REPERTORIO AMERICANO 311 Pedidos al autor: Edo. Uanos, 24 Santiago de Chile.
de el calificativo de distinguida colaboque experimenté al saber que Gabriela radora de La Libertad. con ser para Primicias de Oro de Indias Mistral venía a residir en España, pormí bastante honroso. Visto queda, por que con ello habría de convencerse de tanto, cuan diferentemente mordemos Poemas Neo Mundiales que el triste concepto en que tenía a los los que no tuvimos antecesores antroPor JOSE SANTOS CHOCANOSSO españoles era equivocado. lo que papófagos y los que se enorgullecen de rece esto va consiguiéndose, pues Gahaberlos tenido. Tierras Mágicas. Las Mil y Una Noches briela Mistral reconoce que la prensa nada más queda por hacer ver. Gade América. Alma de Virrey. Corazón. española y de manera especial La Li.
briela Mistral no rectifica claramente Aventurero. 400 páginas de poesia y arte.
so bellas láminas. Opiniones de Geo Umphrey bertad le ha dispensado una salutanada de lo que en mi artículo expuse.
y Max Daireaux. Un autógrafo de ción unánime del carácter más generoso Los oyentes de sus conferencias históriGabriela Mistral.
que darse puede. De donde resulta que cas eran un Público abigarrado. que la crueldad española no se extrema con ni usa ni entiende los matices de un Precio: 00 los extranjeros por mucho que hayan concepto. por lo que no comprendiecombatido a nuestros antepasados gloron lo que ella decía. En cuanto a su riosos.
conversación de sobremesa, no se refi el curso hondamente preocupado y pe La crueldad araucana, en cambio.
rió a la sola conquista española. sino saroso de haber contribuído darle la Aparte de lo que mandó hacer con Vala la conquista tout court que hace cátedra en que la profesora no habló de divia Caupolicán y de lo que haya hecho cualquiera raza. y si habló de la cruelmás conquista que de la española en Gabriela Mistral conmigo, quedan otras dad española fué porque se sintió heri América. También podría alegar el tes agresiones desmesuradas. Hablar de la da en el sentimiento de la amistad.
timonio de nuestro anfitrión, el ilustre mala ventura de llegar a participar en oyendo que se atentaba nada menos que escritor boliviano Diomedes de Pereyra, la cena que nos dió madame Pereyra y a la honra de escritores y educadores para que declarase si en su casa atenté calificarla de cena deplorable. cena de primera fila. Pobres excusas que desgraciada. Aseguro que fué una apenas se sostienen en pie. que cae. yo contra honra alguna, aunque semejante calumniosa insinuación de Gabrie cena cxquisita, aunque se substituyese rán cuando yo alegue respecto a las conferencias desprestigiadoras de Gala Mistral si la recogiese aquí sería pa en ella por carne de pavo, la carne de briela Mistral, el testimonio no sólo de ra despreciarla.
conquistador.
las alumnas de Bernard College, cuyo Pero insistir sobre lo que primero ex.
No hay que enfadarse, señora consu dominio del castellano podrá ser más o puse sería innecesario. La propia Ga lesa, hasta el punto de echar de menos menos deficiente, sino también el del briela Mistral habla de la leyenda an la antropofagia. Recuerde la nacionaliprofesorado español de Nueva York ín tiespañola con la que carga hace tiem dad de nuestra anfitriona y considere que tegro, presidido por el Jefe del Depar po. Luego no he sido yo quien ha des ciertos manjares no entran en la cocina tamento de Lengua Castellana de Co cubierto eso ahora. e venía diciendo francesa. Todos los países no son tan fué refinados culinariamente como lo lumbia University, el sabio y austero Fe de antiguo. Conste, y conste también derico de Onís, a quien con su propa. que cuando el río suena.
el Arauco.
ganda antiespañolista tuvo durante todo Mi artículo manifestaba el regocijo Teresa de Escoriaza (MATLA) FOLLETIN DEL Rep. Am. 18) soluto en la selva. Entonces prosiguieron rumbo al mar. Perseguidos siem Xiloti cortó, fatigada, la calma del bos ojo de agua. limpio y murmurador. pre por el temor de una sorpresa fatal, que en aquella tarde. Siete horas hacía Para ellos, que desde horas no probaban, Xilotl y Yara casi corrían. Era una de que los jóvenes huían a través de la sel una gota, el pequeño surtidor fué como esas noches claras, luminosas, que el va. Desde el amanecer, Xilotl y. Yara, presente de los dioses. En el cuenco de trópico ofrece a menudo en los países libres por voluntad de Matla, quien ha un coco partido, Xilotl brindó a Yara el del Caribe, durante las cuales la opacibía propiciado la fuga, no paraban un precioso líquido por dos y tres veces. Sa.
dad de las tinieblas no amengua la vimomento aguijoneados por el temor de tisfecha la sed, cuya tortura padecieran sión del ojo.
ser sorprendidos y devueltos a Cararé, hasta ese momento, decidieron seguir Pronto alcanzaron el llano, abierto adelante. Desde el sitio en que se hallahasta la orilla.
lo que significaría muerte inmediata.
Retardaron su marcha Xilotl sabía orientarse en el bosque coban a la costa había una hora escasa de con propósito de esquivar su presencia mo buen cazador y sus pies fuertes mar camino, por entre rápidas pendientes y a los hombres, que pudieran estar de vi chaban seguros por veredas sólo de él. frecuentes claros de bosque.
gilia en la playa. Ya en el linde del bosconocidas. Yara le seguía animosa, exi Ya se disponían a la ruta cuando, de que, atalayaron el espacio solitario del giendo de su juventud todo el esfuerzo. lo hondo de la espesura, vibró una voz golfo. En la arena humedecida se reEn sus mejillas sangraba el ardor de la gutural y amenazadora: flejaban, como minúsculas placas fosforescentes, las estrellas. Al amor de las huída y su cuerpo todo se hallaba cu Hooó. huuú. Hooó. huuú. olas, varadas a poca distincia de ellos, bierto de sudor, como rosa cuajada de De tono duro y largo su eco repercu divisábanse varias canoas, cuyas silue rocío.
tió entre los árboles con ritmo de muertas largas destacaban como troncos tum: El día declinaba rápidamente, pero la te. Los fugitivos, a quienes la sorpre bados a la claridad nocturna de la playa.
noche no les sorprendería en la montasa inmovilizara en el primer instante. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis.
ña, puesto que ya casi alcanzaban la cos. se parapetaron tras gordo tronco. Es contó precipitadamente Xilotl. Luego, ta. Hasta ellos llegaba el rumor de las trujando en lo posible sus cuerpos, para con resuelto ánimo, llegóse hasta la más olas en alas de la tibia brisa que soplaba ofrecer menos bulto, esperaron presas. próxima, arrastrando consigo a Yara.
del golfo. Un paso más y hollarían la de la mayor inquietud.
La doble sombra de sus cuerpos se recorhúmeda superficie de la playa. Ah. Hooó. huuú. Hooó. huuú. tó alargada, deforme, como dos fantas una vez allá se sentirían realmente libres Nuevamente cortó el silencio la voz mas negros, en la desierta orilla.
y, entonces, por sobre el lomo movible hostil, pero de esta vez su eco llegó de Al día siguiente, cuando los guerreros del nicoyano mar, arribarían a tierra cho bilitado y poco a poco fué alejándose en de Cararé arribaron al lugar, después rotega, salvos y felices.
las alas negras de la noche. Los jóvenes de recorrer el bosque en todas direccioBajo la influencia de tan halagadora comprobaron, con gran alivio, esta cir nes, sólo encontraron en la arena, floº perspectiva, los fugitivos detuvieron la cunstancia que les alejaba del peligro. ecidas de espuma, la huella de los fugimarcha, ganosos, también, de algún des Dentro de su improvisado refugio es ivos. Contadas las canoas, descubriePróximo al lugar brotaba un peraron hasta que el silencio se hizo ab Jion que faltaba una canso. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica