única ley. Su palenque gozaba fama por su Corte afluía el total de las cosechas la brillantez y prodigalidad de las fiesde esc fértil territorio, Sus tribus se tas. Situado a la vera de uno de los repartían hasta los confines del golfo varios tributarios del Reventazón, cabe de Nicoya, de cuyas riberas las separa ancho y profundo remanso, abundante ba estrecha na, dominio del chorote en pesquer y orillado por apretadas ga; pero desde las sierras de Turruba arboledas de prolífera caza, el palenque res, podían gozar con el paisaje del mar. atraía a los pueblos más remotos, y en y las numerosas islas que, cual lunares los días de grandes celebraciones el vade verdura, maculan soberbiamente el lle de Ujarrás hervía de gentes cristal movible del golfo. Ello no signi inmenso hormiguero.
ficaba que los güetaros no intentaran Distinguía al Cacique ardiente carácincursionar sobre la costa y aun aventu ter batallador, una notable disposición rarse en las aguas en delgadas canoas, para el mando y rara destreza como esligeras como gaviotas; pero siempre de tratega. Su vida transcurría en empremanera circunstancial, pues la hostili sas de conquista, en fructíferas cacerías dad de la tribu enemiga ponía coto a ta o en fastuosas fiestas. Elevado al caci.
les pretenciones de dominio.
cazgo casi en la adolescencia aun poEl pueblo güetar, con su hermano el seía vigor juvenil, aunque ya rozara los viceita, constituía la rama mayor de los cuarenta años. De agradable presencia ceribes. Cararé era el tipo genuino del y recia contextura muscular; talla mediana, más bien alta que baja, y robusto como la mayoría de los varones de su tribu.
Poseedor de riquezas, árbitro único del destino de numerosos pueblos, Cararé, sin embargo, padecía de un mal atroz, el hastío, cilicio de los poderosos. Cararé no era, pues, feliz. Su existencia en medio del fausto de la Corte o en el peligroso ejercicio de la guerra, vivía en la más acentuada soledad interior. Ni el poder omnimodo, ni la obediencia reyerente de sus vasallos, ni el esfuerzo de curanderos y adivinos, ni las plegarias de los sacerdotes lograban hacerle vivir con tranquilidad. Quizá por eso Cararé llevaba una vida agitada, a caza de fuertes emociones. Quería ahogar su aburrimiento con el ruido de la guerra, el monótono ritmo de los timbales o la música de las chirimías. Y, en ocasiones, desesperado, ordenaba sacrificios humanos a los dioses, verdaderas orgías macabras; el espectáculo de la sangre y el alarido de las víctimas ensordecían el clamor de su hastío. Cararé, sin embargo, no era un monstruo. Su crueldad traducía un intenso dolor íntimo: de él habíase enseñoreado la tristeza legendaria del indígena de América.
Para las gentes del valle no era secreto que la melancolía de su señor había echado nuevas raíces desde que en una expedición contra Nicoya, conoció y amo a Yara. Desde entonces sus días no tuvieron sosiego y la paz del palenque hucomo Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica