376 REPERTORIO AMERICANO Don Jaime el comentador De Lecturas Dominicales. Bogotá 30 de julio de 1933. En el número. homenaje a Jaime Barrera Parra, con motivo de la publicación de su libro Notas del Week End.
JAIME BARRERA EL AIRE LIBRE prensas le robaron a las montañas y al mar.
Porque la vida actual de don Jaime Barrera hay que mirarla como la consecuencia del itinerario que ha recorrido su espíritu. En ella no hay un invento, no hay una falsía. La personalidad que se nutrió de las brisas que corrieron por entre árboles, o por encima de las olas, no se ia doblado bajo el imperio de las.
letras prudentes que componen el alfabeto de nuestra ciudad. El escritor ha venido para imponer sus puntos de vista no para buscar acomodos. La vida al aire libre es como un escultor nacido para modelar la altivez. Cuando don Jaime escribe, no espera a que la costumbre le vaya arrimando adjetivos, no averigua cuales son las palabras que por aquí se usan y se acatan, sino que va imponiendo las suyas como quien no tiene por costumbre buscar a otros para que vengan a expresarle lo que él quiere decir. Kirca LA RUDEZA, EL ROMANTICISMO LA INGENUIDAD Cuando llegó a Bogotá don Jaime Ba rrera Parra, tuvimos la sensación de algo desconcertante que irrumpía dentro los plácidos círculos de la literatura bogotana. Tiene Jaime un cierto talante de montañero, largas piernas, largos brazos y unas manazas que aprendieron el gesto y la acción en agrestes breñales.
Nosotros hemos sido gentes de interior, y tal vez no esté mal señalar la coincidencia de que cuando nos dicen: los.
del interior. por decir que estamos coº locados tan lejos del mar, nos están des.
cribiendo nuestros conterráneos como a hombres que no son de aire libre, que se meten al amor de las tabernas y de los hogares, y que le dan la espalda a la luz, al viento y al paisaje. Está bien que se nos tenga por tales enclaustrados, porque los bogotanos vivimos como esa pintura de los viejos maestros que no se había aventurado a descorrer las cortinas del esudio, y que apagaba las luces en penumbras de oscuro terciopelo.
Yo creo que la presencia de Jaime Barrera Parra ha sido el incidente ventuJaime Barrera Parra roso que ha obligado a algunos a pensar Dibujo de Vargas Codazzi en que la literatura colombiana es una literatura federal. Es claro que nosotros sabíamos de antes cómo la sensibilidad de Luis López era una antítesis de la nos sorprendido quedaría, si resucitase, literatura bogotana; cómo los cuentos de don Diego de Silva y Velázquez, colocado frente a un lienzo de Joaquín Sorolla, Efe Gómez y de Pacho Rendón y de el valenciano.
Tomás Carrasquilla formaban He venido emparejando a Jaime Baprendente contraste con los de Santiago rrera con dos poetas costeños, sin que JaiPérez Triana, discretos y solazados; es me esté ahora de poeta, ni venga de la evidente que nosotros veíamos en Co costa, sino de la montaña. Qué importa lombia el panorama de los siete colores esto? Antes de ser recibido periodista, en donde cada región tiene su manera Jaime fué andariego y los mares le edu propia de expresarse. Pero lo que vino çaron lo mismo desde la infantil ciudad a precipitar este concepto federativo fué de Curacao, que desde las riberas del la presencia de un periodista como don Mediterráneo, a donde le llevó el destino Jaime Barrera, que vino a hacer el co con vientos paradógicos, pues, los alisios mentario de nuestra vida, minuto a mique acaso parecían empujar sus velas, nuto, en forma tan insólita, tan inespe no eran siņo gozosas brisas de la rosa del rada que nos puso sobre la pista de en arte. Tal vez las novias de Bucaramancontrarle a la literatura ciertas nuevas ga sí pensaron que el muchacho de los dimensiones que eran extrañas a nues sonetos, que por entonces fué Jaime Ba: tras prudentes retóricas.
rrera, ilevase por dentro ambiciones disYo tengo a nuestras literaturas regiotintas de las ambiciones del buen merca nales por literaturas de aire libre, Aire der; pero semejante pronóstico quizás libre es una expresión de dos palabras no fué de todo el burgo, que ya colgaba de los futuros almacenes una tabla que que mutuamente se llenan de contenido pudo estar concebida en estos o parecihasta el extremo de que no es posible saber cuál de ellas es la lámpara y cuál dos términos: Jaime Barrera Parra la lumbre que le da su claridad. Lo cier Cía. Mayoristas. Pero el mar es traidor to es que cuando los del interior nos a veces, y siempre es un maestro perfecto de poetas. el romántico ignorado asomamos a unos versos de López o de Castañeda Aragón, o a un comentario que escribía postales en los álbumes de las bucaramanguesas, pasó a ser don Jaide Barrera Parra, hallamos algo libre y me el Comentador de la prensa bogotana.
algo aireado que sale de esas obras con Porque don Jaime quedó así graduado deslumbrante inconveniencia que mareante, no vino, claro está, desde un trasporta a los meridianos de la dorada principio, a trabajar en la prensa de Bo claridad, de la ola ágil y diáfana, de los gotá. Era en una prensa costeña, bajo cielos altísimos sin mancha, en donde las brisas de Barranquilla que levantan nuestros pensamientos se consumirían arenas, doradas, en donde pondría sus quemados por los rayos del sol. No me primeros carteles el periodista que las un sorNo puede negarse que Jaime Barrera Parra representa el tipo del hombre feo.
Alguna persona me decía que tenía todo el aire de un caimán parado. En Antioquia se dice de las personas que se mueven al estilo de Jaime que son chon.
tales. Pero si se habla con Jaime Barre ra Parra pronto se sabe que hay en él unos ojillos de chocolate, limpios y sin. ceros, que ríen deliciosamente, con una risa que va sacando gracia de las cosas, lo mismo que esos cepillos de carpintería que si se ponen a correr sobre una tabla fina sacan cintas rubias, espuma liviana que es la flor y la risa de los talleres Casi puede decirse que estos ojos son un hallazgo dentro de un periódico moderno, y al propio tiempo por ellos puede verse adentro del alma del escritor para aclarar las paradojas de su obra.
Cuando Jaime aborda un tema, trata a la literatura sin rodeos, con una franº queza que es la que nosotros no solemos tener. El pone conceptos, imágenes vivas, viñetas, caricaturas, en donde nos otros apenas vamos enfilando adjetivos. cada instante ocurre en el lector una emoción y. un sobresalto, pues le parece que el artista no es sino un artesano que va a descomponer la armonía del párra fo, que va a materializar la sustancia divina de las ideas. Este es el interés dra mático que trae consigo cada glosa de Jaime Barrera. Interés que se revuelve en un acierto plástico, en una intuición tan feliz que produce risa. Porque el tuen lector ríe de gusto cuando ve que su autor transita por los senderos del haIlazgo.
Pero debajo de esa rudeza, que, digo yo, le sirve a él como una puerta para (Pasa a la página siguiente)
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