Carmen Lyra

REPERTORIO AMERICANO Poema a Juan Cristóbal Colaboración Para Carmen Lyra.
Con tus labios de pitahaya has mordido una inquietud musical y todo el huerto hogareño canta al ritmo de tu corazón, Juan Cristobal al solo abrigo de mis dos bra.
zos, se ha quedado dormido, dormido.
XIII Era una hebra de luz aquel llanto que of en el cuarto desvencijado.
Por primera vez las telerañas y los ratones oyei on la canción más pura.
Las vigas carcomidas por el tiempo y los tejados cnmohecidos por la lluvia temblaron de emoción maternal.
Fué ahí en aquel cuarto desvencijado donde supe de la vibración suave; era el llanto de Juan Cristobal.
Desde que mi canción entra en tu oído, la tarde se llena de caracoles y estrellas. es entonces cuando todo mi cuerpo se estruja de infinitos y madrigales. es así que mis brazos evocan fortaleza y suavidad.
Tus ojos ya conocen el milagro de ver el cielo, tus manos ya acariciaron la arcilla creadora, tu boca ya supo de la frescura del manancial, tus oídos ya oyeron la música del viento. todo tu cuerpecito ya se tiño con los colores del rio.
Tus sentidos van desarrollándose al ritmo de la naturaleza; ella es para ti, el mejor juguete.
XI II XIV Era un cogoilito de amor.
Era la miniatura inconsciente más perfecta Era el niño Dios criollo.
Era de algodón moreno, carnita canela entre pañales suaves de sol.
Era así.
El viento está deletreando una frase nueva para ti, ila oyes, Juan Cristobal?
Pasa suavecito, como sordina enrollada en una nube, sobre las baguritas de tu sitio: tu ronda.
Jicaro, Jícaro! Tendido en la siesta del sol, sombreas de aromas las cantarinas rayas trazadas por Juan Cristobal; rayas que son una respuesta enredada en las madejas de luz.
Jicaro. jicaro! que nunca tu sombra desa.
brigue los juegos y llantos de Juan Cristobal!
Ven, asi conmigo, escucharemos letra por letra el deletreo del viento; tú y yo, trataremos de interpretar este sencillo y nuevo alfabeto que ha sido creado para ti.
III XV Dos almendras entreabiertas parecen sus ojos cuando duermen, para ver el mundo en mitad. Parpadean, sonrien: está cerca de un colmenar.
XII es que Sc está meciendo la luna, la luna se está durmiendo; todo lo blanco está cantando, todo de azul se está vistiendo; y es porque Con piedrecitas de mar construyes el túnel por donde se pasea tu ilusión infantil, asi mismo. los caracoles ensayan el cromatismo por donde se paseará lección musical.
IV Otros poemas Hijo de todos y de nadie.
Tú viniste antes que mi carne florecicra, a encender en mi vida, el candil maternal; a poner pucheros al verso sencillo; a fertilizar la selva musical; a poetizar el sentido vital de las cosas.
DESDE QUE TE JUISTE.
y cnredaba sortijas en torno a mi boca. Desde que te juiste el cacaxtle de mi alma está triste.
Los izotes ya no floreyan aquellas candelitas que alumbraban el monte.
Por eso calle.
Te di un beso y me envolvi en tu sombra.
Crecrrás. Poseerás lo que tú quieras, si tu cabecita la puedo llenar de verdades.
Pero dime, terroncito de azúcar morena. endulzarás entonces, el agua de mi vida?
TARDE DE CONCIERTO VI Eres tan pequeñito, como el hoyito donde entran las, hormigas a dormir. Ellas como tú, atesoran migas de pan, en el huequito tibio del corazón.
Las hormiguitas con pedacitos de hojitas frescas, forman ronda a la pileta del clavel; tú, zompopito, te haces collar en torno a mi cuello.
Desde que te juiste.
el Santu Sebastián ya no hace milagros ni la ceiba da sombra. el acordeón está tan llorón, qui todito el rancho se moja de quejas y por eso mi alma se llena de tristuras.
Tarde de concie.
me entregaste a la nostalgia de sus palabras y a la infinitud de su mirada.
Tarde de concierto.
Llovieron sobre el teclado de su corazón, azogues paralelos en vibraciones monosila bas.
VII Desde que te juiste.
te vivo esperando debajo e la sombra morado aceituna, y sólo veyo la pereza del tiempo la luz de la luna.
Tarde de concierto.
prolongada en la luz de las estrellas y adherida al canto tonal de las cigarras.
Tarde de concierto.
Acércate a mi corazón, Juan Cristobal, es una almohada que los angeles hicieron para ti. Ellos durante el sueño dicen cosas dulces a los niños.
Deja que te estrechc, acaso alcance yo un poco de esa miel angelical.
en que nacieron muertas las begonias, porque trinó tarde la lluvia de sus ojos.
Desde que te juiste.
SOMBRAS VITI Tarde de concierto.
acaso haya quedado una nota en la clave de su oído, para hacer con ella un caracol vitral.
Vi en mi sombra tu sombra, vi que irradiaban tus venas, la luz del misterio.
Este cra un fueguito cerca de la mar. EI fueguito se llamaba amor, la mar se llamab2. vida. Pues la mar quería apagar al fue guito, pero sabes. Juan Cristobal, que el fueguito ganó?
Si, gano.
Tarde de concierto.
escapada para siempre de mis manos.
tendida en el río de sus palabras y anclada al muelle de su corazón.
Te vi tan cerca que todo se puso mudo, mi alma ya no pudo decir la palabra que tanto anginba.
DX Tarde de concierto.
Con el dedito de tu corazón, has tiznado de dulzuras, esta página de mi vida.
Con tus miradas de aceituna, el mundo se me torna una masita de amor es que la sombra mutilaba estrellas Mercedes Viaud Rochac San Salvador, 1933. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica