REPERTORIO AMERICANO Tomo XXVI SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA San losé, Costa Rica 1933. Sábado 27 de Mayo Año XIV. No. 636 Núm. 20 educadora, Discurso pronunciado en la inauguración de la estatua do don Miguel Antonio Caro Poesías inéditas.
La poesia de Max Jiménez De la inconformidad ejemplar de Carlyle.
Don Antonio Gómez Restrepo.
SUDIARIO El hombre nuevo Antonio Gómez Restrepo Tizas de colores. libro de Max Jiménez Fiesta patria.
Enrique Macaya Lahmann El hogar (La cocina)
Juan del Camino Libros y Autores.
Guillermo Camacho Un libro do Fombona.
y Montoya Gacetilla.
Víctor Guardia Quirós Lilia Ramos Herminia Brumana Elena Torres Victoriano García Marti Benjamin Jarnés.
Discurso pronunciado en la inauguración de la estatua de don Miguel Antonio Caro De Cromos. Bogotá. Noviembre 10 de 1917 su. El gobierno nacional, cumNo siempre esos hombres son pliendo una ley de la Repúblicomprendidos durante su vica, ha levantado este hermoso da; su propia superioridad los palacio, para que sirva de man. aisla a veces, haciéndoles përsión a la Academia Colomder el contacto con sus conbiana, y de relicario a la efigie temporáneos: su madre misdel insigne varón que honró ma, la patria que los produjo, el nombre de Miguel Anto: después de recrearse en nio Caro.
gloria, suele desconocerlos y El gobierno, no obstante hacer con ellos las veces de las dificultades de esta época cruel madrastra. según la.
azarosa, se ha esforzado por frase del poeta (1. pero dar cima. a esta obra en el mecuando las pasiones se aquienor término posible, pues. el tan, y el polvo de la lucha se jefe del estado ha querido que aplaça al influjo del gélido rodurante su administración se cío de la muerte, entonces la rinda este homenaje al hombre.
figura. surge transfigurada, civil más ilustre que ha pro convertidas en estrellas las ducido la ciudad de Bogotá, heridas abiertas por las espidesde los tiem de Antonio nas de la corona de desengaNariño.
ños, y resplandeciente la túAquí, donde se yergue la nica, con ese fulgor de nieve imponente fachada de este ediqu: ostentaban las vestiduras ficio, sirviendo de fondo al de los angeles, guardadores bronce glorificador, se levandel sepulcro y encargados de taba no ha mucho la modesanunciar al mundo el día de tísima casa, único patrimonio la resurrección.
que poseyó el hombre que riCaro, por sus condiciones gió por seis años los destinos nativas, era un representante de la nación y tuvo en de este pueblo, en cuyo seno manos los caudales públicos en pasó toda su existencia pero tiempos anormales, de guerra Boceto para la estatua de Caro su carácter y su inteligencia civil. Aquí la pequeña sala eran de temple y de elevación que él cruzaba a grandes pa pero no de la memoria de los La glorificación de los hom tan excepcionales, que estableSOS, como león aprisionado, colombianos; y del seno de bres verdaderamente grandes cieron un desequilibrio entre en épocas de voluntario encie esa humildad, surge hoy la une a los pueblos y armoniza este hombre superior y las rro; aquí el jardín minúsculo, presente glorificación. En es a los espíritus que son capaces circunstancias que lo rodeaen cuyo centro lucía el busto te recinto, donde el silencio de comprender la gloria. El. Su condición de humade Virgilio, numen tutelar del veló los últimos años de la vi culto de la mediocridad anar nista, hombre de estado, le hapoeta; aquí el cuarto de traba da de Caro, resuena hoy la voz quiza y empequeñece. Ay de bría alcanzado laureles dignos jo, tapizado de libros y a don de la nación, que ensalza, no a los pueblos que no tengan ti dę su frente en un país de trade bajaron tantas veces, ya la un político, no a un presiden pos representativos en los cua: diciones clásicas, donde sean musa de la indignación, ya la te, sino a un gran colombia les contemplar su propia ima espectáculo normal, un Made la severa, y cristiana filo no, a un hombre, que encarnó gen. depurada de transitorios caulay, insigne orador politi. sofía. Aquí resonaba la voz nobilísimos rasgos de su raza, accidentes y de inevitables im co y autor de los Cantos de solemne y grave del padre y y entregó a la admiración de perfecciones. Las razas do la antigua Roma, y un Gladstodel maestro, entrecortada con la posteridad un tipo de se tadas de vitalidad concentran ne, jefe de partido, comentafrancas risas, que desarruga lección espiritual y de belle de vez en cuando sus fuerzas dor de Homero y traductor de ban el ceño olímpico del varón za moral, que puede enorgu para producir figuras superio Horacio. Su talento generaliconsular. todo esto era ayer llecer a todos sus compatrio res, que rescatan la inferiori zador, su concepto filosófico y ya ha pasado a la historia; tas, sin distinción de princi dad de millares de seres anótodo esto se borró de la vista pios ni de colores políticos. nimos, destinados al olvido. 1) Ortiz, La monja desterrada, sus ron. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica.