90 REPERTORIO AMERICANO.
la Exposición Universal. Vete a Chile mendo e hilarante desdén con que éste llamaba El Termómetro. una nota apa me dijo Es el país a donde debes lo decorara. Hallo el dato valiosísimo en rentemente elogiosa sobre Darío, y anó.
ir. Pero, don Juan, le contesté, có un folleto de un señor Alvarado, escri nima, pero en la que, al fin, se decían mo me voy a ir a Chile si no tengo los tor centroamericano, titulado. Rubén de éste cosas chocantes. Esa misma norecursos necesarios. Vete a nado me Darío en Centro América. páginas 18 che Darío comentaba el suceso y la nodijo aunque te ahogues en el camino.
y 19. Dice Alvarado: ta, y sobre una tira de papel escribió a es el caso que entre él y otros ami Por entonces ocurrió un incidente la ligera un soneto, casi desconocido hoy, gos me arreglaron mi viaje a Chile.
que tituló Tanto mejor (más tarde lo respecto a don Francisco Gavidia, penosísimo entre Rubén y un repórter motejó Tant mieux, en francés. sobre el Darío no sólo no olvidó sus servicios, colombiano que irmaba Mario Santa asunto. Recuerdo los términos del sosino que se los reconoció más amplia y Cruz. Más tarde he sabido que tal nombre es un seudónimo. Este señor estareto, aunque creo no ser fiel en el últigenerosamente de lo que insinceramenmo verso. Dice: te manifiesta desearlo el escritor afro buba tenazmente empeñado en que Dario gueño; porque no sólo reconócele el ma le prologara un libro de crónicas lige. Gloria al laboratorio de Canidia, gistral ejercicio, sino que le adjudica el ras, de bastante pobre mérito. La vida gloria al sapo y la araña y su veneno, honor de haberle iluminado el camino del poeta corría entre nocturnas e intergloria al duro guijarro, gloria al cieno, por donde Rubén llegara más tarde al minables veladas y obligantes atencione: gloria al áspero errar, gloria a la insidia, movimiento poético que aún subsiste en de los poderes públicos, por lo cual le América y España. Dice en la página resultaba. imposible atender solicitudes gloria a la cucaracha que fastidia, 89 de la Vida. como aquélla, que le agobiaban a millagloria al diente del can de rabia lleno. Entretanto, uno de mis amigos prin res. Porque el inayor honor a que togloria al parche vulgar que imita al trueno cipales era Francisco Gavidia, quien qui dos los principiantes aspiraban en Centro gloria al odio bestial, gloria a la envidia.
zá sea de los más sólidos humanistas y América era a que Rubén se detuviera seguramente de los primeros poetas con en ellos, y así resultaba que le amargaGloria a las ictericias devorantes que hoy cuenta la América Española. ban las horas con insistentes zalemas y Fué con Gavidia, la primera vez que esque sufre el odiador: gloria a la escoria no pedidas atenciones para ganar su fa.
tuve en aquella tierra salvadoreña, con que padece a la luz de los diamantes, vor. Tal era el caso del señor a que quien penetré, en iniciación ferviente, en me he referido. Recuerdo el incidente la armoniosa floresta de Víctor Hugo; pues toda esa miseria. transitoria y de la lectura mutua de los alejandriporque asistí a su desenlace. En la prehace afirmar el paso a los Atlantes nos hallábamos con nos del gran francés, que Gavidia, el pri nombrada cantina cargados con el orbe de su gloria.
mero seguramente, ensayara en casteel poeta los amigos que he citado, cuanllano a la manera francesa, surgió en mí do llegó el joven Santa Cruz con un La relación del señor Alvarado pone la idea de renovación métrica que debía paquete de originales, que supusimos ampliar y realizar más tarde.
formaban. un libro inédito; llamó aparte en claro la razón de ser de las invectivas de Mario Santa Cruz contra la Otro párrafo insidioso de Santa Cruz a Darío, que había libado bastante, y gloriosa existencia literaria del panida es éste: Sin embargo, no hay que ad. no sé qué le diría, pero la verdad es mirarse de eso, porque Darío, que gusque Rubén se apartó de él, y arrojand)
afro nicaragüense. Darío olvidó en su Vida relatar ese incidente memorable: taba de cacarear las mercedes que le el libro sobre la mesa, replicó colérico: otorgaban los grandes, ocultaba, como Usted me fastidia, señor. La cara ¡hé aquí una prueba mejor que puede algo desdoroso, todos aquellos favores explotar Mario Santa Cruz para sacar de Darío palidecía. Todos callamos. El cotidianos que le dispensaban amigos victoriosa su tesis de que el poeta tenía ofendido recogió sus papeles y salió menos ilustres una flaquísima memoria! murmurando. Por la tarde salió en el Falso. En la Vida de Rubén Darío periódico en que trabajaba, que creo se Simón Latino hay incontables testimonios de su gratitud hacia los humildes; mientras que a Núñez, a Mitre, a Xavier, y demás que Santa Cruz llama grandes, sólo una vez los menciona, agota su generosidad con doña Jacoba Tellería (p. 15. don AnSAN JOSE, COSTA RICA tonio Aragón (p. 47. Modesto Barrios (p. 49. las señoritas chilenas Cáceres Agentes y Representantes de Casas Extranjeras Buitrago (p. 80. el doctor Galleguillos (p. 81) y así, interminablemente. Las innumerables dedicatorias de sus poemas The National Cash Register Co.
inmortales, hechas generalmente a amigos de bohemia, en las mesas de los cafés, lo prueban ostensiblemente.
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Pero en donde el artículo del señor Santa Sruz rebosa malevolencia que soMáquinas de Escribir ROYAL brepasa a la perfidia, es en la compaRoyal Typewriter Co. Inc.
ración desdorosa que para el honor de Darío hace con la conducta de otro citareda hispanoamericano. Leopoldo de Globe Wernicke Co.
la Rosa; pero no hay tal desdoro en esa comparación, porque de seguro es Implementos de Goma calumniosa también la imputación que se United States Rubber Co.
hace a De la Rosa. Confío en que Leopoido de la Rosa destruirá esa infamia.
Ahora es tiempo de preguntar. qué James Montley, New York mueve a Mario Santa Cruz en su tenaz JOHN KEITH, RAMON RAMIREZ vilipendio de la inemoria de Darío? Contestaré: Mario Santa Cruz se desquita, Socio Gerente.
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sobre el cadáver del poeta, de un trericos. JOHN KEITH Co. Inc.
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