REPERTORIO AMERICANO Tomo XXVII SEMANARIO DE cultURA HISPANICA San José, Costa Rica 1933 Sábado 12 de Agosto Año XV. No. 646 Núm. Euclides Chacón SUMARIO El libro póstumo de Rodó Gustavo Gallinal Escuela horar Maoreel.
Francisco Amighetti Bibliografia titular André Gide o el demonio de la inquietud (3) Leon Pacheco El última teorema de Fermat.
Cuid: mu con los colazos desesperados de Carta alusivas.
tan grande animal.
juan del Camino Los hombres como símbolos. Ricardo Jaimes Freyre. Fernando Diez de Medina Poemas del mar.
Riccrdo Jaimes Freyre.
Juan Terán Rincón de los niños.
El constante enjuiciamiento de la verdad.
Vicente Lombardo Toledano El triunfo de la tesis aprista en el conflicto de Leticia Magda Portal Barriga grande Vital Murillo Ramón y Jose Figuer del Valle Arturo Torres Rioseco Conseja.
Longo Pio Baroja El libro póstumo de Rodó De La Nación. Buenos Aires un con la Ordenando los manojos de dente. Brinda su saber; la flor papeles que Rodó dejó. al de su pensamiento; cela y repartir sobre su mesa de iracata su intima personalidad.
bajo, manos piadosas han enClásico, lo llama Zaldumbitregado, al fin, al público, le; resta definir el concepto los Ultimos Motivos de Proi de clasicismo. Con esclareciteo. Tarde leo este libro, en da conciencia de sus virtudes el que se alargan los ecos y defectos, tiende hacia un de una voz que dió consejos a ideal de perfección indeficienmi mocedad y materia de rete. Quién podría desconocer flexión a muchas horas de mi las enseñanzas que encierra, madurez, Tarde, pero en insparticularmente en estas tietante propicio, reanudo rras de improvisadores, de gádiálogo trunco con el maestro rrulas exuberancias, de hoy el amigo. Cómo ocultar josa y frívola retórica? Desque se ha mezclado a mi depués de un período de desseo de leerlo un temor? Recetrucción violenta de todas las lo de ver cenizas esparcidas formas, de abominación de lo en sus páginas: que no hay que tiene contornos nítidos y llama que el tiempo no mate.
una claridad interior de razón Fácil adivinar el pensay de lógica, se regresa inevimiento arquitectural de estos tablemente, y acaso materiales, variaciones sobre José Enrique Rodó carga de fecundas adquisiciotemas ya desenvueltos en los nes, a la escuela de los nodeprimeros Motivos, páginas que los eternos que él realza. Esse emparejan con las mejor o lado quedaría quien esperase cruentas luchas humanas. Los te reconocimiento cordial de gradas de aquel libro y otras ahora sorprender al escritor giros de castiza rotundidad le su valor y de lo que ha de sigque el fino instinto de selec en momentos de laxitud o de son connaturales. Su procedi nificar su presencia en nuestra ción del escritor hubiera re abandono, asistir a la viva, es miento es evidente, toma una literatura americana, no me husado a la prensa; diserta pontánea, desordenada gormi idea y la exprime y razona vedará añadir que después de ciones sobre la vocación, so nación de su pensamiento. To con lento discurso; la revuel recorrer esa suntuosa fábrica bre el dolor. sobre el amor; dos los fragmentos están ma ve entre los dedos como a una de su libro concluye por redefinición del crítico perfecto; durados a fuego lento. Faltan piedra preciosa, puliendo sus cordar el palacio fabuloso de ejemplos, apólogos, fábulas co aquí y allí el toque último, la facetas con paciente virtuosis Midas, todo de oro: una exmo la del rapto de Europa cu cinceladura final: nada más. mo. El pensamiento, en la apa traña frialdad emana de los yo simbolismo intenta ains Ahorro palabras que acusen riencia suelto y errabundo, artesonados, las columnatas, tar a las enseñanzas del dis y pongan de resalte la calidad vuelve como un ritornelo al los capiteles, los muebles de curso. pesar de sus lagunas, egregia del libro, cien codos punto de partida. Obra que primorosa talla.
es un libro en la entereza del más alto que el gris periodis nace, está totalmente determi No podrá nunca ser popuvocablo. Tiene una proporción, mo que consume nuestras me nada, prevista.
lar. Mentor de intelectuales, cada trozo se inserta en un jores energias. Su lectura evo Es un libro de un solo pla sus lectores surgirán del seno conjunto que ha podido ser ca ideas e imágenes nutridas no. Nada incitante, fermenta de restrictas y sucesivas mireconstruído sin conieturas ni con los jugos de una cultura tivo. Sus límites son tan no norías. Concibe la sociedad vacilaciones. Poco quedaba por selecta, curiosa de muchas co torios como sus excelencias. como un orden jerarquizado: hacer, en verdad, borrar zauí sas y ávida de ninguna hasta Ni un movimiento de pasión, en la cúspide de esa jerarquía, palabra o substituirla, el agotamiento; valoro la ri áspera y fuerte, de auténtica como clave de bóveda una precisar allá un concepto; pu quera de su ejemplario ateso y filosa originalidad; su gra élite intelectual. No ignora lir acullá una frase: poca co rado con libresca codicia. vedad constante, y a la larga al pueblo, pero no aspira tamsa. No osaría llamarin, sin Pondera de nuevo Rodó la la monótona, su pausado domi poco a llegar directamente a embargo, un libro enteramen bor del estilo como una lidia nio del tema y del estilo, ex él. Demócrata, no oculta la te nuevo. Algunas veces al encarnizada, casi frenética, con cluyen la ironía, la sonrisa, el repulsión que le inspiran las leer en él nuevas variaciones la palabra: disgusta oirle em claroscuro, la anécdota, todo deformaciones y vicios de mude antiguos temas, tenemos la plear a propósito de tal esfuer lo que detrás de escritor nos chas formas actuales de la depenosa sensación de apretar 20 la expresión heroísmo, que dejarían adivinar al hombre. mocracia, ni su nostálgica as.
una fruta ya exprimida. Bur debe ser reservada para más Este consejero no es un confi piración hacia formas más puuna Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica