Imperialism

REPERTORIO AMERICANO 11 Prólogo de un libro chileno Ormon Viaje a las islas Mi querido Domingo Melfi. Sin Brújula, panorama político social de Domingo Melfi) casas vecinas, invade todo el Ha escrito usted en un cua Envio del autor barrio y exige de los moradodro de amplia composición, de res que hasta ayer pleiteaban colorido abundante y tumulpor cualquier chisme o cualtuosa movilidad, esta hora de quier servidumbre vecinal, esagonía de la vida burguesa en ta solidaridad del peligro, esta Sur América, en la tierra moncomprensión y apoyo humano tañosa de Chile. Recuerdo en que las fuerzas pasivas de la la exuberancia del cuadro, en Historia. clases privilegiadas,. el rojo veneciano de que uspolíticos anacrónicos, generated suele marcar sus escrituciones desplazadas no vienen ras, algunos de los maestros a comprender sino en el insde Italia que arden todavía en tante irremediable de la catástrofe. entonces el historiasu sargre, y, celebro que usted incorpore a nuestra cultura su dor las mira marchar como cievcrba cálida y su lógica apasiogas, tropezando en sus contranada. Generosamente ofrece dicciores, sin una idea o un deusted las palabras y despliega signio seguro que les ilumine los aspectos de esta sorda conla ruta. Si le hubiéramos hevivencia criolla, y contra todo cho caso a Mirabeau, pensalo que es mezquino y estrecho rían los aristócratas que lograen nuestro paisaje espiritual, ron ponerse al otro lado de la erige su encendido patético.
frontera francesa, después de Ve usted caer los hombres, las 1791. Pero nunca se le hace Eniſo del autor instituciones que ayer pareciecaso a Mirabeau. Este es el ron respetables y que la terri Hizo mi abuelo en un velero El Capitán en su sextante espectáculo dramático y maratodo ei periplo de Colón.
iba apresando los grados, villoso ble tromba del tiempo arrolla de la Historia. Las en su fatalidad. La moral del Cruzó por el mar de Sargaso hasta tijar la Cruz del Sur fuerzas sociales puestas ya en y por el Africa Mayor.
en los cielos achubascados.
individuo privado no es la mismovimiento nunca retroceden; ma del personaje público, y por Era el alba del Ochocientos ¿A dónde arrastran las madrépueden encontrar como un río ahí, tristemente, como un nomantes Gel buque de vapor, foras de montaña la curva de mubre que hubiera sido ajeno a pájaro olfateando vientos sus arrecifes verdecidos, chos meandros, diversificarse, es el velero Vencedor.
corales rojos como sexos su tiempo, a su erizado destide los tesoros sumergidos?
hasta perderse bajo la tierra no histórico, deja usted un Vencedor: ahora sonreiríamos durante largos kilómetros, para ¿Si nos espera algún piratamagnífico retrato del Presi de sus trescientas toneladas, en la isla de la Tortuga?
despertar otra vez con nuevo dente Montero, trazado de may de la línea de su trinquete o el amor de alguna mulata vigor como después de un y del árbol de su mesana.
no macstra y que seguramencomo en las canciones de Cuba. sueños, en el goce colmado y te servirá a los historiadores Son simples robles extremeños De aquellos tiempos tan lejanos anchuroso de la desembocade mañana como uno de 193 o chopos del Guadalquivir, queda la inagen centelleante dura.
mejores documentos coetáneos. pero is brea y el calafate de alguna alfombra cairina, Así una perspectiva ameriY al rojo blanco de su prosa los endurece como el tek.
una copa de cornalina cana para estos problemas de condena en la purificación fiy el marfil de algún elefante, Pasada ya la gran Canaria política y de cultura que se asnal estas sociedades que muefue soledad del mar, que los esclavos africanos fixian en nuestras rutinarias ren sin haber hecho Historia; y las nubes negras de octubre en ia bodega de la trata, y angostas Chancillerías, es ya grupos humanos que no pudiesobre la calma Ecuatorial. decoraron de sangre humana la única perspectiva posible, ron salir de su vasallaje de copara dar la nota escarlata.
El calor, las galletas secas, porque es también la perspeclonias económicas y espiritua y hasta el agua para tomar. Oh la sorpresa de aquel viaje tiva revolucionaria.
les del mundo imperialista, dijo el Capitán de Cádiz al empezar el Ochocientos, burguesías que se disgregan(Hay naturalmente tímidos que era preciso racionar.
cuando un marino en su tatuaje graba la Rosa de los Vientos! y encogidos grupos burgueses no po: el soplo grandioso de la De ese marino gaditano Revolución sino por su proque niegan la posibilidad de describiera las barbas negras, El vino rojo en los toneles y el amarillo de los naipes, esa Revolución. Ellos tienen pia falta de contenido, por sus y el anillo de lapizlázuli trajeron dagas y puñales, recetas mágicas, recursos sucontradicciones y su individua que le servía de talisman, esos peludos tripulantes.
premos como el del enfermo lismo disociador.
La livica agonia de un hombre Pero cabo del sexto mes desesperado que ante el desen. Ha creído usted que el hecho en la cámara de estribor, es el vómito de los trópicos avistaron la grande Antilla. de haberme detenido yo con gaño de la medicina científica, era una tierra femenina se fué a ver al y los fantasmas del calor.
curandero.
mi pequeña linterna de escricomo la edénica costilla.
Siempre que una clase social tor sobre la realidad de otras acaso la viruela negra Desde el puente de El Vencedor va a morir surge en ella la tierras americanas, podría prode aquel esclavo congolés; tod la América desnuda.
era un terror escalofriante Utopía. De las doctrinas, de porcionarme algunos elemen¡Oh la América del calor!
de la cabeza hasta los pies.
los fermentos que agitan el tos de comparación para juzde Cartagena a la Bermuda.
tiempo, toman aquello que les En el delirio de su fiebre gar el material chileno que usAntillas, islas femeninas mira paisajes andaluces, pareció menos peligroso, preted ofrece. He aceptado el conque a los cansados emigrantes los naranjales sevillanos sentan con un nombre nuevo vite de usted no tanto porque Ofrecían sus palmeras finas los granadinos arcaduces.
como abanicos odorantes.
una vieja mixtura y creen de crea merecerlo, sino porque Agua y naranjas doradas esta manera salvarsc. La ReAhora evocaba las rutas considero que nunca como en para aquellos labios febriles.
esta hora de disolución, nuesde aquel abuelo pendenciero, volución termina por arrollar Por su sueño cruzan las hadas las navajas de sus disputas esos diques de papel que letros problemas para entencon plateados aguamaniles.
y sus viajes en los veleros.
vanta el Arbitrismo. Porque al derlos. necesitan la verifiSon visiones de agonizante Sueño en sus barbas españolas hombre, a esta pequeña y frácación de un mayor espacio.
que enciende la fiebre amarilla, que engendraban sólo al mirar, gil cosa que es el hombre, no Nuestro incendio para emdejó su tierra el emigrante, unas barbas estupradoras le quedan sino dos actitudes plear una imagen vulgar sal no llegará a la Gran Antilla. de guerrillero o Capitán.
ante el movimiento histórico: ta ya por las murallas de las (Pasa a la página 4)
o ponerse a tono con él, ali Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica