30 REPERTORIO AMERICANO Las casas solariegas del antiguo Cartago Envio del autor. Cartago, 1932 Estoy sintiendo estos días, Los verdaderos cartagineses más honda que nunca, mi orque venimos de padres cartafandad del antiguo, esto es, del gineses, descendientes ellos a verdadero Cartago. Unas cuansu vez de gente cartaginesa, tas visitas a la Exposición de sabemos qué pensar de esasAntigüedades de la Escuela coqueterías y bonituras de que Jesús Jiménez me tienen de hablaba el editorialista que humor reminiscente; tantas coacabamos de citar. nosotros sas evocadoras de nuestro pano nos entusiasman tanto esas sado han logrado reunir esos casas de la nueva Cartago, y buenos maestros con la única consta que no hablo de los ranayuda de sus niños. Allí camchos ni de las estructuras de panas centenarias y armarimadera a los cuales no concetos de preciosa talla; allí imáde un agudo americano ave.
genes de santos pintadas en cindado aquí más que dos dimetal o esculpidas en madera, mensiones. No, me refiero a adorno un día del camarín dolas moradas de las personas méstico o del retablo de iglepudientes, ante cuya ramplosia; allí viejos sillones con el Del Cartago de antes. Casa que perteneció a las señoras Espinach nería y mal gusto no nos quenombre, bordado en cuero, de da más partido que recordar la da. na o del hidalgo que las otras, las desaparecidas al descanso en ellos; allí la espada que emAlgo he dicho ya de sus iglesias. empuje del terremoto o de la dinapuñaron los abuelos en guerra contra el También sus casas trascendían dignidad mita demoledora. Yo suelo evocarlas a filibustero, o el vestido con que fueron y hermosura. El terremoto y la destruc menudo para consolarme de nuestra las abuelas al sarao en honor de Don ción sistemática que siguió al terremoto actual insignificancia.
Con los pocos Juanito o del Doctor Castro; por todas no dejaron nada en pie. Todo desapare hermanos que me quedan pongo a conpartes cosas y recuerdos de personas del ció. Fuimos todavía más desafortuna tribución mis recuerdos. Hablamos de buen tiempo antiguo. De esta vez hasta dos que otras gentes que lograron sal las casas de los abuelos, ambas situadas los menos amigos de lo viejo han sen var siquiera las ruinas, la Antigua y la en esquinas diagonales de la manzana al tido su encanto. Algunos hemos sentiNueva Guatemala para no ir muy lejos. oeste del Parque. En esa misma mando a más de ese encanto un sentimiento En Cartago se cumplió el verso de Luzana tuvo también la suya doña Anade tristeza. Por sobre todas estas cosas cano: Etiam periere ruinae (Hasta las cleto Arnesto de Mayorga, la amiga de salvadas del terremoto, del abandono y ruinas perecieron. y todavía sobre la ira Morazán y protectora de los pobres, tide la incuria, flota la nostalgia del Car del volcán y sobre el afán destructor de po el más perfecto de la alta dama cartago de antes, del Cartago que conoci los hombres hemos tenido que sufrir tam taginesa, señora la más ilustre de Costa mos de niños y que aprendimos a amar bién la incomprensión aplaudidora de Rica. en opinión de don Jesús Jiménez.
con un amor que no se consuela ni se aquella obra nefasta. Léase sino lo que Allí está ahora el teatro Apolo a donde consolará nunca de su pérdida.
decía La Información el de mayo de van nuestros jóvenes y nuestras señoriDe mí sé decir que soy cartaginés vie 1913: La Cartago nueva no tiene el as tas a admirar las gracias de Lupe Vélez jo en más de un sentido. Por gusto y pecto triste y pesado de aquella Cartago o de Greta Garbo.
tradición: los Sánchos somos cartagine que fué cuna del país, y que el terremo En la esquina diagonalmente opuesta ses desde muy antiguo. Cuando la erup to redujo a escombros, redujo a polvo, a la casa de doña Anacleto, esto es, al ción del Irazú el año 1723, ya citaba redujo a nada. la Cartago nueva es una Norte del Parque, se levantaba la casa Gobernador Don Diego de la Haya Fer ciudad coqueta, bonita como sus valles, de las señoras Espinach, la más hermonández a uno de mis antecesores entre como sus florestas, con sus flores y con sa sin duda de todas las casas de Carlos vecinos de Cartago en la relación que sus mujeres.
tago. Fué construída por don Ventura, de aquel suceso hizo a España: Como a un catalán emprendedor que vino a Coslas diez u once del día pasé a la calle ta Rica a trabajar las minas del Aguaque está de por medio con la del señor cate, y casó aquí con doña Mercedes BoVicario para observar desde allí las openilla, hija de don Juan José Bonilla y de. raciones de dicho volcán, por descubrirotra gran dama costarricense, a cuya gese de dicho sitio, estando en mi companerosidad debió Cartago el primer órñía los capitanes Juan Sancho de Castagano de la Parroquia, doña Teodora ñeda, José Felipe Bermúdez y el alférez Ulloa. La casa se acabó de construir en Antonio Angulo. Desde entonces viene noviembre del 59. un lado y otro de mi gente viviendo aquí, apegada a esta la puerta principal tenía dos preciosas.
tierra, identificada con la ciudad a tracolumnas de piedra estilo jónico, y las vés de todas sus vicisitudes. Pesa, pues, seis ventanas del frente estaban defensobre mí una larga tradición y siento que didas por seis hermosísimas rejas forjami espíritu tiene en este lugar raíces más das en el país, que le daban un aire de profundas que ningún árbol.
señorío inolvidable. Pero Pero no son sólo razones de sangre y era hermosa, por dentro lo era más. El de tiempo las que me mueven a añorar jardín era un encanto, con sus palmeras, la vieja ciudad, sino también razones de sus jazmines, guarias y nenúfares, y sobelleza. El antiguo Cartago tenía gran bre todo con la graciosa fuentecilla coatractivo aun para las personas que no ronada siempre por diamantina pluma habían nacido o vivido en él: cra una de agua. Allí vivían doña Rosa, viuda, ciudad pequeña y modesta, pero con cacuando vine a conocerla, del doctor Morácter propio, con un aire inconfundirales, doña Mercedes y doña Teodora.
ble de hidalguía que lograba infundir Muy frecuentemente había conciertos de una sensación de buen tono y de noble música por aquel tiempo en casa de las Interior de la casa de las señoras Espinach sosiego. Del Cartago de antes)
Espinach. Doña Mercedes tocaba al piapor fuera. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica