REPERTORIO AMERICANO 333 Cartas para Colombia Envío de la autora Qucrido compañero Germán Pardo Garcia: Me ilega su libro Júbilos ilesos y usted no sabe qué sensación, de vergüenza primero, de pena después, me da mirar su cubierta y acordarme de que yo le debia, y no le pagué, un prólogo efusivo y justo y también acucioso y maduro. La culpa la ha tenido mi enfermedad de hace un año, que llevo y traigo en viaje y viaje y que se come mis fuerzas. Me quedé sin cumplimiento para con usted a quien estimo tanto como al mejor de mis amigos. lo menos que esta sea la primera carta que usted reciba y que ella le dé, en lo posible, el contorno de su obra, que usted, como los grandes recatados, desconoce todavía.
JUVENTUDES DISCIPLINADAS En un largo artículo sobre el último libro de poemas de Rafael Vázquez. decía yo que usted él son de esos jóvenes nuestros por los que sentimos nosotros los de cuarenta años, un evidente respeto; no sólo aprecio y no sólo estimación: respeto. Parece peregrino esta acatamiento y esta nivelación, con un hueco pasmoso de veinte años entre 11stedes y nosotros estando vigente cierta costumbre de los maduros de alabar como condescendiendo y embridando.
cuanto se puede el elogio.
Pero es que precisamente nosotros, los maduros, nos sabemos la cuesta hrava de la formación; nos recordamos, con uñetazos de sangre en la memoria, cuánto costó desbastarse algo y dominar los matorrales a nuño acero y no podemos olvidar el precio que en años larº pos y en voluntad empecinada, se pasa por una organización más o menos válida del alma de la lengua.
La memoria, leal a esta foria, se ilumina, nues, de un júbilo remecedor, cuando uno se encuentra con el milagro del poeta o del prosista hechos de una vez nor todas antes de los treinta años. Alfonso Reyes, tan sabio en almas, y en almas de jóvenes, se asombraba de su primer libro, poniendo en la balanza, de un lado poemas, del otro años.
Su libro anterior ya traía unas sorprend. ntes adulteces. Me inquietan como a los pedagogos los niños pródigos, y me quedé esperando a dónde iba ese paso tan ganoso.
Pero los que a medio camino se quedan o se ponen a girar en el mismo sitio, son mozos en los cuales el milagro es el don verbal y no la naturaleza poética misma, y en usted lo extraordinario era precisamente el temperamento tan robusto y tan rico con que usted se nos aparecía, y esto es el depósito de segu ridad, como dicen los banqueros.
Su segundo libro, Germán Pardo, significa una poética Navidad Continental, que será bueno celebremos todos.
Digo Navidad muy desde adentro, por que se trata ahora (si tantas veces no ha hoy, usted el primero, parece un Parsifal puesto junto a un grupo de Silenos viejos. Se han purificado ustedes de muchos recursos innobles; se han raspado costras seniles de lujuria; han aventado adjetivos profesionalmente lúbricos; han renunciado no sólo a la tarjeta postal del claro de luna, sino a ciertos cromos sicalípticos de viejos viciosos. Limpieza todo esto, que un día los alabarán los muchos, y uno como abotonar del nuevo héroe poético que viene en camino y que en nuestro Continente pudiese ser usted mismo.
Han transcurrido creo que solamente tres años entre Voluntad y Júbilos. Qué bien los ha vivido usted en depuración de las potencias! Una soberana claridad y una sobriedad de estación final, asisten los poemas del coniienzn al fin. El ojo se ha limpiado de la bruma caliente que está en la pupila moza; el tacto es seguro y preciso. y no confunde los objetos; el oído sabe ya Germán Pardo Garcia cuanto se debe saber en la armonía (1928)
grande, que no es el repertorio de rit mos de polka. Estando la experiencia sido cierto) del advenimiento de criatu.
de ese costado ya tan crecida, la otra, ra poética nueva y además purísima.
la del alma más íntima (de la últiin :Voluntad era todavía el libro de una alma) es todavía mayor. Gentes ingemocedad instintiva, como son todas las nuas que fueron al convento a limpiar se han tenido menos logros que usted, nuestras, aunque aquí y allá apuntaban lenguas de espíritu. Los Júbilos van, mozo suelto en el zaquizamí de ester: cuesta arriba, por unos faldeos muy almundo. Deseo yo que alguien que se tos de espiritualidad ganada y vencida.
pa decirlo diga de usted la extraordiAcaso desde los años del Nervo religionaria criatura interior que desnuda y ofrece su libro. Me duele no saber decir so (que fué el cincuentón) el capítulo de la espiritualidad en la poesía nuestra yo en frase clara como cerámica este se había cerrado. Me gustan los sensuagrueso hallazgo de cualidades heroicas, de su libro.
les porque me gusta mi raza que está hecha a base de ellos; pero no es posiAnahuac: Será bueno que menteble que lo seamos todos y que al palpar mos, aunque sea pasando, la geogranos se tope en nosotros solamente con fía con ocasión de sus poemas. Cósentidos bastos o delicados, como con mo nos vamos a olvidar, leyéndolo, del cuernos en el caracol, siempre y en cual: suelo en el que están hechos esos poequier parte con sentidos.
mas. Es la meseta de Anahuac, es deUsted es el segundo espiritual de cir, una porción muy especial, de la at.
nuestra literatura sudamericana, y con mósfera terrestre, Alfonso Reyes le ha servando todo mi cariño por nuestro contado de una vez por todas y quien Amado Nervo, casi le diría que esta es no la ha disfrutado allí la tiene.
piritualidad de usted es más genuina que Hace esta curiosa patria humana una la otra que encallaba con frecuencia en especie de cura del exceso, de la basa unos bancos falaces de sentimentalidad tedad y de la torpeza del titubeo; esa femenina y por allí debilucha.
bandeja de tierra árida obliga a planta y a hombre a volverse cosa acuñada Más puros: Me complace el que su en oro, plata o bronce; ese suelo posee libro me dé pruebas contra amigos dis una luz que llamaríamos pedagoga, y cutidores que no quieren creerme esto: que adiestra para ser rápido y justo pala últinra generación no sólo viene mejor ra siempre. Era ya usted poeta sobrio, organizada, sino que trae otra virtud desde la Colombia del clásico Valencia; pareada con sus habilidades técnicas; estaba preparado para esta meta; pero trae más nobleza en los motivos poéti el Anahuac lo ha hecho reducir la micos. La poesía nueva, que parece la úlº tad el camino largo de la perfección, tima palabra de cierto greñudo naturis Muchos le apuntarán que hay en su mo llega con unas normas forjadas al poesía una naturaleza constante de clarojo blanco de conciencia poética y lle ridad no de fulgor, no de brillantez. ga con una gran castidad en la actitud de la equitativa claridad a secas.
poética. Al lado de los románticos de Hay también en su poesía una obsenuestra América para qué nombrar; sión de levedad, que a cada rato se pacasi todos con su almacén, o su farma sa a vuelo, pero no a vuelo épico. ah, cia de excitantes, uno de ustedes los de no. sino a una especie de vuelo quie Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica