EDITOR: García Monge Suscrición mensual. C2. 00 EXTERIOR. El semestre, 13. 50 Elano, 000. am.
Giro bancario sobre Nueva York.
Correos: Letra SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Juan Ramón y su continuidad De El Sol. Madrid Ocho fueron, si no marra sías que guardan los pliegos mi cuenta, aquellos cuadernos de Sucesión. unas impresas desencuadernados de Unipor primera vez, otras arrandad. ahora proseguidos en cadas de libros ya divulgados los pliegos periódicos de Suo contemporáneas de ellos, secesión. que ya llegan tamgún se ve por la fecha al pie, bién a ocho. De éstos, tres feque al buen conocedor de la chas en el frente, 1896 1920poesia de Jiménez no hace sino 1932, y el número arábigo confirmarle su sentir, que ya correlativo. Ni una indicación ha situado esos versos en el más. Ni pie de imprenta. Ni lugar propio.
aun el nombre del autor. El Los prologuillos de unos Cansado de su Nombre ha libros por publicar Casa dejado solamente las iniciales: azul marino. el primero de la Los amigos de Juan obra poética en verso, y HéRamón Jiménez verán llegar a roes españoles. el octavo de su casa estos pliegos en un la obra poética en prosa nos sobre nítido, con limpias lepermiten atisbar algo de las tras rojas, como para traído divisiones en que actualmente por un ángel mensajero, o irán considera Jiménez repartida su a buscarlos allí donde ellos saohra. El primero, que reune ben, y si lo ignoran, no faltasus versos juveniles, quién sará quien les trasmita poco mebe con qué amplitud o con quá nos que el santo y seña para criterio de selección, se ampa.
lograrlos (1. ra en un balbuceo de media Así va publicando Jiménez lengua infantil, mas llega, a su obra, si se puede decir que lo que se ve por los subtítupulilica lo que no busca un los. El niño. Modernista. público. lo que se contenta Rima de sombra. hasta los con esa inmensa minoria iniprimeros volúmenes publicaciada, sin convocar a nadie, sin dos en los albores del siglo.
rechazar a nadie tampoco.
Juan Ramón Jiménez Del segundo hemos ido conoCada pliego de Sucesión Visto por Joaquin Sorolla y Bastida ciendo aquí y allá ciertos reprende en sus cuatro páginas tratos, y en estas páginas mispocmas y retratos, prosas y mas hallamos un Menéndez versiones, aforismos y docuen sus manos, de un estante hojas en plena campiña, fué el Pidal expresivamente acenmentos: esto también. no cualquiera, uno de sus empol que ya empleó en uno de sus tuado en tonos oscuros, condeja de ser curiosa una apor vaclos libros.
libros: La soledad sonora. traste con esos otros retratos tación, bajo el epígrafe de En esta Sucesión va dan Soledad perfecta la suya, col de niños, los de Salinas, los de. Fuentes de mi poesía. de dos estrofas de Víctor Hugo en su do Jiménez va dándose a sí mada de todas las sonoridades, Guillén, tan tiernamente entomismo, pero sin recatarse de rasgada por todos los ecos, con nados y tan parecidos de seoriginal. Contribuirá ello a nuestra vigilancia los atisbos esa claridad que la distancia guro aun para los que sin coque se vuelva a leer, por los de su obra total. Sucesión pone al rumor. Nada es ajeno nocerlos vean a través de ellos poctas siquiera, a Víctor Hu aquí no implica un corte con al poeta. Todo va a él, y su las facciones de los padres.
go? Son acaso los que menos el pasado, ya abolido. Es, por poesía no es un diálogo priY entré en el paraíso leen al que, para la generali el contrario, el traer al día los vado con las musas deidades metálico de los prosistas esendad, sigue pasando por otra momentos de ayer junto a los inspiradoras para el clásico, ciales. dice Jiménez en un cosa que por un poeta de hoy, de lioy. Bien inspirado estaba amantes arrebatadas del ro fragmento de 1926. Los que es decir, de siempre. Cuando aquel otro título, Unidad. mántico, sino ese equilibrio hayan seguido sus libros, desse habla de Juan Ramón Ji para el poeta, mas uno que ha sensual entre dinamismo y éx de los primeros; impresos en ménez se piensa en Verlaine, ya podido darse si es que to tasis. algo dionisíaco y apo tinta morada o verde, hasta la en Heine, en Bécquer, en She do poeta no es uno, cuya uni línen a la vez, irreducible a severa pulcritud tipográfica de lley o en Thompson; si acaso, dad sólo se ve a distancia y verdadera definición, con algo los pliegos de Sucesión. han.
en Laforgue, o en Rimbaud al sólo ven los otros; rara vez el en sí resistente a todas las ex advertido claramente su contigunos. Quién va a pensar en poeta mismo. Juan Ramón plicaciones. La poesía debe nuidad, la permanencia del el soeta que llenó con su alien tiene la clarividencia de sí, y tener apariencia comprensible poeta de los primeros ensato lo más ancho del siglo xix?
En él, sin embargo, está tɔ de la obra ante sus ojos y al en ese permanecer constante cice un aforismo de Estéti vos en toda su obra sucesiva.
ca y ética estética. como los El raso, por ejemplo, del poedo: imponentes maquinarias alcance de sus manos. de fenómenos naturales: pero, co ta de Laberinto al prosista que estorban la vista de los ho purándose y perfeccionándose, mo en ellos, su hierro interior de Platero y yo en nada le, rizontes más puros, aunque aunque sea en el retoque de deba poder resistir, en una muda. Con verdad consider desde lo alto se ven mejor; una poesía obra nueva el ver gradación interminable de re su prosa como parte de la stridores horrisonos que en uelven las melodías más inau su arte y la razón profunda dor más vocativo.
so de ayer, están el secreto de lativas concesiones, al inquisi Obra poética. Poeta esen ciał. Juan Ramón Jiménez. es litas. Leer a los poetas, aun que permite convivir en uno Poesía oscura, no; poesía, asimismo el prosista esencial.
a los mejor conocidos, es ir de cstos pliegos a una poesía tan sólo. Un halago inmedia La poesía no es mera exprede sorpresa en sorpresa; leer de 1900 con otra de 1932. to de la palabra, de la caden sión ni terreno movedizo; es a Victor Hugo es la sorpresa Otro gran título hallado cia, del sentido presente; y firme en el que asientan las mayor para el que hoy toma por Juan Ramón Jiménez en detrás, los espacios vertigino. palabras su arquitectura, veruna estrofa de San Juan de la sos o la calma de lo infinito. so o prosa. 1) Madrid, libreria de León Salle Diez Canedo chez Cuesta Cruz, como trébol de cuatro Asi son muchas de estas poeImprenta LA TRIBUNA Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica