REPERTORIO AMERICANO 115 Quiere Ud. buena Ud. buena Cerveza. 99 Tome 66 Selecta porque era muy posible que alguno de los pastores, al regresar a casa después de una noche de zambra y de folgorio, diera en la flor de apagarle a uno la vela a tiros, lo que en dos ocasiones, por lo menos, le ocurrió al perjena.
dor de estos veridicos relatos.
Todas las nacionalidades tenian su respectivo Hotel Claraz, que aunque no eran propiedad de Claraz, eran administrados sobre los No hay nada más agradable mismos principios, tenidas en cuenta las exigencias nacionales ni más delicioso.
características de los huéspedes en cada caso. Los demás hoteles eran mucho más cosmopolitas; Es un producto Traube pero todos ellos, con excepción del Argentino, tenían cierto aire de hogar, que desde hace mucho tiempo ha desaparecido de todos los hoteles en todos los países del res transatlánticos sólo habían co tración de las ideas. aquellas En verdad que era una ciudad mundo. La sociedad entonces no menzado entonces a soltar sus ventanas de la gran casa amue de aires buenos; y aquel viejo era de tan difícil acceso como se cargamentos de italianos y de viz blada de la calle del 25 de Mayo capitán español que navegaba con ha vuelto más tarde, y los excaínos. En lo general, todavía no se asomaban españolas, griegas, don Pedro de Mendoza caballero tranjeros que hablaban el idioma se había establecido marcada di italianas, francesas, inglesas, mu de Almería, que en su tiempo eran siempre bien recibidos. Unos ferencia entre las varias clases latas (con su catinga. judias ar había sido chambelán de Carlos pocos argentinos hablaban inglés, sociales; los bailes se daban en gelinas muchachas del Para tuyo razón cuando al sentir y no eran muchos los que sabían el piso bajo de las antiguas ca guay.
el primer soplo del viento que le francés, y con excepción de algusas coloniales, a través de cuyas Uno de estos quilombos como el llegaba a través de las Pampas nas pocas familias que habían esenormes ventanas enrejadas, el que los ingleses designaban: uno, del Sur, dijo, tendiendo la vista tado en Europa, cuando en algupopulacho contemplaba a los dan dos, tres, cerrito (Cerrito 123. en derredor: Qué buenos son los na casa recibían de noche, lo hazantes, criticándolos, ya favora eran modelos en su clase.
aires de aquí.
cían al estilo que recuerdo haber ble, ya adversamente, siempre Dentro del palacio todo eran es Aunque nosotros no lo barrunobservado, en mi juventud, en Secon ánimo de comprador en una pejos; muros, mesas, techos y sivilla y en todo el sud de Espatáramos, acaso porque nos preferia o mercado de ganado. llas. En estas descansaban las ña. Las señoras se sentaban cn ocupara más la vida misma que Los teatros eran buenos y am sacerdotisas, y en aquellos días sillas en un gran circuto alredela economia política, la ciudad en dor del cuarto, y los hombres se plios; mejor construídos, y más era cosa muy a la moda la de ir aquel entonces ya encerraba tomodernos que los de esos días en se a tomar el café con ellas des dos los gérmenes de lo que ha estacionaban hacia las puertas; Londres o en París; los precios pués de comer. En más de una venido a ser después. Sé que es de vez en cuando algunos de ellos eran exorbitantes, si se tiene en ocasión he visto a algún augusto se adelantaban y sacaban pareja grande y próspera y rica, muy cuenta la vida sencilla que lleva personaje, elevado sobre sus cona bailar. El baile casi siempre era más allá del soñar de la avaricia; ban los habitantes de la ciudad. ciudadanos por el voto popular, pl vals, bailado muy lentamente, sé que incesantemente grandes La moneda al son de un niano desvencijado, circulante estaba entrar, sentarse en una de las sibarcos arriban y se amarran sus y al terminar, el caballero, con muy depreciada; el peso de papel llas, encender su puro y beber su muelles de piedra tallada y que ducia a la dama a su asiento, y valía dos peniques y medio y la café, charlando con todas las selos pasajeros pueden saltar a tieDermanecía de pie a su lado sumoneda de plata consistía casi to ñoras de la casa, tan afablemente rra y entrar en sus automóviles.
surrándole al oído flores y cumda en piezas bolivianas de a cua que nadie se hubiera imaginado, Todo esto lo sé y me complazco plimientos de los más elementa tro reales, que tenían estampa que el recuento de algunos miles en ello, porque anche io fu pittoles. En las casas de más rancias das una llama y una palmera de de narices lo habían elevado a la re, es decir, porque yo también costumbres bailaban el cielito y el tosco diseño, lo que con su ex categoria de un dios.
he cabalgado por las calles del viepericón, que eran danzas antiguas traño color les daba un aire co Tal era la ciudad en aquel tiem in Buenos Aires (el de antaño. pintorescas, rezago de épocas mo de un antiguo denario roma po en que tenía una población de casi siempre en un doradillo, esde antaño, tan dignas de ser reno. Había mucha moneda falsa sólo 360. 000 habitantes.
carceador y coscojero, de mi procordadas como lo serán el cake en circulación.
Los alrededores de Palermo y piedad, con las grandes espuelas walk y el one step, cuando ellos Ninguna pintura del Buenos Ai Las Flores, apenas empezaban a de plata pendientes del talón, catambién ya caigan en desuso. res de esos días estaría comple crecer, y las industrias que de enmino del hotel de Claraz, después Las mujeres, salvo las de las ta, sin una ojeada de soslayo a tonces para acá han surgido en de entregar una punta de ganaclases más pobres, rara vez sa los templos de aquella diosa Ne El Tigre y en La Boca. dormían do en el saladero, en las afueras lían solas; pero al caer de la tar lena, que surgió de la espuma del todavía en el regazo de los tiemde la ciudad.
de, y bajo la protección del pa mar según los griegos. pero que, pos. cosa de una o dos leguas Todo eso que ha sucedido lo sé dre, de la madre, o de algún pa según la iglesia cristiana, tuvo su de la ciudad extendían los cam y me regocija, sin convencerme.
riente, hormigucaban por la calle origen en el fango. Quién podrá pos llanos de Quilmes y el Mon Así le sucede al hombre que en de Rivadavia, que en aquella épo fallar entre los dos conceptos. te Grande sus praderas. de yersu juventud ha visto a una baica era el paso principal de la Seguramente pocas ciudades ha ba corta y dulce que comían los ladora gitana, morena, ágil y cenciudad.
bría mejor surtidas de materia carneros, verdes como esmeralda ceña, y se ha complacido en verAli, al ir de arriba a abajo, prima que aquella ciudad de los en la temprana primavera, luego la desde lejos, que años más tarescuchaban esas floras que desde aires buenos. Los transatlánticos tapizadas con la flor morada y de vuelve a encontrarla casada tiempo inmemorial los jóvenes de traían húngaras, por docenas en la verbena roja y después pardas con un capitalista, esplendorosa tierras hispanas se han complacicada viaje, y las demás naciones en el verano, reverdeciendo de de joyas y trajes de Paris, y que do en ofrecer, al bello sexo.
europeas no andaban a la zaga nuevo con las primeras lluvias piensa que a sus ojos era más La verdad es que en aquellos en esta labor de pacífica pene otoñales.
hermosa allá en el Burrero, endias Buenos Aires era todavía vuelta en su raido mantón de Ma.
una ciudad colonial que apenas nila.
empezaba a desprenderse del paand Periodicals. 31 roth St. New York. Cunninghame Graham sado. Las grandes iineas de vapo. AGENCIA del Repertorio en Nueva York: Stecher Co. Books Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica