Enrique Espinoza

REPERTORIO AMERICANO Tomo XXVII SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1933 Sábado 22 de Julio Año XV. No. 644 Núm. El Cacique Zarco Introducción del libro El juego existencial El caballo y el hombre El cuchillo.
América inicial Un lector argentino de Sainte Beuve SUMÁRIO Leopoldo Lugones Sigamos con el grito de Unamuno. Guerra al pedagogo. Juan del Camino Carlos Astrada Libros y Autores: Guillermo Enrique Hudson Ezequiel Martinez Estrada Trinchera, de Enrique Espinoza Ernesto Montenegro Luis Franco Carta Waldo Frank Rafael Alberto Arrieta Fragmento del libro El espantapájaros. Oliverio Girondo NUMERO DE LA REPUBLICA ARGENTINA (Iniciativa y dirección de Enrique Espinoza) ROMANCE DEL RIO SECO En la plaza de la villa Donde hay, mañana, elecciones, Acampan treinta fuerteros Que llegaron de Abiponcs.
Que desde los cinco justos, Empieza la trapisonda Con que, por mitad del sueldo, Sacan la suma redonda.
ET Cacique Zarco Envio del autor Deci cinco, dieciséis, Diecisiete, dieciocho, Diecinueve, deci veinte. ya está horneado el biscocho.
Lesde ese fortín remoto, Previendo alguna sorpresa, Los ha mandado el gobierno Como guardia de la mesa.
wird Pues la oposición no afloja, si la ley se conculca, La función de los comicios Ha de acabar en trifulca.
Mas, eso no los contrista Ni el buen humor les rebaja, Micntras les queden tabaco, Yerba, guitarra y baraja.
Así, las pobres mujeres, Esos días de sufragio.
Como en las tormentas bravas Pasan rezando el trisagio.
Entre boleada y malón, Va usted desechando penas. así, para no entumirse, Sobra en qué estirar las venas. Habráse prendido velas Entonces a Santa Rita!
For esto la libertad Buena guardia necesita.
El encanto del peligro, Apega al suelo más pobre.
Para aquerenciar a un pago, No hay como el agua salobre.
II Bozal y freno a la mano, Fusiles en pabellón, Mateando están los fuerteros Al rededor del fogán.
Anda entre esos veteranos Un rengo que hizo muleta Con un palo de chañar, Calzando el brazo en la horqueta.
Son hombres de buena planta, Aunque muy pobre vestuario, Pues sabido es que para ellos Siempre escasea el erario.
Relevado por tal causa, Mas, contento con su suerte, Determinó de quedarse Como ranchero del fuerte.
Ni el quepi los más conservan; entre los andrajos rudos, Garabatea el reflejo Sobre los pechos velludos.
Cuatro asados ha tendido: Tres de vaca, uno de potro, Que será el de preferencia Para el mismo y algún otro.
En el lío de los bastos Que sirven de asiento y cama, No hay más que la jerga vieja algún cuerito de gama.
Leopoldo Lugones Por Amighelli.
Buenos Aires, 1932.
Dicen que cuando muchacho En los toldog fué cautivo.
La costumbre de esa carne Tendría en ello el motivo.
Con esas calchas y aperos, Dan grima a cuantos los ven.
Si no fuera por las barbas, Parecen indios también.
Todo el guasquerío es pampa, Según allá se acostumbra.
Las bayonetas cruzadas Son lo único que relumbra.
Como es y que van de apuro, No cabe queja ni aparte; con sus fajos de a peso Le corren a uno el descarte. Si es gorda, y estando oreada, Yo también con ella me hago. Mas, tiene un gusto a sandía Que pronto causa empalago. Que en la vida del desierto, Ningún cristiano se libra De hacerse medio salvaje Por tenaz que sea su fibra.
Siempre andan mal los haberes, hay pagadores ladinos Que aparentando justeza Les embrollan los cominos.
Pues a cada hombre le exijen Que vaya contando el mismo. Deci uno, deci dos en eso está el embolismo.
El hombre pinta ya en canas es persona de respeto Por lo firme, lo caliado, Lo valiente y lo discteto; Con que, hasta la caballada Que de servicio traen pronta, Es de pelo pangaré Como la que el indio monta. 1) Seguirán otros, mensuales si es posible, siempre balo la dirección de Samuel Glusberg (Enrique Espinoza. que tan habil se ha mostrado en esta clase de nobles empresas. Tal vez halle seguidores que en México, Cuba, Colombia, Chile, etc. etc. quieran hacer lo mismo. Nos daria gusto eso. Queremos servir. Pensamos en los demás.
Recortes, páginas inéditas, retratos, dibujos, ilustraciones, todo nos llega a tiempo.
Todos sus consejos buscan, Pues, aunque de poca labla.
El es como los antiguos, Gente tan justa y tan sabla. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica