30 REPERTORIO AMERICANO CANCION DEL DIA FATIGADO (Elegía de Sayula)
José Vasconcelos illasta que llovió en Sayuda! Folklore mexicano Por campos de Jalisco, por predios de Sayula. donde llovía a cántarosensueños fuí a espigar.
Cantaban unos jóvenes, y sus bellas canciones las muchachas del pueblo salían a escuchar.
Busco una vida simple, y, a espaldas de la Muerte, no triunfar, no fulgir, obscuro trabajar, pensamientos humildes y sencillas acciones, hasta el día en que, al fin, habré de posar. Imaginaciones. Imaginaciones!
Ha mil años, un pueblo formaria con polvo de hombres una ruin alfarería.
Romelia dulce, cantan de nuevo las trémulas tonadas, y en mi frente un incendio de florestas fluye tu cabellera perfumada.
Sayula está de fiesta porque llovió; la luna sublima los magueyes, me dan vino, y. México es tierra de elección. Mi padre dice un joven tiene cinco yuntas de bueyes.
Cruzan la monda noche ráfagas de maizales, y un júbilo de Júbilos nos llena el corazón.
Luces en las cabañas!
Canciones por las montañas!
Un lecho de espadañas que las dora el estio, y tú, Fantasma bruno, que siempre me acompañas. Dadme vino, y llenemos de gritos las montañas!
II. Imaginaciones. Imaginaciones!
IV Esta tierra es muy suave, muy tibia, nada estéril, y la fecundan largos ríos de dolor.
Arando, arando, iban cantando unas canciones, y yo pensé en Romelia y en su imposible amor.
Aquí la luz es tan radial, tan tónica, tan clara, como eres tú, Romelia: como Guadalajara. Qué maravilla! Bosques de cálida astromelia en un silencio azul envuelven los salones.
Vivir aquí, labrando las tierras de Sayula, porque me diesen ellas, a cambio de sudorya extinta mi inquietud, calladas mis cancionesipaz. paz en mis entrañas. silencio en mi redor. Imaginaciones. Imaginaciones!
Bajo el portal caduco vine a buscar sosiego.
Rendidos de cansancio, en la tierra desnuda duermen una mujer, un niño, un labriego.
Se mira arder la noche, cuajada de cocuyos.
III Şin ningún pensamiento, sin dolor exaltado¡nada más la fatiga de un día: nada más!
sobre la tierra dura, desnuda, estoy echado.
E! niño, friolento, comienza a sollozar. Oh pobre india estúpida: tu hijo está llorando: arrúllalo en tus brazos y dale de mamar!
Ala del tiempo.
Ala del tiempo.
El son del viento en la arcada tiene la clave de mí mismo: soy una fuerza exacerbada y soy un clamor da abismo.
Entre los coros estelares oigo algo mio disonar.
Mis acciones y mis cantares tenian ritmo particular. Vine al torrente de la vida en Santa Rosa de Osos, una media noche encendida en astros de signos borrosos.
Tomé posesión de la tierra, mia en el sueño y el lino y el pan. y, moviendo a las normas guerra, fuí Eva y fuí Adán.
Yo ceñia el campo maduro como si fuera una mujer, y me entibiaba un vino obscuro de placer.
ELSON DEL VIENTO ea postremas, viene un grand viento, que todo lo lleva.
El Libro de los Gatos su ojo lánguido, su boca fina, cuando le llevó una doncella y su arrebato de carmin.
cien doncellas murieron por él! de Grecia en el día de oro. Mis manos se alzaron al Ambito do el cañuto le daba Pan, para medir la inmensidad; amaba a Sofocles en el coro pero mi corazón buscaba ex ámbito sonoro que canta el Pean.
la luz, el amor, la verdad. con celo y ardor de paloma Mis pies se hincaban en el suelo en celo, en la Arabia de Ala cual pezuña de Lucifer, seguia el curso de Mahoma y algo en mi tendía el vuelo por la hermosura de Abdala: por la niebla, hacia el rosicler.
Abdala era cosa más bella Pero la Dama misteriosa que lauro y lira y flauta y miel: de los cabellos de fulgor viene y en mi mano posa INDICE y me infunde un fatal amor. lo demás de mi vida, no es sino aquel amor fatal, con una que otra lámpara encendida anto el ara del ideal.
ENTERESE ESCOJA: errar, errar, errar a solas, Gerardo Hauptmann: La prodigiosa Isla la luz de Saturno en mi sien, de las Damas. Historia de un archiroto mástil sobre las olas piélago imaginario. Novelas. 00 Los estoicos: Epicteto. Máximas Marco en vaivén.
Aurelio: Pensamientos Boecio: De la una prez en mi alma colérica consolación por la filosofía. Pasta. 00 Sergio de Markow: Cómo intenté salvar que al torvo sino desafia: ala Zarina. 00 el orgullo de serte, América, Ernesto Morales: Sarmiento de Gamboa.
el Ashaverus de tu poesía.
Un navegante español del siglo XVI 00 Erasmo: El enquiridion o manual del en la flor fugaz del momento caballero cristiano y la paraclesis o querer el aroma perdido, exhortación al estudio de las Letras y en un deleite sin pensamiento Dirinas 15. 00 hallar la clave del olvido.
José Marti: La edad de oro. Pasta. 00 Gracián: Páginas escagidas. Pasta. 00 Después un viento. un viento.
Carlos Vega López: La fonda de Madama (un viento.
Clara 50 Martinez Sierra: Tú eres la paz.
y en ese viento mi alarido! 00 Solicitelos al Admor, del Rep. Am.
Porfirio Barba Jacob Yo gustaba la voz del viento como una piñuela en sazón, y me la comia. con lamento de avidez en el corazón.
Y, aligero esquiſe al dia y a la anoche y al tumbo del mar, bogaba mi fantasía en un rayo de luz solar.
Iha al Oriente, al Oriente, hacia las islas de la luz, a donde alzara un pueblo ardiente sublimes himnos a lo azul. cruzando la Palestina vela el rostro de Benjamín. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica