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REPERTORIO AMERICANO 59 LO ra que dé el más noble fruto. Nunca un pechada apenas por algún zahorí. El lo que fuera ahora a China? Casi lo mispueblo de miserables fructificó en hom alte es la realización del hombre, es to ino que un chino que viniese a Ucciuenvres de alta envergadura. Pero si hay do el hombre. les notiticó Sarmiento a ie.
solu algo más despreciable que la adulación los yanquis. Qué extraño, si hoy misPero es el caso de preguntarse. pur a todas las bajezas de la plebe, que tan mo continúa casi inédita.
que el pariamentarismo ha de convenir to hiede ahora, porque está bajo nues ASI, pues, la interrogante levantada wozosamente a los indos. Por qué los tras narices, es la credulidad babosa en en muculos espiritus sobre si hemos lo poetas nipones han de cantar como las aristocracias falsas, tan plebes como grado expresion propia y en qué grado, Annunzio o Jean Cocteau. Por qué el la plebe, porque están sustentadas por es inquietud esencial, y rebasa ei limi moro ha de cambiar el turbante por el la sangre, la superstición, el dinero o la te de una mera curiosidad estetica, casco?
violencia y no por la única jerarquía ver Desae luego que al hablar de arte en ¡Mala compañía la de la uniformidad, dadera: la del espíritu.
tre nosotros, apenas podemos referir porque es la madre del tedio, el más suPor la democracia a la aristocracia, nos a la literatura. Ahora bien, al abo til ae los diablos! Pese a todo, el munes la única fórmula válida. Que las ma carnos a ella sin presbicia ni miopía, sin ao parece cada vez más disminuido en yorías sean la iinitación de las minorías infiar ni apocar su valor relativo reco belleza y la supercivilizada humanidad y no al revés. Que éstas sean la reden noceremos incuestionablemente que lo en hombres verdaderos. Así alguien ha ción de aquéllas y no que los más ter genuino americano se asoma muy pocas podido hablar sin chanza de la falta minen con el encanijamiento de los me veces a sus páginas. Qué mucho, si por de dignidad de nuestros estorninos civijores. Por un lado, que la masa no pier tatalidad implicada en nuestra condi lizados junto al árabe del desierto.
da el sentido de lo venerable y de la cion de pueblos recién nacidos, lo ame América. tiene que meditar sobre esvida ascendente. Por el otro, que la ricano en sí mismo es cosa aún balbu to, no menos que sobre la tristeza de elite tenga más alerta el sentido de su ciente!
mermar el contacto con la naturaleza responsabilidad que el de sus privilegios. Porque es claro que la América pin viviente que a estar a los últimos atisLa aristocratización de las masas.
toresca cuenta poco o nada, que bos parece organizada según un prin¡Qué problema para pueblos donde sólo importa es la América interior, esa que cipio de belleza. más que de utilidad.
existe el de la aristocratización del ca incuban sus espíritus creadores, esa que Que nos enseñen de nuevo la belleza del ballo de carrera o del ganado exporta está formándose y que quiere asomar y lirio de los campos y la dulzura de mible!
ya asoma, rar la luz del sol; y que una calandria Porque pese a la ideología medioeval Porque he aquí que el poeta, el apóses tan interesante como un grafófono, exhumada ahora, la verdadera democra tol, el politico verdaderos de América, un árbol como un rascacielo, el olor de cia no está reñida con el grande hom más que expresión auténtica de lo que la rosa silvestre com el de la nafta.
bre, antes bien, lo depura y lo lastra somos (aún estamos por ser algo. han Preciso es que el puro verde de algunos con un fundamental sentido de humani de ser una meta para nuestras posibili paisajes, siquiera, se libre de la prostidad.
dades internas, un desafío que debemos tución de los carteles de anuncio. Sabe a qué atenerse la América de esiorzarnos por contestar dignamente que en las almas, como en los campos, Sarmiento, peón de minas; de Páez, un día.
queden rincones de recogimiento silencriadito de un negro; de Lincoln, leñaAcaso no sabemos bien lo que es o secioso y de soledad virgen.
dor; de Darío, mestizo; de Ameghino, rá lo americano, pero sí lo que no es. Para qué decir entre tanto, que los hijo de inmigrante pobre; de Neill, No se solidariza con la cacharrería del tartamudeos más chocantes de nuestra estibador y bostero, con perdón de us tolklorismo, ni con el pujo clasicista o expresión son ecos de la sucursal de tedes.
mitologista, ni con el cosmopolitismo de Europa que dejamos de ser en lo políEntre tanto, huelga decir que casi toferia; no está en los cronicones inge tico, pero no en lo demás. Por qué todos los gustos y gestos de nuestras denuos del Norte ni en las románticas ge mar por idiosincracia literaria lo que es mocracias denuncian a la chusma: fe rundiadas del Sud. Todo eso puede sólo escasez de alfabeto o atropellamienen el hombre panacea; confianza en to quizá servirle apenas de abono. No está to u ocio. Ni cómo ha de reprochárseda enfática simulación de capacidad o tampoco en las selvas, los ríos, las cor les la garrulería y el énfasis a los discíprobidad; indulgencia vegetariana para diileras, las pampas, las bestias, las tem pulos de fray Gerundio, de Quintana, de las transgresiones esenciales y celo dan pstades, los pájaros, mientras los siga Hermosilla y de Zorrilla, o a los imitadotesco ante las paparruchas; concepmos mirando con ojos de turistas, sin res de lo imitable de Hugo?
to bolicheril del éxito y zoológico arriesgarnos a expresarlos, es decir, ex ¿Qué mucho asimismo que se tome del placer; culto religioso de las presarnos con ellos. Porque eso será por nuestro, lo que es poco menos que maquinitas de asombro; oscilación nuestro, sólo cuando coloree nuestra san nuestra negación? Montalvo, clasicón entre el ditirambo y el insulto; fe gre y nuestro espíritu.
que para hablar de Bolívar pide empresrocidad práctica sentimentalismo América tiene que dolernos como un tados su acento a Cervantes y sus arreos cursi; entusiasmo épico por inocenta recuerdo y alegrarnos como una espea Gracián; Palma, colonial tan aprovedas redondas; creencia en que el honor ranza. Dolor y alegría: los dos mensachado, que es autoridad en lenguaje y es una canongía y no un peligroso pues jeros de toda creación. Pero no fabri gracejos de la madre patria; Rodó, proto de avanzada; supuesto de que la ple quemos americanismo. Dejemos que lo fesor montevideano de erudición esmebe no puede estar y está principalmente americano nos venga como una gracia radísima, que con ática ingenuidad toen la alta política, las altas jerarquías y nos salga como un brote.
mó en serio aquello de Atenas del Plaeclesiásticas, el alto comercio, la alta Entonces clareará la América matinal.
ta. Chocano, español vestido de pluenseñanza, la alta aristocracia.
Aunque tampoco hemos de dejarnos majería autóctona, hombre de villa y corte hasta en su bufonesca afición a acorralar por un regionalismo continenUno de los más trajinados errores en talista. Sabremos ascender a lo unilas privanzas áulicas; Blanco Fombona, cualquier tiempo y lugar, es el concepversal o no seremos nada.
bello ejemplar del sudamericano explosivo e inocente que emigra a la península to ornamental de la cultura y sobre to ¿Para qué decir, entre tanto, que esa hacer la España. Groussac, catedo del arte. En ninguna parte, empero, ta América semiindia está sometida, drático de importación, probado de saesa ingenuidad feroz acampó tanto co más que nadie acaso, al rasero de la imberes y sospechado de ingenio, mas, mo en nuestra América, El arte, lo periosa Europa?
como converso, menos atento a sí misadjetivo y lo superfluo. Axioma. Que Porque de veras, amigos, el mundo va el arte es esencial profundidad, la exa convertirse pronto, o ya lo está, en un mo que a placear su autoridad en mapresión total de la vida, era noticia sos libro que repite hasta el bostezo la misma página. La supresión de la distancia, el biógrafo. Identidad, cada USTED consigue el Repertorio Americano, en La Habana, con Cultural, En la AGENCIA exclusiva del Repertorio Americano vez más estrecha, de costumbres, de Libreria CERVANTES: Avenida de Italia (Galiano. en Colombia: Benigno Cuesta (hijo) vestidos, de instituciones, de ideas, de No. 82, y en LA MODERNA POESIA: Pi Mar.
Carrera 12 No. 269. Teléfono 0 Manizales. tipos. Qué nos contará un Marco Po gall (Obispo) 135. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica