REPERTORIO AMERICANO 231.
COPLA DEL HIJO ERRANTE que duermo en el perfume de tu nonibre. La madurez es bella como la sangre del Dolor: del perfume de tu nombre. rama de sándalo cuando no se pierde en hojas de música, Agobiado por un asma de neblina, extraigo el jugo de ti misma otoño es Dios maduro.
al fondo del Dolor, despeñado, para tomarlo y ser Dios mismo.
como una piedra lanzada a la Noche.
Cristo debió tener un hijo Nunca comprenderás que al recordarte ¿Qué monstruo blanqueció tu misterio, todavía está en la Cruz árbol de crimen me voy lanzando al fuego hijo errante, que monstruo ennegrecido bendijo el barro de tu llanto sin lágrimas?
para que asi se queme ia odisea y todos al pasar le dan besos de Judas.
costra de olvido Aquel monstruo se ha ido sin historia que transcribí a la sombra de un recuerdo.
Cristo debió tener un hijo un hijo y solo restas tú, con palmos de nunca, que se robara la Cruz con su cadáver tierno.
estrangulado en heces de fatiga, nunca entenderás que al recordarte condenado a morir sin nacer a la muerte, tan honda y puramente, me ha nacido un rayo de sol en la boca TONADA DE DULCE AMOR Agobiado por un presentimiento y en la frente me ha dolido una estrella.
de piedras preciosas, La llevo clavada en la carne atris en tu camino sin respuesta, te antojo encanallado de ilusión.
CRISTO DEBIÓ TENER UN HIJO como una cuchilla de amor. Qué importar a la llegada del beso a los labios malditos por la sombra, Cristo debió tener un hijo De noche, en la sombra de secas pupilas, hijo errante, hijo de nadie, libre Cristo debió tener un hijo estrujo el vendaje y explayo los ojos, como las raices del cedro, que fuese como él: ciencia florida de manos me arranco las hebras de toda sonrisa, como el rio crecido, fiorida de palabras canción endomingada y al pie de la noche invigilo la carne que llora.
en un labio de misa retoño de incienso como la sangre viva del sol?
madera de recuerdos otoñales Al fondo, rumor de hijo nuevo, Fueras tú montaña acogedora, en el altar de las miradas, hechas llanto de arroyuelo que salta del polvo elevada a los espirituales azules, para no ver cielos largos ni paralíticos.
con cara de niño recién nacidito.
o esa cosa de pan de amor que las abejas Tonada, tonada de sangre que endulza, fabrican con oraciones de rocio.
Cristo debió tener un hijo, que mata, que grita.
Tal vez. pero el arado de horas Cristo debió tener un hijo surca piedades, desenterrando auroras, suave, como los ojos de Marta. su novia divinaSeñor. por qué me has herido la carne y atierra la tristeza con el beso perdido.
suave como el bordón de San José roto de borrachera con una cuchilla de amor? Hijo errante, a tus alforjas vacias todos los caminos pordioseros y suave como yo fiera latinoamericana.
Un hijo hondo profundo. trascendenteLa vida se aferra con mano callosa, alargarán sus manos de hospitales como los hombres, que explotase lo mismo que una fruta de truenos las venas, crecidas de insomnio, maduros parece que trinan despacio y despacio que no heredaste ni la pena y sonase lo mismo que un vaso de canción. rumor de hijo verde: que no se niega a nadie, ni a los alegres. algunos cogollos de besos?
prorrumpirás en signos de presidario loco: Cristo debió tener un hijo Te preguntarás ime han puesto juguetes los reyes? Cristo debió tener un hijo Llanto de atroyuelo que salta del polvo Desde lejos te sonarán las canıpanas del cielo, verdugo de caricias matador suavecon cara de niño recién nacidito; te saludarán los adioses, para que con martillos de palabras ¿un niño que llora por mis cicatrices?
y desde más lejos, hijo errante de todas las veredas, y azadones mentales, supiera consolar a las mujeres, tu misma sombra contagiara de olvido, arrastrándolas por sus corazones elásticos Fieras cicatrices que no cicatrizan, sazonando silencios.
y echándoles barro a sus mentiras viiginales. son cono costuras que siempre padecen Hijo errante, que no madrugará por la luna, el santo castigo de amar las heridas.
Cristo debió tener un hijo pero ique muchas felicidades de oro Cristo debió tener un hijo triste como él.
te depara el olvido, ese ciego de tantos recuerdos!
Para tener derecho a ser apóstol.
Señor. por qué es que la llevo clavada en la carne Tu madre, destrozada de dicha, hay, que ser hondo tener un hijo hondo como una cuchilla de amor?
por acabar tu herida, te hiere en la altura.
de lejanias cercanas. mi llega el sonido de tu herida, Ser como el árbol que pare cielos Graciany Miranda Archilla porque en la altura suena todo de cumbre.
y funda repúblicas de pájaros.
Refloreces de encantamientos, Tener un hijo, aunque sea triste, Sabemos del portorriqueilo Miranda Archllla: embrujado de mañana tranquila, en cualquiera mujer: que es intelectual y poeta de vanguardia. Es como los niños frente a los espejos.
que dondequiera muere Dios el padre del atalayismo en Puerto Rico, movimiento que ha logrado señalar nuevos horizonSeras tú el único que sin haber nacido y en cualquier onda nace un hijo.
a la poesia puertorriqueña. hayas probado a Dios en lo desconocido.
Errante, hijo errante de neblina, cintila por el fondo del Dolor, despeñado como piedra lanzada a la Noche, y hasta siempre.
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Te he recordado tanto, tanto y tanto, Maquinaria en General que no sé si recuerdo, James Montley, New York porque a veces el dulce de amor que me da como llama tu recuerdo JOHN KEITH, RAMON RAMIREZ me humedece los labios con algo que se palpa en el recuerdo.
Socio Gerente: Socio Gerente.
Tanto he sentido tu fragancia, JOHN KEITH Co. Inc. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica