REPERTORIO AMERICANO 251 El presidiario ID DUDDIN NA Ennu En un bello día de principios to: Ja, Herr Direktor; nein, del verano, en un jardín lonHerr Direktor. blando y dedinense, cuando todavía los De La Prensa. Buenos Aires salentado lo recuerdo bien pájaros no habían olvidado sus ahora. no había ni un asomo trinos de primavera ni los árde fuerza de voluntad.
boles habían perdido sus últiNuestro amigo volvió a camas flores, nuestro amigo dijo llar para entregarse a un esde pronto: fuerzo de evocación de la es Oh. Hay un jilguero!
cena.
Abundan mirlos, tordos y Tenía en la mano contiparos; de noche se oía una que nuó poco después. una hoja otra lechuza; y un cuclillo code papel grueso en la cual nalía ser un Cristóbal Colón quc bía trascripto un fragmento una vez por año coníundia esa del Nuevo Testamento con los verde isleta de árboles con la signos de la escritura para cietierra firme de Kent y dle Su.
gos. Cuando pasó sobre las rrey. Pero un jilguero, nunca.
letras de relieve los delgados. Lo oigo. Es allá!
dedos para demostrarnos cuán agregó. Se puso en pie y se fácilmente podían leer los cieencaminó hacia la casa.
gos, noté que sus manos pareNo tardó en regresar ly, cían cubiertas de leve polvo sentado de nuevo, observó. blanquecino, como las de un No sabía que tenían ustemolinero. No había en la celdes una jaula.
da nada que produjera ese polReconocimos que la cocinevo; supongo que no era pol. ra poseía un canario.
vo sino alguna excreción, un. Un mixto! observó sepolen peculiar de esa planta camente.
humana. Al tendernos la hoja Era evidente que acababa de papel temblaba su mano code despertar en él un sentimo el ala de un insecto. Uno miento muy vivo que no acerde nosotros le preguntó quién tábamos a comprender. De súhabía inventado el sistema de bito, exclamó: Madera de Laporte esa escritura para ciegos, y a continuación de la pregunta. No puedo soportar la vismencionó un nombre Nein, ta de cosas enjauladas, animales de cuatro patas, pájaros u cárcel o lo que en ella vimos. ción de no sé qué alteza real nein. dijo. Era visible su anhombres. Detesto hasta la Sólo he de decir que la consi que no podía oír hablar de sioso esfuerzo por recordar. Al idea de ello!
deré bien administrada, si cabe muerte después de haber visto fin, bajó la cabeza y murmuró: mirándonos con un asomo la expresión para un estableci. cadáveres en la batalla de Sa Ah, Herr Direktor, ich kann nicht! De súbito se le ocurrió de ira, como si lo hubiéramos miento de esa triste índole. dowa, según creo. le conmuobligado a esa confesión, proPor lo menos, el director me taron la pena capital por la de el nombre y lo pronunció visiguió con palabra animada: causó una impresión favorable. prisión perpetua.
vamente. Sólo en ese momenAl entrar en su celda, lo vi to, y por vez primera, su ex Hace algunos años pasé Simplemente les referiré algo que jamás olvidaré porque fué una temporada en una ciudad mos perfectamente tranquilo, presión fué la de un hombre.
alemana, en compañía de un para mí el símbolo definitivo contemplando su trabajo. Pa Nunca, hasta entonces, había amigo que efectuaba estudios del enjaulamiento de todos los recía un hombre de 60 años y comprendido yo el valor de la sobre cuestiones sociales. Un seres, animales y humanos, tembloroso, tras el delantal de libertad; el significado real de cía me invitó a visitar un es grandes y pequeños.
lona gris. Su cara tenía ese nuestras relaciones con otros tablecimiento carcelario. Yo Nuestro amigo calló un ins aspecto algodonoso caracterís seres humanos; la necesidad no había visto nunca una cártante. Luego, con creciente tico de los penados. Parecía de que el espíritu se bruña de cel y acepté. Era un día coirritación en su voz, como si que sus rasgos se habían bo minuto en minuto por lo que se mo el de hoy: un cielo perfec violentara su reserva natural, rrado: mejillas sumidas, ojos ve y lo que se oye por lo que continuó: tamente límpido y ese como grandes cuyo color no acierto es preciso recordar y por el lustre frío y movedizo que se. Después de recorrer el a recordar por más que lo inuso de lo recordado. Ese inve en todas las cosas en cier sombrío establecimiento, el di tento; probablemente habían dividuo no podía emplear sus tas partes de Alemania. Esa rector preguntó a mi amigo si perdido el color. Cuando tras recuerdos en su vida; era cocárcel, situada en el centro de deseaba conocer a alguno de pusimos, uno tras otro. la mo una planta colocada en un la ciudad, era un edificio en los condenados a perpetuidad. puerta de hierro, se quitó la: sitio el cual no podía forma de estrella que allá. Le presentaré uno dijo gorra sin visera, también de caerle rocío alguno. Esa exconstruyen de acuerdo con el que se encuentra aquí desde color gris, como todo lo que le presión que animó su rostro a plan de la prisión de Penton hace veintisiete años. Como rodeaba y, descubierta la cala mera evocación de un nomville.
El sistema, según nos usted comprende recuerdo beza casi calva y polvorienta, bre fué como la manchita de informaron, era igual al que sus propias palabras, está permaneció en una actitud de una hoja verde que ha quedado en medio de una mata seca.
fué practicado aquí hace mu bastante gastado por el largo atención. mirándonos humilchos años. En aquella época confinamiento.
demente. Daba. la impresión El hombre es en verdad admi y probablemente todavía Mientras nos encaminába de una lechuza sorprendida rable: el ser más sufrido que los alemanes se empeñaban en ha sido creado.
mos hacia la celda del penado, por la luz del día. Han visto la idea de aislar a los presos nos refirió su historia. Era ustedes un niñito que cae enNuestro amigo se puso en en la soledad más completa. aprendiz de ebanista y, mucha fermo por vez primera, asom pie y caminando de un lado a Pero entonces el sistema era cho todavía, se junto con una brado del dolor que experi otro prosiguió: para ellos como un juguete banda de ladrones para robar menta? Su expresión era tal. Su mundo no era nada exnuevo y disfrutaban de él con a su patrón. Sorprendido y, no obstante, extraordinaria tenso: sólo de catorce pies por esa especie de fanatismo con mientras robaba, atacó ciega mente cortés. Habíamos visto ocho. Había vivido en él ducienzudo que adoptan los ale mente y dejó muerto al pa muchos penados, pero ningu rante veintisiete años, solo, sin manes en todo lo que emprentrón. Fué condenado a muer no con esa extraña e impresio siquiera la compañía de un raden. No voy a describirles la nante afabilidad. En su acente, pero mediante la interventón. Oh, en las cárceles saen. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica