REPERTORIO AMERICANO 323 Quiere Ud. buena Ud. buena Cerveza. Tome Selecta 99 ción que constan de quinientas páginas donde no hay un solo aplauso. Ob.
comp. tomo XIX, páginas 280 y 123 del presente volumen. No sólo se enorgullece de haber impuesto silencio a la barra, sino también de que no lo haya aplaudido una sola vez. eso lo proclama un hombre, que según confesión propia, no se hallaba afiliado en ningún partido y que sólo cree en la ciencia del gobierno que ha estudiado muy particularmente con la capacidad que puede tener cada uno, pero sí con buena voluntad. Ob.
como. tomo XX, pág. 392. Difícil de concebir es en estos tiempos en que tan dócilmente se pliega la voluntad a los deseos de los encumbrados, o a las desviaciones populares, un coraje civil como el de Sarmiento que, sin apoyo de nadie, brega incesantemente contra todos, en nombre de los sagrados intereses colectivos.
No hay nada más agradable ni más delicioso.
Es un producto Traube RECTITUD EN LAS PALABRAS EN LOS ACTOS Lo único que le preocupa conservar, y se vanagloria de lograrlo. el solo la zo que le une a la opinión es la fe que tiene aquella en la rectitud de su palabra y de sus procederes. Lo afirma, así. con tranquila dignidad: En este país donde no hay una hora de reposo, en que se cambia de escena diariamenº te, de teatro, de personajes y de decoraciones, yo he conservado una cosa, es la fe en que yo digo la verdad y, en que soy honrado. Ob. comp. to. no XX, pág. 384. La suprema autoridad, cuyas decisiones siempre acata, es la voz de la in tuición, que orienta y rige sus actosporque también como Sócrates, tiene.
su deinonio familiar. Yo tengo cierto instinto, cierto presentimiento que me sirve de guía, como si fuera acaso un decreto de la providencia. Me oigo, como si me dijeran: no haga usted esto.
En otra ocasión expresa: Yo no des confío nunca de los hombres: pero. he adquirido cierto instinto para conocer la verdad de las cosas, sin contar muº cho con las palabras que me están diciendo. Ob. comp. tomo XX, páginas 333 y. 384. Guiado por ese instinto seguro que habla con la voz de su conciencia, y que le orienta como a un sonámbulo, a través de los escollos y los trágicos per ligros, avanza, con frenesí de poseído, hacia los fines que se proponen todos los concurrentes, a la, construcción de una gran nación americana, la primera por su elevación y su amplitud.
Para esa empresa él solo confía en. su decisión, en su infatigable voluntad y en esa técnica del gobierno que a golpe de cincel y de martillo ha extraído de la áspera cantera de una realidad primaria de contextura caótica. Por eso ciliación. Si el señor Casares promeno es de extrañar que haya en él esa tía que las elecciones habían de ser ve dureza diamantina y esa fuerza del ra rídicas y reales, nada importaba que el yo que destroza la roca. Es el torren gobernador fuera un adversario, el úl te que excava su propio cauce y en cu timo hombre, con tal que el gobierno yas corrientes borrascosas late un des fuese la expresión y la voluntad del tino imperioso. Los murmullos que pro pueblo, porque tendría una base enor voca en los espectadores su paso fra me en qué apoyarse (Ob. comp. togorosc de tormenta, no retardan ni ace mo XX, página 384. leran el ritmo de su andar y él apenas En estas claras palabras, expresivas alcanza a distinguir si son protestas o de una convicción democrática inflexiaplausos. ble, cuyo sentido es de rigurosa apliPero esta fuerza proteica no le ofus. cación después de medio siglo, está ca ni le engríe; no perturba la llaneza enunciado el secreto de la fuerza de de su indole, que desconoce el endio Sarmiento, que consiste en su respeto samiento. Declara, así, con franqueza a la voluntad anónima del pueblo; al desconcertante que entraña ruda lec triunfo y mejoramiento de la cual conción para casi todos nuestros hombres sagra la plenitud de sus energías.
públicos. De cuántos errores no tenLa afirmación rotunda, casi insolente, go que arrepentirme en cuarenta años de su propia personalidad, al servicio de vida pública tan tormentosa, en me. siempre de la causa que encarna los dio de vicisitudes tan extrañas, al calor ideales e intereses de la personalidad excesivo de la acción unas veces, al hie común del pueblo, es el motor donde se lo de las tiranías otras, tentado por la genera el dinamismo de este hombre ambición o desencantado por la expeextraordinario.
riencia. Ob. comp. tomo XX, pági. Ni siquiera la edad parece contar en na 372. su desarrollo y en su acción. Niño todavía es proclamado en su escuela de EL ARMA DE LA VERDAD San Juan, a la que no había faltado un es que la potencia casi incontras solo día, Primer ciudadano de la Estable de su acción, que se agiganta en cuela de la Patria; designación proféel tiempo, proviene de la lealtad consi tica que define la totalidad de su exisgo mismo. No hay en él cortesanía pa tencia. casi septuagenario ya cuan ra nadie, ni siquiera para sí. Esgrime do los espíritus mejor templados se acola verdad como una lanza y nadie se gen a una espectable neutralidad, en la halla al amparo de sus golpes. Acomete cual saborean un anticipo de su propia al error donde lo encuentra, con más gloria, revistiendo aires solemnes, preencono y fruición si está más alto, con cursores de la estatua. en un instante forme evidenciará el siguiente ejemplo: difícil en que las turbias maquinaciones En su discurso en el senado sobre la caudillistas comprometían gravemente intervención a Jujuy refiere que siendo la tranquilidad de la nación, después de ministro del interior le dijo al señor renunciar su ministerio, concurre ante Casares, gobernador de la provincia de el senado intempestivamente, y lanza la Buenos Aires a propósito de una con siguiente exclamación, que parece un ciliación política con la que no estaba rugido. por lo enérgica, pero que está él de acuerdo, las siguientes palabras llena de luz: Creo que ha llegado el lapidarias que suenan con acentos tan momento de salvar a mi patria, a la que actuales: La conciliación, es la verdad todo ciudadano le debe todo lo que po: y la justicia en las elecciones. Ustedes see, en conocimientos, en voluntad y tienen la culpa de todas las desgracias hasta en coraje para arrostrar las difidel país porque no son sinceros, porque cultades. Se acabaron las contemplaabusan del poder: ésta es toda la con ciones; tengo las manos llenas de ver(2) Pigura en el tomo Il y último de Discursos Par.
lamentarios. 5) Figura en el tomo Il y último de Discursos Parlamentarios. 4) Figura en el tomo Il y último de Discursos Parlamentarios. 5) Pigura en el tomo Il y último de Discursos Par.
lamentarios. 6) Figura en el tomo Il y último de Discursos Parlamentarios. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica