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360 REPERTORIO AMERICANO Sobre la tradición, los tradicionistas y las cosas de don Ricardo Palma. no Benin De La Nación. Buenos Aires (Véase el No. 18 del tomo en curso)
Refiere Ricardo Palma, en unos veruna dificultad que no la resuelven las sos jugosos de gracia clásica, la preguntécnicas retóricas. Porque ese algo. y ta que sobre el arte de hacer versos y aun algos de mentira es el relleno poesía, que se le antojaba arte del desubstancioso de gracia y de imaginampnio, hiciera ción, de donaire e ingenio que no lo suministran las preceptivas; esa dosis sé si a Calderón o a Garcilazo grande o pequeña de verdad, requiere un mozo más sin jugo que el bagazo una hábil ponderación de su interés y relación con la vida y el alma de un y el interrogado poeta absolvió al prepueblo; y ese esmero y cumplimiento en guntón la consulta mediante una fórmuel lenguaje, es ya de por sí toda una la que no puede ser más sencilla: forarquitectura de arte, de cultura y de virmar renglones de igual medida, ponientuosidad personal que no se conquista do consonantes en las puntas.
sino a base de especialísimas condiciones intrínsecas y de un conocimiento. en el medio. En el medio.
hondo del lenguaje castizo y del vocaAllí está el cuento: bulario regional y popular para concahay que poner talento tenarlo y sentirlo en toda su fuerza emotiva y reconstructiva de los momentos y No menos sencilla es la receta que los circunstancias. Casi podría decirse que curiosos y admiradores de Ricardo Pal. con la receta de Ricardo Palma, con ma le pedían sobre la técnica de sus variantes adjetivas de adecuación, se enjundiosas tradiciones, receta que él proporciona la pauta para escribir el resumia en la siguiente forma: Algo, y Quijote. el Criticón o el Facundo.
Ricardo Palma aun algos, de mentira, y tal o cual doNo habría que añadir para el cumplido sis de verdad, por infinitesimal u ho.
éxito, sino el llamarse, respectivamente, meopática que sea, muchísimo esmero y Cervantes, Gracián y Sarmiento.
cumplimiento en el lenguaje, y catà la ine parecían fáciles y cómodas maneras.
receta para escribir tradiciones. Como de flotación literaria. Sin dejar de adLa tradición. científicamente considese ve, en orden a la técnica, hacer poe mirar la labor de mi padre y sentir toda rada, no es una invención de Ricardo sía o tradiciones es facilísimo, la sim la gravitación de su volumen mental, me Palma, ni éste ha pretendido jamás deplicidad de ambas recetas por allí se va, imaginaba que mayor y más alto vuelo cir que antes que él no se hubieran csy, seguramente, cualquiera que emprenhabría tenido su talento dedicado a otro crito tradiciones. Estas son antiguas da la confección de esta manufactura orden de especulaciones más concordancomo la sociedad y la cultura humanas.
literaria logrará un regular éxito de. te con la evolución del arte y del penDonde hubo un episodio y un narrador laboratorio. Yo recuerdo que en los al samiento filosófico. Llegué a la osadía de él, de palabra o por escrito, hubo bores de mi ya remota juventud, cuando de suponer que más difícil era hacer un un tradicionista. En más de una ocasión terminaba mis estudios de Humanidades, cuento de fantasía y estructura moderhe leído que se tenía com progenitoras cursé elementales estudios de Química, nista que una tradición. me propuse de la tradición de Palma las novelas o y al tratarse de la fabricación del éter con leal espíritu de experimentación esnarraciones históricas noveladas, de Walsulfúrico se indicaba el procedimiento cribir una. Escogi con cuidado un tema ter. Scott, juicio que yo juzgo ligero e que no podía ser más fácil. Se calienta histórico, un pasaje de la conquista no inexacto, porque en realidad se invierte en un matraz alcohol puro y se hacen explotado, que no recuerdo, y emprendí o confunde el sentido lógico de las copasar sus vapores a través de un reci el laborioso y hasta documentado manisas: la tradición inglesa, oral o escrita, piente que contiene ácido sulfúrico (o puleo tradicional; y. como en la expees la que sirvió de tema o carnación paviceversa. el gas obtenido así se con riencia del éter, se me reventó el mara las novelas narrativas de Sir Walter densa en un serpentin sumergido en traz. Fué entonces que me di perfecta Scott, y en ellas el insigne escocés puso.
agua fría, y por la otra extremidad sa cuenta de la difícil facilidad de las Trael colorido, el sentido artístico, la culle el éter, que no es alcohol ni es áci diciones peruanas y de la enorme pertura y el buen gusto. De la misma mado. Una vez quise hacer la experiencia, sonalidad de mi progenitor. En esos nera podrían encontrarse raíces de la y. casi incendio mi casa, pues se me re tiempos cultivaba relación epistolar fretradición de Palma en Turpin, en Saint ventó el matraz del alcohol. Desde en cuente con los más distinguidos escritoSimon, en Plutarco y hasta en Timotonces se me asocian en la imaginación res americanos, jóvenes entonces, y de neda. También se ha querido ver orilas tradiciones y la preparación del éter. allí databa mi amistad con Rodó, Lugogenes inmediatos de la tradición de Pal. poco, y como sucedió después en mi nes, Rubén Darío, Urbina, Dominici y en las narraciones y leyendas de hermana Angélica, la herencia de sangre muchos más. Recuerdo que Gómez CaWashington Irving.
y el diario contacto con mi padre deterrrillo resentido con mi padre porque a minó en mi espíritu la vocación litera éste no le fué posible servirle en una ria; pero yo me entusiasmé con las pretensión de consulado en Europa, se Era Ricardo Palma un gran convercorrientes modernistas. con el arte desahogó en una de sus crónicas refe sador, ocurrente, con originales matiza fin de siécle y por allí se fueron enis rente a letras peruanas, en la que me ciones de lenguaje, y con una persona. vagares y ensayos. Confieso que el pa llamaba Palma el bueno. Perdí toda lísima visión de las cosas, los hombres sado no me atraía, que mi imaginación la estimación que le tenía; no le escribí y los sucesos, sin duda por las reaccioardiente desbocada trotaba por todo lo más, y durante varios años que viví en nes de su imaginación siempre bullente.
que era novedad, extravagancia, anor España y en Francia esquivé toda opor Su fisonomía y sobre todo los ojos, submalidad y alocado y libérrimo fantaseo; tunidad de encontrarme con Gómez Ca rayaban las palabras. Sonriente, afable me apestaban los clásicos, y la verba ar rrillo.
y siempre con disposición a la broma, caica o modelada con las líneas correc Evidentemente, la receta de Palma es tenía, sin embargo, entre los jóvenes, fa. tas del academicismo y del buen decir de una simplicidad encantadora, pero de (Sigue en la página 363)
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