218 PEPEKTORIO AMERICANO SO.
sieron identificarse, también, con el escuales me fueron muy buenos para parece irreal y verdadera como un suepíritu, con la fe, imponiéndola con la curar mis heridas y comer del valor ño. Contemplamos las blancas ciudades brutal caridad cristiana que nos trajede ellas. Afortunadamente Díaz del entre las lagunas, desde lo alto de un ron. Aquí quedaron sus huesos, su es Castillo no era historiador, afortunada templo; vemos los tropeles de caballos, píritu, para siempre. Por todas las pá mente apenas escribía. Ya vendrían oímos los arcabuces, el rumor de los ginas de Bernal les vemos derrocando hombres que nos darían la Conquista en mercados, el rumor de la corte del Emídolos y poniendo otros, apuñalando, vio. orden armónico; que nos darían diseca perador, sibarita, doliente y extraño.
lando, incendiando, marcando como bes do lo que él nos ofrece palpitante, lo Nos cuenta que mostró su historia a tias y esclavizando y quemando y ahor que dejó vivo para siempre en la reali dos licenciados que querían saber mejor cando a los dueños de la tierra, dicien dad de su recuerdo arrebatado y fogo los sucesos de la Conquista: e yo se do misas y bautizando en nombre del Su narración es más que simple las presté, porque de sabios siempre se Señor. Pero los conquistadores iban, a historia. Sus errores no molestan la pega algo a los idiotas sin letras como su vez, sucumbiendo a su propia con perfección de su libro. Es el caso en yo, soy, y les dije que no enmendasen quista. El indio sigue allí casi igual al que los defectos se vuelven cualidades. cosa ninguna de las conquistas, ni poindio de ayer, sólo que más doliente y Precisamente, el calor, la vida de las ner ni quitar, porque todo lo que yo esdesvalido, sin memoria de su poderío, páginas, es su candor, su vehemencia. cribo es muy verdadero. me dijecon nublada nostalgia de dioses remo Nada importa, para volver a vivir esos ron los licenciados que cuanto a la retótos.
La brutal caridad cristiana no pu días, los. errores que contiene, errores rica que va según nuestro, común hablar do destruír este mundo que encontró secundarios para el espíritu vasto de la de Castilla la Vieja, que en éstos tiemhecho; lo transformó hacia una fase de obra, muchos de los cuales, después de pos se tiene por más agradable porque cultura indecisa. El español dejó de corregidos siguen dudosos siempre. no van razones hermoseadas o afeitadas, ser español y gran parte del indio si ¿Quién puede corregir, años más tarde, que suelen componer los cronistas que guió on nosotros, confuso y contradic al que tomó parte en los acontecimien han escrito en cosas de guerras.
torio. Dos fuerzas, manifiestas y recón tos más importantes de una de las aven miren los curiosos lectores por letra lo ditas, poderosas como instintos, movían turas más prodigiosas de la Historia, so acaecido y no miren la retórica ni ora los conquistadores: el oro y la religión. corrido por crónicas posteriores o con nato; que ya cosa vista es que es más La Conquista aparece como la última evidente intención política, con deter apacible que no ésta tan grosera mía; cruzada medioeval y como una conse minado propósito casi todas ellas? Sólo más suple la verdad la falta de plática cuencia del Renacimiento: fundidas, alia. se proponía narrar, tal como recordaba y corta retórica, dejemos ya de contar das, formaron las armaduras de los con las cosas insurrectas en su memoria que ni de traer a la memoria los borrones dequistadores. Deseamos, permanecer fie pugnaban por saltar a las páginas. Es clarados, y como yo soy más obligado a les, pero ya sin fe, a tradiciones rotas. un documento al cual se vuelve siempre decir la verdad de todo lo que pasa que Carecemos de religión y de moral. por placer o estudio. Es casi inaprecia no lisonjas. Aquí se adelantó a sus deseamos incorporarnos a ajenas tradi ble su riqueza varia, sensible su sinceri futuros críticos y comentadores, se opuciones. Nuestras formas sociales y podad, su veracidad hacedera dentro de la so a ios cronistas como Gomara, como líticas han sido postizas: jamás ha exis complejidad de tales hechos. Vivos aun Solís; hizo la crítica de sus críticos. Los tido entre nosotros la República. par los actores, los testigos, nacen opuestas licenciados le cayeron encima, como más tir de los primeros conquistadores, em narraciones; cada cual hace comentarios, tarde muchos de sus glosadores, con pezaron a actuar esas corrientes. Díaz hipótesis, escribe: de modo diferente el sus ridículas espadas de gramáticos. Los del Castillo ya era un poco de esta tie mismo acontecimiento. Sobre esos tes defectos que señalan, se me hacen virrra, un poco, fuerte aún en su prima timonios igualmente válidos, se sobrepo tudes. No se le puede juzgar como Hisria posición brutal, seguro de la misión nen pruebas contradictorias, aparecen toria. Es un soldado que narra sus camespañola, resbalaba en el tiempo hasta nuevas soluciones. La obra del genial pañase ;Y cómo lo hace! Su vida, su nosotros, abrazado a los aborígenes que cronista, ajena a toda política, a pesar de obra, le retratan de cuerpo entero. Coapuñalaron en estas sierras y en estos que tenía señalado propósito, resiste mo los jueces de un tribunal en Cuba tiempos.
más agudas críticas. Los alardes no le quisiesen atender, desenvaina la Sentimos con él las fatigas, el peso de pruebas en su favor, como sus pocas le espada decidido a cargar sobre ellos, pelas armaduras. Se vive la vida que vi tras. Su fidelidad, su amor a Cortés no ro los guardias le desarman.
vieron. Narra los sucesos llana, pinto es ciego, sino sagaz e inteligente. Algu manchego y el escudero están en él a rescamente, mezclando los detalles más nos de sus yerros son manifiestos, pero menudo. Su obra no será nunca sólo varios, más inesperados. Frescura, can nada sospechosos. veces no está de un documento histórico, una simple cródor, y, a pesar de sus repeticiones, de acuerdo ni consigo mismo. Por ejemplo, nica de asuntos memorables. Si suprisus equivocaciones, de sus contradiccio aquellas cifras de la retirada de México: miésemos sus fanfarronadas, su lengua. nes, de sus exageraciones probables, es la retaguardia del ejército se componía, je tosco pero preciso, sus observaciones la más verídica, la más auténtica y la de 120 españoles, y, en el mismo párra tan insólitas como pertinentes, si le pumejor de las crónicas de la Conquista. fo, 150 de ellos fueron muertos. Cómo siésemos, en fin, el birrete del profesor Su relato es el más complejo y el más difieren las versiones en los cronistas!
o la pluma del bachiller, sería sólo eso: completo. Se determina al conquista Prescott formó un cuadro con esas di una historia, una crónica, una memoria.
dor. Convivimos con el pueblo español ferencias. Igual acontece con datos cro Es memoria, novela, epopeya, crónica, que invadió; con la soldadera temeraria nológicos, con nombres indígenas terri historia, a la vez, escrita con innato y que busca oro, ayudada de escapularios blemente desfigurados, irreconocibles, puro genio de la lengua. Aparece la y arcabuces. Aparece de cuerpo ente en muchos relatos. El esfuerzo del his Conquista personificada con sus comro entre las simples frases retorcidas, en toriador yanqui es la síntesis más logra plejas corrientes. La Conquista: don los detalles pueriles y valiosos que ha da de tales hechos. Sin embargo, yo Quijote, Sancho, la cruz, el oro, pujancen el texto lo que es. Me mataron el veo más viva y más clara, como filma zas que España encauzaba en sus míscaballo que me costó seiscientos pe da, a la Conquista, en las páginas de ticos, sus poetas, sus pintores del siglo. Yo digo que nunca tuve codi Bernal. No se pueden comparar dos tex Aureo y en sus navegantes y conquistacia del oro, si no procurar salvar la vi. tos como los de Prescott y los del sol dores, movidos por la misma fuerza hada; porque la teníamos en gran peligro; dado.
Incomparables como son, obras cia rumbos diferentes: hacia la acción, o mas nu dejé de apañar de una petaqui de dos mundos diferentes, ofrecen me hacia la esencia de la acción: el sueño.
lla que allí estaba, cuatro chalchihuis que jor sus propias perfecciones con su veEstamos en la Conquista como en un mison piedras muy preciadas entre los in cinanza. Más que en la síntesis de Pres to viviente. La Conquista: un dragón dios, que presto me eché entre los pe cott, seguimos creyendo en el testimo con alas de ángel. Parece un motivo chos, entre las armas. y aun nio del conquistador, por su humanidad, abstracto, fuera de tiempo y espacio, tan los cuatro chalchihuis que yo tomé, por tener más alma. La época salta con real, que parece inverosímil, Bernal dejó si no me los demandara Cortés, los tanta realidad, que parece ficción, que ese mundo enterrado, vivo y fresco, al son El gran SOS. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica