REPERTORIO AMERICANO 019 sa.
alcance de la mano. Siempre que le leo, ferentes testimonios es casi imposible.
tengo nuevo goce, nueva sorpresa siem Las cartas de Relación de Cortés enciepre. Para ser imparcial, hay que ser rran determinado propósito, un punto de apasionado: su honda pasión transpa vista impuesto por sus conocimientos, rente forma una realidad casi irreal de por sus relaciones con la Corte, con Die. verdadera. ratos se dirían fragmen go de Velázquez, por su responsabilitos fantásticos, historias mitológicas, dad. Los hechos están movidos, oriencontiendas descomunales, sobrehuma tados dentro de su conveniencia. Todo nas. Pero luego sabemos sus nombres, está visto desde su jefatura, desde sus convivimos con ellos; les vemos picados intereses: son cartas políticas. Las Car: de viruelas, sabemos que hacen trampas tas de Relación de don Pedro de Alvaraal jugar barajas, sabemos los colores de do son de un laconismo militar muy sus corceles y que uel que ra algua ande. Son cartas rígidas, sin emocil en su pueblo, tenia muy buena voz, ción, inhumanas. Son partes de un solo era tuerto, o casado con hermosa mu dado a otro soldado. Don Pedro veía jer. Es un relato liso y a la vez lleno a través de las hendiduras de su yelmo, de eminencias. No trata de probar na desde su armadura que no dejaba perda. nos hace, mas Wien, que viviucius cibir el latido de su corazón. Acaso de su propósito. Dice lo que pasó tal co las crónicas de América sólo las del Inmo lo recuerda; lo dice hablando, segu dio Garcilaso puedan comparársele; pero de su memoria que parece infalible. ro siempre carecen de las virtudes pereCuando no toma parte en las batallas o grinas de la Historia Verdadera.
expediciones que describe, lo advierte, He tenido cuidado de no abandonarnos lo recuerda. Figuró en las princi me a mi entusiasmo, temeroso de que, pales hazañas, y aquellas en que no es en vez de apreciar reflexivamente, cedietuvo, las narra con conocimiento de cause a frases ponderativas sin alas ni raiSu obra es la Conquista de Améri ces. Si siempre debemos aproximarnos ca, es la época de Ponce de León y las a una obra con fresca memoria, virgen fuentes de la vida eterna, de Vazquez jamás en demasía, ágiles y elásticos, este de Coronado y fray Marco de Niza, y es un caso para hacerlo con excesivo las islas maravillosas, de Cortés, los Al cuidado. Se puede leer ya sin pasión varado y sus armadas, que irían a tie obtusa lo que narra, sin que se entrerras imaginadas.
crucen sentimentalismos religiosos, laLos cargos que hace a Cortés, pare mentaciones románticas por los indigecen justos. Sin duda manifiesta el pen nas. El idealismo alto y viril que represar, el sentir de la tropa. Tiene por Cor sentó un Felipe II, es demasiado consités gran estimación; pero no ciega, sino derable, y, además, no es el proceso de alerta y libre. No son nada sospechosas la Conquista, de sus hombres. No nos las inculpaciones a Cortés y otros jefes. interesa ensalzar a Cortés o deprimirlo, Siguen en pie, no obstante las defensas aprobar a los invasores y sus fanatisde los historiadores. El oro los mantu mos, más ciegos que los fanatismos vervo divididos en grupos. en facciones naculares. La síntesis equilibrada, fría, prontas a apuñalarse. En torno a la de un Prescott, nos ayuda a considerar disputa de tierras y su Gobierno, gira la con ojos extraños aquellos hechos. He historia de la Conquista y; la. Colonia. querido ver la verdadera historia, como Sus cargos son concretos, pero lleno si narrase sucesos irre verla como celo salta a la defensa del jefe, lo ensal si tratase de aventuras en la luna, verle za, lo compara a los más grandes capi como si fuese una fábula de fuentes.
tanes, Recuérdense ciertos pasajes in Fábula aun más asombrosa por su firme sinuadores en que hay que leer entre apoyo en una realidad muy próxima, líneas. Durante el sitio de México. es tangible dentro de mí. Se trata de un tuvo con la columna mandada por don relato que escribió un soldado sin ninPedro de Alvarado, Son las memorias guna otra preocupación que narrar con más, exactas en lo que se refiere a ese, exactitud. Narra con palabras de un Ejército. Lo que narra de las otras co aplomo tan perfecto que jamás. cimlumnas y de los bergantines, lo conocía brean, sino que se hincan candidamente perfectamente por el contacto continuo duras. No sospecha, no duda un insen que vivían, El fracaso de unos era la tante de la misión de los invasores, no muerte de los demás. Las maniobras se le ocurre discutirla, no percibe la pode las otras: columnas eran muy seme sibilidad de que haya mucho de inicuo jantes a las maniobras de la columna ca en ella. Es neto, es llano, habla desde pitaneada por don Pedro. Prescott in la cima de su candidez, Impersonal, ditentó coordinar las versiones de los con jera; pero con pasión ingenua y diáfana, quistadores y de los cronistas, sin mu con mineral certeza como no juzga al cho éxito. Su vista de conjunto, simul mar una península. No es memoria, no táneo, del sitio de México, es de los me es novela, no es historia, no es crónica.
jores esfuerzos que se hayan hecho pa! Desborda. esos moldes, no le son avenira reconstruirlo. Pero la contradicción bles. Es tal vez uno de los monumende los textos es tan grande, las diferen tos más perfectos de las artes populacias tan marcadas, que la coordinación res. Es la obra del pueblo, de la tropa siempre es facticia. El sitio sigue con de la Conquista. Si queremos exigirle toda intensidad, con la mayor exactitud precisiones que no debemos, si quereposible, en los relatos del soldado. Los mos inedirle con unidades establecidas, hechos son diferentes para cada testigo el ridículo cae sobre nosotros. Es como y más en un caso tan vasto como la con si quisiésemos corregir el dibujo de los quista de un pueblo. Coordinar los di retablos, la lengua de los corridos. Aun caminando con extremo tino, por poco sensibles que seamos, nos daremos cuenta de que nuestros pasos echan por tierras invisibles arquitecturas de cristal.
Me gustaría una edición en su lengua campechana, con su puntuación casi ilusoria, exacta al original. Sabemos que su cronologia, que sus itinerarios, no son infalibles. No es un historiador, un cronista, y no sé qué sea, ni me interesa saberlo. Lo leeré de nuevo, sin que me inquiete clasificarle Encontré una época en un hombre, una sensación de universalidad. Me viene a la memoria Benvenuto y sus bellísimas Memorias. Más que el interés histórico, es esa universalidad lo que cautiva. Y, además, súmense factores como éstos: escenas, momentos, personajes, episodios extraordinarios de la historia. Todas las comparaciones son poco pertinentes. Sigue aislado, original. Releo la Noche Triste, y de pronto aparece don Pedro:. por que lusgo encontraron a don Pedro de Alvarado bien herido, con una lanza en la mano, a pie, que la yegua alazana ya se le había muerto, y traía consigo siete soldados, los tres de los nuestros y los cuatro de Narváez, también muy heridos, y ocho tlascaltecas todos corriendo sangre de muchas heridas. nos decían oh, oh, los luliones, que quiere decir; oh, putos, aún aquí quedáis vivos, que no os han muerto los tiacanes? El cielo del libro es su humanidad. Recordó con sencillez y con pasión, con vehemencia contenida. La soldadera conquistadora, el pueblo que compone las coplas, el que acarrea las piedras de las.
catedrales, canta en su voz. Es difícil encontrar a quien no le plazca porque está, por un motivo o por otro, al alcance de todos. Tiene la forma que sepamos darle, como las nubes. Hay tantos caminos en su construcción madrepórica, que depen del viajero encontrar lo que buscaba. Lo que se busque se encuentra, todo revuelto, pero puro. La importancia de un juicio consiste en la parte creativa del que comenta. La crítica ez invención. Las nubes tienen mil formas al mismo tiempo; cambian según el tono de nuestra voz. Pero no todos sienten la ubicuidad de las nubes, no todos saben esculpirlas y les aparecen como un promontorio tosco.
Se le movía el blanco a Díaz del Castillo y disparaba sus balas de plata a todos lados. Las balas perdidas daban otros blancos. La importancia histórica es inmensa, y, sin embargo, como agregada. La nube cambia de forma y emerge Don Quijote. La nube como una masa de vísceras, de entrañas. Ber.
nal, con una cornada en el vientre. Está viejo, camina doblándose, se arrodilla, lame piadosamente sus órganos palpitantes, se persigna y no muere. Tenía miedo de morir: era realmente valiente.
Con toda clase de pasiones escribió su obra imparcial, porque es apasionada.
Poco a poco arrastraba las piedras para la catedral. La nube se pone a cantar y a bailar coplas. veces, es un vuelo de palomas. Es un palacio, una esponja. Es un cúmulo de tiestos, tropeles en Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica