52 REPERTORIO AMERICANO El caballo y el hombre De La Nación, Buenos Aires seres ción y un timillal cosa se No hay manera más deliciosa de hacer camino que el pies, según su propio lenguaandar a caballo. Caminar, reje figurado.
mar, andar en bicicleta, son a En sus primeros años Darsu modo ejercicios agradables, win no parece haber poseído pero el movimiento muscular el poder de leer en los homy la constante ocupación esbres con esa milagrosa penepiritual que exigen, ocupan la tración que lo distinguió siemmente casi cor exclusión de pre en sus investigaciones sotoda otra cosa; de modo que bre otros órdenes de una larga caminata puede a más bajos. En el Viaje de veces no ser más que una larun Naturalista. hablando de ga caminata. Andando a cala pretendida indolencia de ballo no sentimos el ejercicio; los gauchos, cuenta que en un en cuanto a la aguda observalugar donde había mucha decuidadoso discerni.
manda de brazos, viendo miento que se necesita pobre gaucho en actitud inpara atravesar ciertos terrenos con móvil, le preguntó por qué no rapidez y seguridad quedan a trabajaba. La respuesta del cargo del fiel sirviente que hombre fué que él era demanos lleva. Hoyos, montículos, siado pobre para trabajar. terrenos resbaladizos, las miMucha sorpresa e hilaridad le les pequeñas desigualdades, causó al filósofo la respuesta, del terreno que deben ser mepero no la comprendió. sin didas con ojo infalible, nos embargo, para uno que conozdan poco quehacer. Volar, o ca a esos amantes de las frair lentamente, pasar sin sentises breves. podía haber algo do sobre lo rudo y lo suave, más claro que esa respuesta?
atravesando ríos sin mojarse, El pobre diablo quería decir y subiendo colinas sin agitasimplemente que sus caballos le habían sido robados, ción, esto sí que es placer sin mezcla. Es lo que más corriente en el país, o tal vez, aproxima, dentro de nuestras que algún protegido del Gocapacidades, a la vida de los bierno se los había quitado papájaros, porque todas las enra uso del Estado.
gañosas bagatelas y fábricas Volviendo al punto de parW. Hudson volantes que han sido juguete tida. los placeres del andar de los vientos desde los tiemPor Luis Macaya a caballo no resultan exclusipos de Montgolfier hasta ahovamente de las agradables senra no nos han aproximado más saciones de un movimiento paa ella. El aeronauta luchan sonas que piensan mejor estan nos las piernas arqueadas; y recido al vuelo; hay también do por res birar encima de do quietas, sentadas o de pie, naturalmente, cuanto más ar la noción, dulce en sí misma, nubes sólo ofrece el triste es que andando a caballo. Esto queadas las tenga, mejor pa de que no sólo nos sostiene pectáculo de la imbecilidad se debe seguramente a una ra él en su lucha por la exis una mera máauina ingeniosade la ciencia y de las imposi temprana costumbre y al lar tencia. Separado de su caballo, mente acomodada, como el ficbles esperanzas del hombre, go uso. porque en esas gran sus movimientos son torpes, ticio caballo de bronce sobre los libres habitantes del aire des pampas donde yo ví la luz como los de ciertos mamífe el que montó el rey de los társólo podemos comparar los por primera vez y se me ense ros tardígrados de hábitos ar taros. sino algo que tiene vida montados árabes, desvane ñó a montar a una tierna edad, bóricos cuando se les saca de movimiento como nosotros, ciéndose ante nuestra vista, llegamos a creer que el hom sus árboles. El gaucho cami que siente lo que nosotros sen.
como el halcón, en el desierto bre es una criatura parásita, na como si fuera un ánade; timos, nos comprende parti sin límites.
destinada por la Naturaleza a sus manos piden las riendas;. cina profundamente de nuesplaceres.
En el andar a caballo hay. ocupar el lomo del caballo, en los dedos del pie se vuelven tros Tomad, por siempre un movimiento rego cuya posición únicamente tie hacia adentro como los del pa ejemplo, el caballo en que alcijante; pero si el paisaje a la ne pleno y libre uso de sus fa to. aquí tal vez podemos gún tranquilo vieio estanciero vista es encantador, uno pare cultades. Posiblemente el gau ver por qué los viajeros ex. está acostumbrado a viajar; ce estar sentado sin moverse, cho ha nacido con esta idea tranjeros, juzgándole desde su cuán sohria mansamente anPemientras el paisaje, a la mane en la cabeza; si es así, sería propio punto de vista, le acu na. eligiendo su camino.
ra de un río, fluye hacia y de razonable suponer que su co san invariablemente de holga si lo ponéis en las manos trás de nosotros, dando siem rrelativo existe en una modi zanería. caballo es el más de un vivaz jovenzuelo, veréis pre lugar a frescas visiones ficación de su estructura. Es activo de los hombres. La su cómo se hace de espíritu jude belleza. Sobre todo, el es perfectamente cierto que un frida paciencia con que el puetón. Si los caballos fuesen píritu queda libre, como cuan gaucho borracho puesto sobrc gaucho soporta privaciones menos plásticos, más esclavos no uno yace ociosamente en el lomo de su caballo se man. que desesperarían a cualquier de la costumbre que lo que la hierba mirando al cielo. Pa. tiene seguro en su silla. For otro, sus laboriosos días de son, sería necesario antes de ra mí hay en el andar a caba más que haga el caballo para doma, los largos viajes que comprar uno, preguntar siemllo algo más que esta inmuni echar por tierra a su jinete, és hace sin comer ni descansar, nre por el carácter de su duedad de la sujeción del enten te mantendrá con sus pier parecen a los simples habita ño.
dimiento a que obliga el simple nas o brazos posteriores co dores de la tierra, casi mila Cuando yo tenía 13 años me caminar; en el movimiento mo podrían ser llamados con grosos. Privadle de su caba enamoré de un caballo que rítmico, como de vuelo, hay propiedad la férrea presión, llo, y no puede hacer nada si había visto una vez: una besalgo que actúa como estímulo a pesar del cerebro obscureci no sentarse en el suelo con las tia de aspecto indómito, que sobre el cerebro. Me resulta do.
piernas cruzadas o en cucli revolvía turbulentamente incomprensible que haya per El gaucho tiene más o me llas, Le habéis cortado los ojos bajo una nube de negra sus Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica