EDITOR: REPERTORIO AMERICANO García Monge Representanto on Hispanoamérica. Alfredo Pineyro Téllez EXTERIOR. El semestre, 50 El ano, 000. am.
Giro bancario sobre Nueva York, SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Desde que Garrison fundó su Liberator no hubo paz en la Unión: cómo crecen las ideas en la tierra! José Marni.
Correos: Letra Versos nuevos de: Claudia Lars Colaboración ROMANCE DE LA QUE MURIO SOLITA LAUDE SAN FRANCISCO DE ASIS Para Salarrué Para Leon Pacheco Fulgor extraño en los ojos, tímida y dulce la voz, pitahaya e! labio en fiebre, y de paja la color.
No era bella, mas tenía su rostro tal expresión, que la gente se paraba para mirarla mejor.
Canto amortiguado en seda era su voz, Dame, en el ámbar del dia, Sol, tus prismas y fulgores.
Dame tus rayos mejores, para vestir mi alegria.
Su más zara melodia la brisa diga a las flores, y fragancias y colores llenen la copa del dia. Cuentan que un día, en la calle, pájaro enfermo, cayó.
Espiga que quiebra el viento, florcita que agosta el Sol, La recogió el que pasaba, la recogió con primor, y en el Sanatorio fue el número 82.
La muerte mostraba el rostro, mas no la hoz.
Laude y gloria para el Santo, el dulce juglar de Dios, el que con sencilla voz solto en el viento, su canto, Canto que decía tanto, pues, de lo divino en pos, hablaba lengua de Dios la mistica, voz del Santo.
Dadme, abejas, la más rica miel de la rubia colmena.
Insecto, dame tu antena tan primorosa y tan chica.
Arrulle la tortolica, la tortolica morena, y por cándida y por buena sea nuestra ofrenda rica, Claudia Lars Dibujo de Amighelli.
Hacia ya casi un año. madejita en un rincón, en total renunciamiento, Ingrima con su dolor; sin pedirle nada al mundo; ni rogarle más a Dios, corderito sin balido, ovillo de compasión, que vivía, calladita, en su rincón.
ADIVINO EN EL TIEMPO Dame, álondra. mañanera, tu gorjeo cristalino. Repita tu nuevo trino céfiro de la pradera.¡Quién aprenderlo pudiera y soltarlo en verso fino. Un fino verso latino para Francisco quisiera!
Para Tula van Severen Adivino en el tiempo y sorprendida voy, leyendo las líneas, de mi mano, y tengo ante los ojos el Arcano como negra visión. aborrecida. Nunca tendría un amigo. No habrá conocido amor. Añoranzas de ternura o cenizas de pasión?
Jamás recibía cartas, ni nadie la visitó, sólo la luna, de noche, y de mañanita el Sol.
Tal vez amo y el amado le fué traidor.
Mi carne, por el miedo sacudida, ha sentido miseria, de gusano. dentro del espíritu el desgano de seguir adelante con la vida.
Lobo, bajo su mirada vas perdiendo la malicia, mientras tu lomo acaricia.
la tosca mano confiada.
Bestia arisca y solapada, en dulce emoción novicia: un tierno instinto se inicia bajo su mano confiada, ¡Dolor que me persigue entre lo sombra, amor que ni se piensa ni se nombra, con clavo ardiente me han crucificado!
Anoche, sin hacer ruido, despacito se murió, doblando sobre la almohada cabecita de gorrión.
Corrían las enfermeras, iba y venía el doctor, y a media voz, compañeras rezaban una oración.
El temporal de estos días se la llevó. Regusto de cenizas en la boca, angustia loca, loca que provoca este grito ante el cielo desolado!
Luna y estrellas del cielo, nieve de la alta montaña, fiera del bosque, alimaña, águila de altivo vuelo.
Sabandija que en el suelo cobarde corres y hurana, bajo el sol que a todos baña, hermanos de tierra y cielo: SURSUM CORDA Corazón extraviado que pusiste tu empeño y tu ilusión en vana cosa, y tres la llama de quimeras fuiste como una atolondrada mariposa.
La tendieron en camilla.
Iban por el corredor.
La velaron en la Morgue, en el centro del salón, y a las diez de la mañana la llevó el enterrador.
celebremos en un coro, su bondad linda y sencilla, su pureza sin mancilla, su caridad, su decoro; de su paciencia el tesoro, su candor que maravilla, y sus himnos de ayecilla que hubiera el buche canoro.
La vida fué traidora y engañosa.
Te devolvió en dolor amor que diste.
Hubo un insecto para cada rosa. quedaste abatido, huraño y triste. Sigue la vida adelante y ya todo se olvido. Los que mueren sin amores, mueren mejor!
Levanta con alor las alas rotas.
Brille como un estrella, en las remotas lejanías azules, tu ilusión.
Para Francisco de Asís, tengamos día de fiesta.
Canten campanas y orquesta, laude al corazón de lis.
Humildad de flor de anis luce su frente modesta. En la gloria de su fiesta laude a Francisco de Asis. Ya descansas, cabecita do gorrión!
Ansia divina mueve tu latido. Si equivocas la ruta y el sentido de tu impulso, te pierdes corazón!
Tierra Blanca (Costa Rica. noviembre del 33.
Imprenta LA TRIBUNA Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica