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178 REPERTORIO AMERICANO en dujeron en mí verdadero es. tono admirablemente sombrío. días: me refiero a su preciosí cia. Si no poseyera otros métupor y esas vagas inquietudes En su manera de pensar hay sima independencia, que le ais ritos, bastaría a poner su nomdel espíritu que se resuelven mucho de su modo de escri. la de los manejos de todos los bra en primera línea la gran luego en punzantes estímulos bir: el mismo horror al con partidos, incluso el suyo. rcforma que ha hecho, introo en el cosquilleo de la voca vencionalismo, la misma sin Dicho esto, quiero añadir duciendo el lenguaje popular ción. Es que las obras más ceridad. Otra circunstancia que Pereda es, como escritor, en el lenguaje literario, funperfectas son las que más inci hace excepcional su proselitis el hombre más revolucionario diéndolos con arte y conciliantan, por su aparente facilidad, mo, y la exime de las censu que hay entre nosotros, el más do formas que nuestros retoa la imitación. Luego viene, ras a que vive expuesta toda anti tradicionalista, el eman ricos más eminentes considecomo diploma más alto de su opinión radical en nuestros cipador literario por excelen raben incompatibles. Empresa mcrito, la inutilidad del eses ésta que ninguno acometió fuerzo de los que quieren iguacon tantos bríos como él, y en larlas, y tratándose de aquérealizarla todos se quedan taEl centenario del ingenioso.
Ila y otras obras de Pereda, mañitos a su lado. Una de las hay que darles a boca llena y (Viene de la página anterior)
mayores dificultades con que sin género alguno de salvetropieza la novela en España.
dad, el dictado de desesperan Ese libro existe desde 1919, y es de don José Montero, de quien consiste en lo poco hecho y tes. Son de privilegio exclusihemos leido todos El solitario de Proaño y otras obras. La consatrabajado que está el lenguaje vo, y. ay del infeliz que grada a Pereda se editó en la imprenta del Instituto de Sordomuliterario para reproducir los dos y de Ciegos, de Madrid.
ponga la mano en ellas! No le matices de la conversación coquedarán ganas de volverlo a Recordemos hoy el discurso de don Marcelino Menéndez y Perriente. Oradores y poetas lo hacer, layo ante el monumento a Pereda, de Santander, el 12 de enero de 1911: sostienen en sus antiguos molComo iba diciendo, la lec Alcanzó Pereda la sublimidad en los dos o tres momentos de su des académicos, defendiéndotura de estas maravillas, des vida y de su arte, lo cual basta para que adelantándonos al fallo lo de los esfuerzos que hace pués de la admiración que en do los venideros, reconozcamos en él la Vama del genio, cuya apa la conversación para apoderarmí produio, infundióme un rición es tan rara y fugitiva en las edades cultas. y decadentes. se de él; el terco régimen deseo ardiente de conocer el, Del genio tuvo muchos atributos: la vocación nativa e irresistible, aduanero de los cultos le pripaís. fondo o escenario de tan la fuerza y la desigualdad, una mezcla de candidez y de adivinación va de flexibilidad. Por otra hermosas pinturas. Suponía en pasmosa. Cuando se siente inspirado acierta como nadie, pero en los parte, la prensa, con raras exél la misma originalidad, 19 intervalos de la inspiración desdeña todo artificio para desimular el cepciones, no se esmera propia frescura, gracia y acencansancio. Otros contemporáneos suyos pudieron aventajarle en dar al lenguaje corriente la to de las Escenas, figurábaestudio y reflexión; en condiciones propiamente geniales no le igualó acentuación literaria, y de esme que así como éstas no tienadie. Cuando se apoderaba de él lo que llamaba fiebre estética. tas rancias antipatías entre la era infalible el resultado, pero salía de aquella crisis maltrecho y nen rival, aquél no debía de tener semejante en el ramo de rendido, como la antigua sacerdotisa de Delfos oprimida y acongojada retórica y la conversación, enpor el estro divinc que ardia en su entrañas. No fué un artista fre la academia y el periódico. países. Esto me llevó a Sanerudito ni siquiera curioso, sino un vidente de la realidad, explora resultan infranqueables difetander; el simple reclamo de dor de un mundo poético nuevo, intérprete apasionado de ciertos asrencias entre la manera de esun prosista fué primer motivo pectos de la vida. Todo lo encontró en su propio fondo hasta los fundamento de esta especie cribir y la manera de hablar, procedimientos de lengua y estilo. Fue clásico sin intención delibes, diferencias que son desespede ciudadanía moral que he rada de serlo y sin proponerse ningún modelo. No faltan en su ración y escollo del novelista.
adquirido en la capital monta obra indudables reminiscencias, que la critica no ha advertido: de En vencer estas dificultades ñesa.
tal modo están como borradas por el sello personal del conjunto. nadie ha adelantado tanto coEn la puerta de una fonala So asimilaba rápidamente lo poco que leía sin repasarlo después mo Pereda: ha obtenido maví por primera vez al que de ni preocuparse de ello. Pierden el tiempo los que quieren empa. ravillosas ventajas, y nos ha tal modo cautivaba mi espírirentarle con escuelas y autores que apenas conoció más que de.
ofrecido modelos que le hacen tu en el orden de gustos litenombre. En rigor no tuvo maestros ni ha dejado verdaderos disverdadero maestro en emprecípulos. Lo que inabía de característico en su estructura mental era rarios, y desde entonces nuesincomunicable, y el mismo no hubiero podido definirlo.
sa tan áspera. Cualquiera hatra amistad ha ido endure. Lo que parec, limitación es la raíz de su energia: pocas ideas, ce hablar al vulgo; pero. cuán ciéndose con los años acrico pero claras y dominadoras, sentimientos primordiales, técnica ele. difícil es esto sin incurrir en lándose. cosa extraña. con las mental, grandes cfectos logrados con medios sencillísimos. Sus li pedestres bajezas! Hay escridisputas. Antes de conocerle.
bros, tan locales, que para los montañeses mismos necesitan glosa tores que al reproducir una había oído decir que Pereda rio, tan español como lo más español que se haya escrito después conversación de duques, resulera ardiente partidario del ab de Cervantes y Quevedo, son profundamente humanos por la intensa tan ordinarios: Pereda, hasolutismo, y no lo queríe creer. vida que en ellos late y la tranquila majestad con que se desenvuel ciendo hablar a marineros y Por más que me aseguraban ve. Si hay una parte débil y borrosa de ciertas novelas, donde el campesinos, es siempre castihaberle visto en Madrid, na fin moral no llegó a vencer las asperezas de la forma, hay otras zo, noble y elegante, y tiene da menos que figurando copor las cuales pertenece su autor con pleno derecho a la estirne atractivos, finuras y matices mo diputado en la minoría carde los creadores de almag. Sotileza y Muergo, el padre Apolinar, los de estilo que a nada son comlista, semejante idea se mc marineros de La leva y de El fin de una raza. don Gonzalo y parables. Por esto, por sus fehacía absurda. imposible; no Patricio Rigüelta, el hidalgo Don Lope sobre su potro de piedra, licísimos atrevimientos cn la me cabía en la cabeza, como el espolique Macabeo, el Lebrato y el Josco, el supersticioso avaro de La Puchera y el visionario descubridor del tesoro, no son leves pittura de lo natural, es precisuele decirse. Tratándole dessombras que desaparecen con alado pie por las puertas del sueño, so cieclararle porta estandarte pués, me cercioré de la funessino figuras de tal pujanza y relieve, tan sólidamente construídas del realismo literario en Esta verdad. El mismo, echancomo si las hubiese tocado el pincel de Velázquez. Dentro del napaiia. Hizo prodigios cuando do pestes contra lo que me era turalismo español, los lienzos de Pereda tienen un valor solamente aún no habían dado señales de simpático, lo confirmó plena comparable con el de la antigua novela picaresca. En el cuadro existencia otras mancras de mente. Pero su firmeza, su te de costumbres, en la sátira política, en el idilio rústico, en la tragerealismo, exóticas, que ni son són puro y desinteresado y la dia del mar ávido de humanas vidas, en todos los géneros donde exclusivo don de un célebre esnoble sinceridad con que de. estampó su huella, fué el más radical innovador de la literatura critor propagandista, ni ofreclaraba y defendía sus ideas, do su tiempo. fué también incontestable maestro de la lengua, cen, bien miradas, novedad tan distante del arcaismo como del neologismo, bebida en la fuente me causaban tal asombro y de entre nosotros, no sólo por el tal modo informaron y compopular más que en los libros, admirable en la descripción y en el diálogo, rico de sabrosos elementos dialectales: lengua de mil in ejemplo de Pereda, sino por pletaron a mis ojos el carác flexiones diversas, unas veces acre y salina como las emanaciones las inmensas riquezas de este ter de Pereda, que hoy me de la resaca, otras alborozada y jubilosa como los prados después género que nos ofrece la litecostaría trabajo imaginarle de de la lluvia.
ratura picaresca.
otro modo, y aun creo que se No fué Pereda, literato profesional, sino un hidalgo que escri Frente al natural, Pereda desfiguraría su personalidad bía libros donde se refleja su espíritu creyente y castizo, donde se tiene una energía de asimilavigorosa si perdiera la acenaprende a vivir bien y a morir mejor. Providenciales aparecen tación que asusta. Los contortuada consecuencia y aquel (Pasa a la página siguiente) nos y tintas que ve, las parti Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica